¿Hacia un mundo de no-humanos?

Recientemente el filósofo Byung Chul Han publicó su libro Las no-cosas, en que emprende una fuerte crítica contra los smartphones. Con este libro recordé señalamientos de otros pensadores, para dar cuenta del mundo actual: los ‘no-lugares’, el ‘no-trabajo’, el ‘no-dinero’, que llevan a una pregunta inquietante: ¿qué clase de seres humanos está surgiendo en este tiempo de crisis civilizatoria global?, ¿qué les/nos sucede a las personas que se alimentan o interactúan cotidianamente con estas negaciones?
Antes de abordar el tema de las ‘no-cosas’, me referiré a los otros conceptos:
LOS NO-LUGARES
Marc Augé, antropólogo francés, diferencia entre ‘lugares’ y ‘no-lugares’. Un lugar es cualquier espacio del planeta, cargado de identidad, con historia, con cultura, con memoria, reconocido por quienes lo habitan como ‘propio’ (el hogar, un jardín, una escuela, el club, un templo, etc.).
Un ‘no-lugar’, en cambio, es un espacio sin alma, sin historia, sin personalidad, donde la gente no permanece mucho tiempo (los aeropuertos, las carreteras…). Los ‘no lugares’ son todos iguales (como los halls de comida rápida o los cafés de franquicias, que venden comida estandarizada, sin el toque especial del chef).
¿Qué les sucedió a esas personas que perciben los malls comerciales como su “lugar favorito”?
EL NO-TRABAJO
El trabajo, según Marx, es esa actividad creativa por la que el humano transforma la naturaleza y se transforma a sí mismo; es decir, se autorrealiza y se expresa en toda su potencialidad; es lo que da sentido a su existencia. Sin embargo, el capital enajena al trabajo y al humano, al condenarlo a acciones rutinarias y extenuantes, sometidas a la voluntad de un otro “superior”. El ‘no-trabajo’ se refiere a esas ocupaciones que embrutecen, que no enseñan nada, ni generan pasión, ni exigen ni permiten pensar ni crear y que deshumanizan, vaciando de sentido la existencia.
Un drama sobre este tema es que mucha gente comprenda al trabajo, no como fin en sí mismo o forma de auto realización, sino sólo como medio para ganar dinero.
EL NO-DINERO
El dinero es un invento humano que dejó de ser medio para volverse fin.
Antes de él existía el trueque y, por ejemplo, 20 huevos podían cambiarse por 5 quesos. Luego, con las monedas ya no fue necesario cargar las mercancías; uno entregaba 10 monedas y recibía 20 huevos o 5 quesos o una camisa. Sólo que tener cofres llenos de monedas era pesado y peligroso, así apareció el papel moneda y luego el ‘no-dinero’ o ‘dinero virtual’.
Un ejemplo de ‘no-dinero’ es el pago de intereses por algún préstamo; otro son los juegos de la bolsa de valores, por los que ciertas empresas van aumentando o perdiendo su capital, simplemente por rumores, creencias o proyecciones de futuro, y por la cantidad de inversionistas que se van animando o desanimando a comprar sus acciones.
El ‘no dinero’ permite, por otro lado, que cualquier cuenta bancaria sea saqueada por algún hábil hacker, a quien le basta apretar los botones adecuados.
Con todos estos cambios, el dinero se independiza y dejan de ser visibles, primero las mercancías que le daban su valor, luego los trabajadores que produjeron dichas mercancías, luego los trúhanes que hacen malabares para apropiárselo.
El ‘no-dinero’ o dinero no material provoca grandes ilusiones y, a la vez, grandes tragedias.
LAS NO-COSAS
Chul Han denuncia en ‘Las no-cosas’ que los humanos de hoy dejamos de tener experiencias físicas con los objetos materiales, para interactuar sólo con información: “No son las cosas, sino la información, lo que determina el mundo en que vivimos”. “La digitalización desmaterializa y descorporeíza el mundo. La información falsea los acontecimientos”.
Así, abandonamos los parques públicos y dejamos de comunicarnos cara a cara con nuestros amigos. Como cazadores de información, nos llenamos de ruido virtual y nos volvemos ciegos y sordos ante las pequeñas cosas silenciosas y discretas, ante las otras personas que le dan sentido a nuestra existencia, ante todas esas cosas que nos vuelven humanos…
*Miembro del ‘Movimiento por una educación popular alternativa’ (MEPA) maric.vicencio@gmail.com