Adaptógenos: herbolaria para acoplarse a los cambios socio-ambientales
Joaquín Antonio Quiroz Carranza
PARA DESTACAR: Nicolai Lazarev, científico soviético, descubrió que en la naturaleza existen una serie de especies vegetales que tienen la capacidad de ayudar a los organismos a adaptarse. A éstas las denominó adaptógenos, porque apoyan a los seres humanos y animales domésticos a enfrentar los efectos adversos provocados por el estrés, cambios ambientales y presencia de microorganismos.
Desde la antigüedad se reconoce que la naturaleza es fuente de prosperidad y salud. Pero los cambios generados a partir de la Revolución industrial y en la etapa capitalista neoliberal profundizaron el divorcio de las relaciones sociedad-naturaleza, llegando a considerar que el ser humano, por sus capacidades y conocimiento, podía estar por encima de ésta. Esta soberbia del modelo civilizatorio global ha presentado tantos errores que existe, incluso, la probabilidad de la extinción de la especie humana.
La industria farmacéutica, parte de la trilogía imperial, junto con la industria militar y petroquímica, gobierna el mundo y mantiene su hegemonía sobre la gran mayoría de la población mundial, que, como mansos rebaños, siguen las pautas que esta señala para “recuperar” la salud
Paulatinamente las poblaciones humanas vienen reconociendo que someterse mansamente al paradigma impuesto por los grandes consorcios farmacéuticos les resulta contraproducente, pues en primera instancia el modelo económico con sus emisiones contaminantes, el estrés, la producción de alimentos industrializados, la estandarización de la reproducción humana (embarazo, nacimiento y lactancia), la enseñanza escolarizada, entre otros, enferma a la población, posteriormente le vende, de forma privada o pública, servicios médicos que prometen la cura mediante la consulta, los medicamentos, la cirugía y diversas terapias invasivas.
Una vez iniciado el proceso y en caso de reconocer que el coctel farmacológico “acabó” con el padecimiento inicial, se hace necesario continuar con otro tratamiento para “eliminar” los efectos secundarios del tratamiento original y así sucesivamente, hasta agotar los recursos económicos y/o la esperanza del individuo.
En 1947, Nicolai Lazarev, científico soviético, descubrió que en la naturaleza existen una serie de especies vegetales que tienen la capacidad de ayudar a los organismos a adaptarse (acoplarse) a los cambios rápidos de su entorno, provocando un incremento en su resistencia ante las influencias del ambiente social y natural.
A estas especies vegetales las denominó adaptógenos, porque apoyan a los seres humanos y animales domésticos a enfrentar los efectos adversos provocados por el estrés, cambios ambientales y presencia de microorganismos. Permiten a las células tener acceso a mayor energía, favorecen la eliminación de toxinas producidas durante los procesos metabólicos, ayudan al organismo a utilizar el oxígeno de forma eficaz, potencian y aceleran la regulación apropiada de los ritmos biológicos. Es decir fortalecen el organismo, siempre que el individuo desarrolle un estilo de vida equilibrado, pues no son milagrosas ni pueden emplearse para doparse.
Algunas de las especies adaptógenas son: Panax ginseng, Panax quinquefolium, Eleutheroccocus senticosus, denominados comúnmente ginseng, también las siguientes especies: rodiola (Rhodiola roseo), ashwagandha (Withania somnífera), equisandra (Schisandro chinensis), regaliz (Glycyrrhiza glabra), astrágalo (Astragalus membranaceus), uña de gato (Uncaria tomentosa), romero (Rosmarinus officinalis), hierba de San Juan (Hipericum perforatum), ajo (Allium sativum), noni (Morinda citrifolia), equinácea (Echinacea angustifolia), sáuco (Sambuscus nigra), los hongos Cordyceps sinensis, Ganoderma lucidum, Imonotus obliquus, Lentinula edodes, Trametes versicolor, Tremella mesentérica, entre otras.
Este grupo de plantas fortalecen la rebeldía contra los procesos mercantiles de las grandes trasnacionales farmacéuticas, porque su producción y distribución local liberan a los individuos de la saturación comercial de fármacos antigripales, vitamínicos, antibióticos, psicofármacos y muchos otros, pilares de una de las tres industrias más poderosas del mundo.
La alteración de la salud biológica y emocional del individuo deviene de factores genéticos, ambientales, sociales, culturales y psicológicos, de tal suerte que los cuatro últimos permiten o limitan la expresión de la información genética. Es decir, la propensión hereditaria no es, ni mucho menos una condena, solamente una probabilidad matemática, la cual se puede o no expresar en dependencia de las características del estilo de vida.
Para aumentar las defensas del organismo frente al estrés social y natural, normalizar las funciones del cuerpo, protegerse contra las radiaciones dañinas, las sustancias tóxicas del ambiente, minimizar la gastritis crónica, hiperglucemia y presión arterial, disminuir el cansancio, aumentar la destreza mental, promover el desarrollo de las funciones orgánicas y potenciar el sistema inmunológico, es decir que para fortalecer la resiliencia del organismo frente a los cambios socio-ambientales, el consumo de adaptógenos es indispensable.
Más información en el proyecto “El Ahuehuete” en la calle Niños Héroes número 29-B, Centro, Tequisquiapan, Querétaro o al correo electrónico elahuehuete.herbolaria@gmail.com