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Viviendas verticales fomentan división socioeconómica y geográfica

Destacó que los fraccionamientos de viviendas sociales están ubicados en las periferias e incluso las personas de niveles socioeconómicos bajos no pueden acceder a ellas.

Entre los años 2010 y 2018 fueron construidas al menos cuatro edificaciones verticales para uso habitacional con densidad de población de más de 400 habitantes por hectárea gracias a aprobaciones de cambios de usos de suelo en zonas de preservación ecológica y agrícola por parte del Ayuntamiento de Querétaro —conformado por regidores, síndicos y el alcalde Luis Bernardo Nava—; mismas que están orientadas a personas de nivel socioeconómico alto, señaló Antonio Barreda Luna, miembro de la Asociación ForoPolis capítulo Querétaro.

“Esto no alivia la problemática que tiene la ciudad (…) Los niveles socioeconómicos más bajos, por lo general, no tienen acceso a la vivienda; y por eso es que hay tantos asentamientos irregulares: porque los que están más hasta abajo no pueden acceder a viviendas de manera más fácil”, explicó el también catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

Destacó que los fraccionamientos de viviendas sociales están ubicados en las periferias e incluso las personas de niveles socioeconómicos bajos no pueden acceder a ellas; por lo que “tienen que irse a vivir a lugares de construcción precaria, que ni siquiera son [del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores] Infonavit”.

Los predios en cuestión eran zonas preservación ecológica y agrícola en las delegaciones Villa Cayetano Rubio y Santa Rosa Jáuregui; así como donde ahora se encuentra la plaza comercial Ubika Universidad y otro ubicado en el fraccionamiento Real Juriquilla; donde generalmente se encuentran o habitan personas que buscan diferenciarse en su perfil socioeconómico alto, “por lo tanto, divide a la sociedad y a la ciudad”, señaló Barreda.

Necesidades en segundo plano

En las edificaciones verticales no se toman en cuenta las viviendas de interés social, porque “no es un negocio, por eso es que no se hace. Si se analizaran todas las edificaciones verticales que existen, seguramente ninguna es para temas de vivienda social (…) Solamente se está beneficiando a un solo sector (…) Muchas de estas torres lo que hacen es que ni siquiera se venden por completo. Entonces, eso te da a pensar que (…) no se hicieron por una necesidad si no simplemente por otra razón”.

Aunado a ello, señaló que la presencia de edificaciones verticales provoca mayores inundaciones en los predios que las rodean. Finalmente, advirtió la importancia de que exista “una reglamentación que permita, cuando se realicen este tipo de edificios, tanto bloques como verticales, que un porcentaje de esos edificios sea para renta o para vivienda protegida que es como (…) vivienda social”.

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