Opinión

Automotores. Entre la pasión y el trabajo

Texto y fotos: Mauricio Álvarez

 

Como a cualquier niño, Ángel Becerril Rosales gustaba de los carritos. Pero ese gusto fue un poco más allá y se convirtió en una pasión que a futuro se convertiría en su vida, en su fuente económica de ingreso.

A sus ahora 39 años de edad, Ángel ha dedicado la mitad de su vida al mundo automotriz dentro de su taller que lleva por nombre “Suspensiones Los Ángeles” (mismo que está ubicado en la colonia España, a un costado de la avenida Felipe Ángeles esquina con Provenir poniente) en donde trabaja junto a su padre.

Ángel no sólo repara autos, sino que también realiza modificaciones con el fin de correr en las pistas en donde, a lo largo de un cuarto de milla, llegó a poner a prueba su habilidad frente al volante; y dice “llegó” porque actualmente ha dejado parte de su pasión debido a que es un deporte muy caro, asegura.

Sin embargo, en su taller aún tiene recuerdos como lo son un neumático para arrancones, un semáforo y algunas piezas que construyó con ayuda de su conocimiento.

Aunque el mundo del automotor es una pasión que distingue a Ángel, este asegura que es una labor peligrosa en la que se ha llevado algunos “sustos”, por lo que es necesario actuar con cuidado y haciendo el trabajo siempre de la mejor manera.

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