8 de mayo de 1980

El gobierno municipal, estatal y federal en Querétaro, se vio rebasado en esa fecha por la lucha estudiantil democrática y el apoyo popular que obtuvo en un genuino esfuerzo democrático.
Este movimiento se inserta en la dinámica iniciada en 1968 mediante la cual México luchó para que las voces de todas y todos fueran escuchadas, para que las minorías tuvieran una opinión válida, para que los más marginados tuvieran voz, para que, sin importar cuál sea el mensaje, tuviesen un eco.
La estrategia que diseñamos para el 8 de mayo de 1980 en la lucha de la Escuela Normal en Querétaro no fue otra que la de continuar lo que veníamos haciendo en la escuela de psicología y en varias otras escuelas de la Universidad Autónoma de Querétaro lo que ahora reivindicamos.
Esa estrategia es la que corresponde al devenir histórico de las luchas estudiantiles de las luchas democráticas y de los gobiernos populares. El discurso central en la gran manifestación masiva que se llevó a cabo en el zócalo de la Ciudad de Querétaro, tenía como elemento fundamental un llamado a la organización de la sociedad en sus colonias en sus centros de trabajo en sus escuelas en sus fábricas. en las comunidades campesinas y por lo tanto, se orientaba a fortalecer la democracia participativa que en esos tiempos era desconocida para la mayoría de los ciudadanos
Previo a estas movilizaciones, en la Universidad Autónoma de Querétaro y concretamente en la Escuela de Psicología, se fue a presentar un candidato a la Rectoría de la Universidad Autónoma de Querétaro y su discurso era defender la democracia indirecta. Argumentaba que podíamos elegir representantes y esa representación tanto a nivel local Estatal o Federal simplemente cumpliría de manera automática con el mandato y el compromiso que habían establecido ante sus electores lo cual era totalmente falso.
El contexto de la lucha de los normalistas era por un lado, a su favor, el clima democrático que se había ido construyendo en el entorno universitario; pero en su contra, el contexto de estas movilizaciones tenía el endurecimiento del sistema político que controlaba el estado y que en ese momento dependía de la confederación de trabajadores de México la CTM, organización charra que, por muchos años, fue liderada por Fidel Velázquez.
Él era quien ponía y quitaba autoridades en todos los niveles tanto municipales estatales e influía muy fuertemente en la elección de autoridades federales
Demandas. Las demandas centrales del movimiento las presentaron los normalistas y los demás agrupamientos las respetamos y las apoyamos incondicionalmente.
Quiénes participamos en esas fechas, cumplimos cabalmente con nuestro papel de dirigentes.
Quienes formaban parte de las bases cumplieron también acudiendo a las convocatorias a la defensa mediante la movilización enarbolando sus demandas.
El gobierno del estado se cerró y acudió a solicitar el apoyo del Gobierno Federal y el Gobierno Federal no podía en ese momento negarse a dar respuestas a las demandas. Sin embargo, una vez que pasó el calor de la movilización, buscó todos los mecanismos posibles para descabezar el movimiento estudiantil, el movimiento sindical y el movimiento universitario hasta consolidarse como un gobierno antidemocrático con una ideología de derecha.
Es desde ahí, que adquirieron gran experiencia para manipular a dirigentes de izquierda que ahora se mueven al son que estos grupos de poder les tocan.
Con su lucha, los normalistas coadyuvaron al fortalecimiento de la vida democrática del Estado de Querétaro.
Los normalistas se esforzaron, lucharon y sacaron el pecho ante la represión y la cerrazón de los gobiernos.
Siguieron el ejemplo de los universitarios, quienes se aglutinaron en torno a la vida académica de su institución, la fortalecieron y abrieron nuevos caminos a la democracia al interior de la universidad.
Sirvió el ejemplo de los dirigentes estudiantiles de los dirigentes sindicales y de los dirigentes populares que levantaron su voz y se hicieron escuchar en medio de la cerrazón.
Hoy son otros tiempos, otras condiciones. y otra composición de las fuerzas políticas que interactúan en el estado, pero no estaría para nada mal que recogieran esos ejemplos, esas demandas, esas estrategias de lucha y sus posicionamientos para volver a reactivar la vida democrática al interior de la institución. Los tiempos cambian, las personas cambian las instituciones cambian. El cambio es la única realidad que no se puede negar y que está siempre presente en todas las actividades humanas.