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Así, ¿cómo sí?

Son miles, aunque a la vez muy pocas las voces de la “Marcha fifi” que se escucharon gritando: “Así no, AMLO…, renuncia”.

Mucho se ha dicho (incluso por AMLO), que todos tienen derecho a expresarse libremente sin importar su postura. Sólo que la “libertad” neoliberal todo lo enrarece, pues genera la falsa percepción de que cualquiera puede decir lo que sea, como sea, cuando sea, no importa si es o no verdad, ni tampoco importan las consecuencias.

La “libertad de expresión” neoliberal permite la publicación de falsas noticias o falsas fotografías (como la que publicó Pedro Ferriz para magnificar dicha marcha). Esa “libertad” también se confunde con la compra y lanzamiento de ‘bots’; esos programas informáticos que se utilizan en redes, para simular la interacción humana, hinchando artificialmente el número de seguidores, o automatizando la repetición infinita de respuestas para posicionar alguna postura, aparentando que millones de internautas la comparten e incluso provocando que se cancelen las cuentas de los adversarios al simular que son numerosos los pulgares hacia abajo que deciden su bloqueo en el circo romano de las redes.

La “libertad”, en la ley del más fuerte y violento, también autoriza el desbordamiento irracional de pasiones, el acoso y el linchamiento mediático en el que se pierde toda objetividad porque el “derecho a la crítica” se torna convocatoria al exterminio del “maligno” oponente.

La colonización neoliberal siembra el odio y la sensación de peligro y desconfianza mutua, no sólo entre los “conservadores”, “burgueses”, “fifís” o como sea que se les llame, sino también entre los “progresistas”, “liberales”, “de izquierda”, “antisistémicos” y demás.

En ese coctel explosivo todo se contamina. Incluso se confunden y diluyen las llamadas de auxilio o valientes denuncias contra presuntos o reales feminicidas, pederastas, secuestradores o feroces sicarios.

En general, unas y otros ocupan demasiado tiempo y energía, espetándose mutuamente el “Así no”.

Parafraseando a Marx, no obstante, podemos decir que la crítica no está sólo para interpretar, denunciar, señalar errores, desaprobar, develar las transas, mentiras, desfalcos, agresiones “del otro”, por muy indispensable que esto sea, también está para transformar, para orientar hacia otras vías que no se han considerado o que aún no se han inventado y hace falta construir.

En este contexto, la 4T que convoca a todos los mexicanos tiene una ineludible responsabilidad de precisar sus rutas alternativas; una de las cuales habrá de ser la de formar cívica y políticamente tanto a quienes dicen impulsarla como al resto de la población.

Para que la 4T florezca habrá que trascender el nivel de la denuncia visceral (al menos para reflexionar sobre los efectos reales de espetar los desacuerdos, más allá de la catarsis) y pasar al de la denuncia fundamentada. Habrá que avanzar además al nivel de la propuesta alternativa y demostrar empíricamente que muchos “Así sí” no sólo son posibles, sino actuales o traducibles a programas viables y significativamente mejores a los de antes.

Es imperativo difundir ampliamente, no desde la falaz publicidad gubernamental o macro-empresarial autocomplaciente, sino desde las múltiples voces populares, ejemplos vivos de esas alternativas, para inspirar nuevas prácticas y fortalecerlas.

 

metamorfosis-mepa@hotmail.com

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