La salud humana: restar o sumar
Luchar contra los patrones de consumo y culturales negativos, todo aquello que vende la mercadotecnia exacerbando los deseos y las frustraciones provocan daño, es decir restan salud.
Es muy común la creencia de que las afecciones o dolencias tienen como origen la mala suerte o el castigo divino, o cuanto más se piensa en los alimentos ingeridos los días previos. Prácticamente, a nivel general, nulo es el entendimiento sobre el origen complejo de las afecciones y dolencias.
Larga es la lista de los factores o fuerzas estresoras que provocan afecciones y dolencias, los cuales y de forma general se enlistan a continuación: económicas, sociales, relacionales, ambientales, culturales, emocionales, los alimentos y los fármacos, solo por mencionar las más relevantes.
Dentro de las fuerzas económicas esta la relación ingreso/gasto, es decir el ¿cuánto se percibe mediante un salario, sueldo o emprendimiento y el cuánto se gasta?, la diferencia positiva, definida como “ahorro” es un elemento que suma salud, mientras que la diferencia negativa denominada “deuda” es un factor que enferma, y el impacto sobre la salud está en relación con la magnitud y recurrencia del desequilibrio económico.
Las fuerzas o factores relacionales son todas la interacciones entre los individuos sean de la misma especie y hacia otras. Los pensamientos, las palabras y los hechos de naturaleza negativos, e incluso las omisiones, dirigidos contra otros seres vivos provocan afecciones, por ejemplo toda forma de violencia, maltrato, desprecio, le resta salud al que lo provoca, independientemente de la generada hacia el otro.
El ambiente natural, es tal vez una de las fuerzas estresoras más conocidas popularmente, pues es abundante la información sobre la contaminación y los efectos sobre la salud humana, claro que pocas son las acciones que hace el individuo promedio para no generarlas o en su caso evitarlas o evadirlas y proteger con ello su salud.
La cultura, ese conjunto de saberes colectivos, se manifiesta mediante el comportamiento individual, existen acciones culturales positivas y negativas, por ejemplo los prejuicios, las tradiciones castrantes, la enseñanza escolarizada, el aprendizaje memorístico, el entrenamiento escolar de los individuos para que obedezcan y que no posean pensamiento crítico, la moda comercial, son acciones, todas ellas, que frustran a los individuos. Los patrones culturales negativos provocan daño a la salud.
Las emociones son fuerzas electrofisiológicas que en virtud de su intensidad, duración y recurrencia generan congestión eléctrica y daño en el funcionamiento de tejidos y órganos.
Conforme se ha ido industrializando la producción agrícola y de procesamiento de alimentos, éstos han perdido sus propiedades nutrimentales, y por otra parte se ha profundizado la ingesta de sustancias químicas dañinas como los conservadores, los colorantes, espesantes, entre otros, todos los cuales le restan salud a los seres humanos.
Respecto al masivo consumo de fármacos convencionales, es del dominio público los efectos negativos que sus componentes provocan en la salud humana, aunque se miran como un mal necesario o como una alternativa “gratuita” cuando son entregados por los servicios médicos públicos, y como dice el proverbio popular “gratis hasta puñaladas”.
Entonces, si se desea una vida plena y feliz, es necesario analizar y sobre todo poner en práctica modificaciones en los patrones de comportamiento humano que sumen y no que resten. Luchar contra los patrones de consumo y culturales negativos, todo aquello que vende la mercadotecnia exacerbando los deseos y las frustraciones provocan daño, es decir restan salud.
Por otra parte fomentar patrones culturales como la lectura, la escritura, las relaciones humanas equitativas, la aceptación y respeto a las diferentes formas de pensar, amar y vivir, son positivas y suman salud en los individuos y colectividades humanas que las practican.
La salud humana poco tiene que ver con los llamados “sistemas públicos o privados de salud”, está más relacionada con acciones cotidianas que mejoran el entorno rural o urbano, el ambiente natural, las relaciones humanas entre los integrantes de la comunidad, la felicidad y las interacciones basadas en el respeto, la honestidad, y el amor.
Considerar en el análisis de la salud individual y comunitaria la situación de equilibrio o desequilibrio de los múltiples factores del entorno que rodea al individuo y la comunidad, implica revisar los aspectos económicos, sociales, relacionales, ambientales, culturales, emocionales, alimentarios, el consumo de medicamentos convencionales, entre otros y desarrollar actividades que contribuyan al logro de un equilibrio integral.
Más información en El Ahuehuete, herbolaria. Niños Héroes 41, esquina Matamoros, Local 3. Tequisquiapan, Qro. 442-3775127, 414-1070194 y 427-1212508. Correo electrónico: contacto@elahuehuete.com.mx; www.elahuehuete.com.mx