Attolini: la imagen y la televisión
Por: Jorge Antonio Torres Anaya
La inclusión de Antonio Attolini a los medios de comunicación, y especialmente en la televisión, es un duro golpe a la credibilidad del movimiento social del hashtag #YoSoy132. Y es que hasta estas fechas el estudiante del ITAM ha sido considerado como el referente ante los medios del movimiento de origen universitario que más ha hecho frente a la imposición del candidato Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, la noticia que hoy ha sacudido al interés público, generando tanto expectación como descontento, tiene aristas demasiado importantes como para no ser tomadas en cuenta y a partir de las cuales todo juicio al respecto puede tener una visión amplia.
Antonio Attolini está inscrito a un movimiento que abiertamente se ha mostrado como atípico, rompiendo con el paradigma clásico de la democracia representativa en la política mexicana, acostumbrando no sólo a la llamada “clase política” sino a toda la población a la necesidad de un referente encarnado en una persona para los movimientos sociales. No es de esperarse que dentro del ideario de la gente, de los medios y de los políticos impere la idea de que detrás del movimiento estudiantil se encuentran las manos maquiavélicas de algún político, pues no conciben la existencia de un grupo organizado de forma horizontal, con representantes rotativos, apartidista y sin fines de lucro (aunque sea esto último uno de los puntos más críticos para confrontar la noticia). La figura de Attolini vino a llenar, junto con otras personas, la imagen del #YoSoy132. Con su dinámica y su forma en la que se presentaba frente a las cámaras parece casi lógico que llamara la atención no sólo de aquellos que quisieran participar del movimiento estudiantil, sino de aquellos mismos a los que hacía frente, cuando en la manifestación en Televisa fuera el estudiante que manoteaba y vociferaba frente a las cámaras.
¿Qué caminos llevan a un personaje con un discurso ante los medios de comunicación vendidos al capital a participar de ellos de forma institucional? Desconocemos cuáles son las intenciones personales, así como los posibles beneficios que esta participación en los medios de comunicación le conlleve a este personaje. Sin embargo conocemos perfectamente los resultados inmediatos: la gente se descontenta, se genera la crítica y la tristeza de ver a un movimiento en una supuesta venta de sus principios. Sin embargo, el rompimiento del paradigma clásico de los movimientos sociales hace que este evento no sólo no tenga que repercutir en la imagen del #YoSoy132, sino que lo coloca en la posibilidad de una renovación incluso interna, sin teatros y sin dramas como acostumbra la “clase política”.
El movimiento #YoSoy132 ya se ha deslindado de la decisión de Attolini y, como movimiento social dependiente de la ciclicidad de las actividades académicas de sus elementos constitutivos, se encuentra en un momento de pasividad inteligente, donde se da la posibilidad de replantear ideales, metas y objetivos. Impuesto el ignorante, es momento de pensar cómo hacer verdadero frente a las posibles repercusiones que traerá el futuro.
Abramos los ojos ante la expectativa, la posibilidad y la esperanza de que podamos cambiar todos los paradigmas impuestos. Con críticas y siendo conscientes de los demás. Con visión amplia y heroica, defendiendo nuestros principios.
Además opino que se debe de respetar la libertad de expresión en los medios de comunicación, legislarse adecuadamente sobre los derechos indígenas, evitar que los grandes capitales se involucren en nuestras elecciones y dejar de disfrazar el fraude electoral desde los medios. #YoSoy132.
@AntonioTorresA
antoniotorresanaya@gmail.com
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