… Y a propósito de cuerpos femeninos…
El del viernes 28 en el Aula Forense de la UAQ, no fue un desfile de modas al estilo europeo, donde esculturales modelos femeninas muestran sofisticados vestidos de noche, sugestivos trajes de baño o los que se han vuelto más casuales, donde el atractivo cuerpo de la modelo resalta más que la ropa que comercializan. Ahora se trató de algo modesto, que nada tiene que ver con el glamour parisiense.
Cuando las dos chicas esbeltas de pelo rubio y ojos azules subieron al escenario, una voz femenina, entre la gente, lanzó: “pareces Zorrilla”, las críticas y los comentarios aumentaron entre las asistentes, hasta uno que otro chiflido de alguna despistada. Mientras tanto, en la bocina de sonido se escucha la voz del orador Raúl Rodríguez, representante de la casa de ropas Vanity, quien anuncia los colores oscuros en combinación con blanco y gris estilo Príncipe de Gales, las blusas con rayas horizontales coloridas —vestimenta que quizá motivó el calificativo de Zorrilla—. Transcurren cinco o seis minutos de pasarela y el primer bloque de modas termina, las modelos se apresuran a cambiar su vestuario para la siguiente fase.
Habrán sido unas 200 secretarias sindicalizadas y de confianza, empleadas de la Universidad Autónoma de Querétaro, que acudieron a conocer sus posibles uniformes durante el año. En el transcurso del evento el Aula forense de la Facultad de Derecho se convirtió en un desorden, entre uno y otro comentario femenino sobre el modelo y el color de la ropa presentada, por todo ello se restó importancia a la exhibición de modas. Pasaron, quizás una hora y media para que, de la misma forma, las dos chicas que modelaban, subieran a la plataforma en seis ocasiones, presentando una variedad y combinación de colores, blanco, azul, amarillo, negro, etc. y así, lo que se esperaba fuera un evento atractivo pronto se volvió aburrido y tedioso. Sin embargo, finalmente tras casi dos horas de haber iniciado el desfile se logró seleccionar la ropa con los colores más gustados, con los que se uniformarán a las secretarias de la UAQ en el periodo 1997-1998.
“Que pasen nuevamente todos los uniformes”, gritó una secretaria que ge encontraba al final de la fila. La concurrencia respondió de inmediato “Nooo”, mientras tanto, las modelos —quizá lo más atractivo de la tarde- modelaban de un lugar a otro, sus ojos ya mostraban cansancio, sin embargo, una sonrisa —tal vez fingida- siempre prevalecía en su rostro; finalmente se logró un consenso por dos colores, azul marino y color arena, para los uniformes que serán financiados por la Universidad como anualmente se hace, y adicionalmente dos pantalones en el mismo color, los cuales serán pagados por las propias administrativas. Y por si fuera poco para las modelos, se anunciaba que aún faltaba seleccionar el color del uniforme para el personal de intendencia. Aunque eran muy pocas las de intendencia, casi se volvió a presentar el mismo problema: pasaron dos bloques de diferentes colores y cerca de 30 minutos después la votación se inclinó por el color pistache y el azul marino en dos uniformes. Después de todo eso quedaron exclusivamente, en el interior del Aula Forense, aquellas personas que tuvieron problemas para la talla de su uniforme, las gorditas, que no son pocas en nuestra Universidad.