El verdadero “huachicol” venía desde dentro de Pemex
Al momento de escribir este artículo, el nuevo gobierno federal lleva apenas 41 días de haber tomado posesión del cargo, y sin embargo ya ha ofrecido información sobre el robo de combustibles que ningún gobierno anterior había dado. No sólo ha tomado ya medidas para frenar el saqueo de hidrocarburos por parte de una delincuencia muy bien organizada.
Las cifras proporcionadas por la nueva administración federal son impresionantes y es lógico que haya algunas discrepancias en cuanto a los números; pues es claro que la anterior administración de Peña Nieto iba a ocultar información de un robo que, por si fuera poco, venía desde las entrañas mismas de Pemex.
Esta es la primera información importante que nos ha ofrecido el nuevo gobierno: el llamado “huachicoleo” que nos mostraban las anteriores administraciones priistas y panistas, en realidad era una pantalla de humo para ocultar un robo a gran escala. Las escenas que veíamos en los medios con los anteriores gobiernos nos mostraban, de vez en cuando, unas cuantas tomas clandestinas, unas cuantas pipas o transportes que se abastecían de tales tomas y unos cuantos “huachicoleros” que se dedicaban a “ordeñar” ductos de Pemex.
Hoy sabemos que en realidad había otra “ordeña” que no se mostraba en los medios. Un robo espectacular en el que estaban inmiscuidos directivos y trabajadores de Pemex para hurtar combustibles, no sólo utilizando una gran cantidad de pipas sino incluso ductos paralelos a los de la paraestatal, algo imposible de hacer sin la connivencia de altas autoridades de Pemex.
Repito, los datos que ha proporcionado el nuevo gobierno federal son impresionantes: Se habla de un robo promedio de 10 mil millones de pesos anuales en el gobierno del panista Vicente Fox (60 mil millones de pesos en todo el sexenio) cifra que aumentó a 20 mil millones de pesos anuales en el gobierno del panista Felipe Calderón (120 mil millones de pesos en todo el sexenio) y de 50 mil millones de pesos anuales en el último gobierno (300 mil millones de pesos en todo el sexenio); de los cuales, unos 65 mil millones de pesos corresponden al año pasado. ¡Esto equivale a robarse 10 millones de litros de gasolina diariamente!
No es creíble que tales cantidades hayan pasado inadvertidas a las anteriores autoridades de Pemex. En cierta manera, este descomunal robo de combustible significa una privatización a la mala de la paraestatal; una expropiación de las ganancias nacionales por un grupo de delincuentes de “cuello blanco”, comenzando por los anteriores directores de Pemex de los gobiernos priistas y panistas de, al menos, los últimos tres sexenios.
Los responsables tienen nombre y apellido, comenzando por los anteriores directores: Emilio Lozoya Austin, José Antonio González Anaya (cuñado de Carlos Salinas de Gortari) y Carlos Alberto Treviño Medina, que dirigieron Pemex en el gobierno de Peña Nieto. Pero también Juan José Suárez Coppel y Jesús Reyes-Heroles González-Garza que dirigieron Pemex en el sexenio de Felipe Calderón; así como Luis Ramírez Corzo y Raúl Muñoz Leos, directores de la paraestatal en el sexenio de Vicente Fox. Estos personajes o fueron totalmente incompetentes o corruptos, o ambas cosas (que es lo más probable).
A los anteriores habría que agregar a los que en su momento fueron secretarios de Energía, Secretaría de la que depende Pemex: Pedro Joaquín Coldwell con Peña Nieto; Jordy Herrera Flores, José Antonio Meade Kuribreña (excandidato presidencial del PRI) y Georgina Kessel Martínez con Felipe Calderón; Fernando Canales Clariond, Fernando Elizondo Barragán, Felipe Calderón Hinojosa y Ernesto Martens Rebolledo con Vicente Fox.
También hay que incluir a los exsecretarios de Hacienda, los que tampoco no pudieron no saber del escandaloso atraco a Pemex: José Antonio González Anaya, José Antonio Meade y Luis Videgaray Caso en el gobierno de Peña Nieto; José Antonio Meade, Ernesto Cordero Arroyo y Agustín Carstens con Felipe Calderón y Francisco Gil Díaz con Vicente Fox.
Y naturalmente, deben haber sido cómplices los jefes de todos ellos: Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quezada. “Curiosamente”, varios de ellos entraron después de sus cargos al negocio de la energía. Por ejemplo, Georgina Kessel es hoy miembro del Consejo de Administración de la empresa española Iberdrola. Felipe Calderón es miembro del Consejo de Administración de Avangrid, filial estadunidense de la española Iberdrola. Luis Ramírez Corzo encabeza la compañía perforadora Oro Negro; en la que también participa Gonzalo Gil White, sobrino de Francisco Gil Díaz, exsecretario de Hacienda con Vicente Fox.
Todas estas “finísimas” personas se hicieron de la vista gorda ante un robo descarado a la nación. Es evidente que el huachicoleo institucional fue creciendo gradualmente a lo largo del tiempo. Es un problema que se dejó crecer porque evidentemente algunos estaban ganando mucho dinero. A grandes males, grandes remedios. El gobierno actual ha tomado el toro por los cuernos y ha decidido enfrentar a la principal mafia del huachicol que se halla dentro de Pemex.
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