Apuntes para el rescate del cine-teatro “Martín Torres” de Hércules, Querétaro
1.- En Querétaro, la oferta cultural se ha diseñado a partir de los valores de una élite, mismos que se ven reflejados en los grupos que usufructúan el poder cultural en la entidad. No se puede más seguir así,
si queremos crecer en términos de desarrollo cultural, no se puede más ignorar las propuestas de otros grupos, los valores de otras culturas. El hecho de ignorar y despreciar otras formas de concebir la cultura ha provocado que esos grupúsculos devengan en mafias locales de la cultura: hay sospechas de que las becas y premios que otorgan algunas instancias culturales, desde hace varios años, son repartidas entre los integrantes de esos grupos (un detalle, entre varios, que por razones de espacio no es posible describirlos). Ante esto, es urgente partir de un concepto más amplio de cultura.
2.- ¿Qué quiere decir la “gente culta” cuando afirma que alguien “no tiene cultura”? Es un contrasentido, un monumento a la estupidez. No significa más que el “alguien” en cuestión no comparte los mismos valores que el “biempensante” (o “gente culta”). Sin embargo, los dos tiene el derecho a creer lo que quieran y manifestarse. Aunque suene a lugar común, va de nuevo: tenemos que defender la tolerancia y el derecho que todos tenemos a manifestarnos y a expresar nuestros valores. Las manifestaciones de los “marginados” son tan valiosas como las de la “cultura exquisita” (cualquier cosa que eso signifique).
3.- A raíz del desarrollo de la sociedad contemporánea, en los años recientes la especie humana ha desbordado en número de habitantes a infinidad de países a tal grado que, como señala el filósofo español, José Ortega y Gasset, en su libro La rebelión de las masas: “Los habitantes han sido proyectados a bocanadas sobre la historia, montones y montones de hombres en ritmo tan acelerado que no es nada fácil saturarlos de cultura y es por eso que en la actualidad no se hace otra cosa que enseñarles a las masas la técnica de la vida moderna, pero no se ha logrado educarlas”. De ahí que exista tanta fascinación por la violencia, por la cultura de la muerte: a las masas se les enseña a consumir y consumir como una costumbre social y, además, vista ésta como proyecto de vida, de mundo. El mundo feliz (“Brave new world”), de Aldous Huxley, hace mucho tiempo que se transformó en una cruenta realidad: el método “Bokanovski”, con el que genéticamente predisponen a los individuos a pertenecer a determinados esquemas o identidades, compartiendo características tanto físicas como psicológicas, ha dado a luz a hijos homogéneos, sartorianos “homo videns” (eufemismo del hombre estúpido), mismos que pertenecen a la mayoría de este planeta.
4.- Querétaro no está exento de ese “mundo feliz”: el brutal crecimiento poblacional, la implantación de la cultura de consumo, el culto al dinero, la banalización de todo y la “técnica de la vida moderna” (Ortega y Gasset dixit), provocan expresiones como la obsesión por la destrucción y el exceso de energía, y que se resume en una palabra: violencia. Los recientes acontecimientos violentos en Querétaro sólo demuestran, por enésima vez, que este mundo está estructurado para que la “satisfacción” de la vida y valores dependan del dinero y el poder (y se hará cualquier cosa con tal de obtenerlos).
5.- En Hércules, perteneciente a la delegación Villa Cayetano Rubio, en el municipio de Querétaro, existe una hermosa y vetusta construcción conocida como cine-teatro “Martín Torres”, propiedad de los jubilados del Sindicato de Textiles Hércules. Perdido entre bocinazos, mentadas de madre y puestos de nieve y tortillas, el cine-teatro “Martín Torres” está subutilizado, descuidado, y hay quien ya propuso su venta (para, seguramente, construir un Oxxo o cualquier otra tienda de consumo). Otros se niegan tajantemente a su venta, aunque su mantenimiento y reparación son costosos. El cine-teatro “Martín Torres” es un espacio formidable para la organización de actos culturales que serían de impacto social positivo para los habitantes de Hércules. Para sorpresa de la “gente culta” hace varios años, en dicho cine-teatro, se proyectaban películas y se ofrecían obras teatrales con gran asistencia de público, sin que existiera “apoyo” (bueno, es un decir) por parte de las mafias queretanas de la cultura: autogestión cultural teníamos, pues, en ese cine-teatro mismo que fue la base de su éxito (temporal, pero éxito al fin y al cabo). Ha llegado el momento de rescatarlo: Hércules padece de graves problemáticas sociales: alcoholismo, drogadicción, crecimiento anárquico, etc.; su cine-teatro, el “Martín Torres”, debe fungir como un espacio donde a través de manifestaciones culturales se den alternativas para enfrentar los problemas de su población. Hércules tiene una gran ventaja respecto a otras localidades queretanas: su visión de comunidad y de fraternidad que se manifiestan, por ejemplo, en la organización de sus fiestas religiosas, en el inter-barrios de futbol y en su liga de basquetbol. La función primordial de la nueva etapa del cine-teatro “Martín Torres”, deberá ser el rescate de su legado histórico, la promoción de otros valores ajenos al poder y dinero entre niños y jóvenes y el reforzamiento de su sentido comunitario, entre otros aspectos. Es, por supuesto, necesario el apoyo institucional (un grupo de egresados universitarios de la localidad, realizará un diagnóstico que será presentado a varias dependencias, entre ellas la UNAM campus Juriquilla); el problema es que las mafias queretanas de la cultura, o bloquearán, o intentarán imponer a uno de sus integrantes, o querrán implementar en el proyecto su visión euro-centrista (la única que conocen, ¡qué pobreza!). Es parte de los riesgos. El cine-teatro “Martín Torres” de Hércules tiene una nueva batalla por dar: la cultura de comunidad, la cultura donde la vida es canto, baile y poesía, versus: la cultura de la muerte.
Jorge Coronel
{loadposition FBComm}