Opinión

Autos usadosy TLCAN

Por: MiryamIzébel Moreno Pacheco

Maestra en Gestión Tecnológica, UAQ

Para medir el éxito del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) existe un aspecto mucho menos obvio: el del impacto ambiental. Las consecuencias de las transacciones de este tratado tienen un costo ambiental el cual también es económico, si no inmediato, sí a largo plazo.Cuando se firmó el TLCAN surgieron dudas y preocupaciones de que México se convirtiera en el vertedero de nuestros vecinos del norte, al aceptarproductos que no cumplieran los estándares de calidad en materia ambiental en el país de origen y esto pusiera en riesgo nuestros mercados y nuestro medio ambiente. Ciertamente, desde antes del TLCAN y hasta nuestros días aceptamos de muy buena fe aquello que a Estados Unidos “ya no le sirve”, principalmente porque es más barato a lo que podemos obtener en nuestro propio país.

A pesar de ser mínimas las cláusulas del TLCAN donde se menciona el respeto al medio ambiente, se creó el Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), el cual cuenta con un consejo donde toman parte las organizaciones protectoras del medio ambiente en cada una de las partes; la SEMARNAT de parte nuestra. Estas instituciones buscan establecer políticas no solo para la protección del medio ambiente, sino también para mejorarlo.Sin embargo, el acuerdo determina que el intercambio comercial está regido por las leyes y estándares en materia ambiental aplicables al país y no se deben hacerse distinciones particulares para evitar así el proteccionismo.

Por tanto, existe el riesgo de que la debilidad del eslabón se encuentre dentro y no fuera si las leyes o su ejecución en nuestro país resultan débiles.Es de esta forma como algunas cuestiones pueden haberse salido de control. Un caso muy evidente es el muy debatido caso de la importación de los autos usados. Este tipo de transacción se estableció que iniciaría hasta el año 2009. Sin embargo, en el año 2005 durante la administración del presidente Vicente Fox se abrió la puerta a automóviles con una antigüedad de entre 10 y 15 años;entonces se podían hacer importaciones definitivas de autos usados pagando un arancel de 10%. Tal acción permitió la entrada a millones de autos, considerados por muchos, y quizá en algunos casos muy injustamente, como chatarra.

En aquel decreto no se consideró el daño ambiental que esto podría causar, quizá porque se mal entendió que el año de modelo era lo único que pudiera definir el eficiente desempeño de un motor, o porque escapó a los intereses que entonces imperaban. Fue hasta más adelante que a través de la emisión de otros decretos, se estipuló que dichos autos deben cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas, así como cumplir también con las normas físico-mecánicas y ambientales de su país origen.A todo esto, es evidente que la importación de autos usados efectivamente tiene un impacto ambiental negativo. Sin embargo, no es tanto el hecho, sino la ligereza con la que se toman en nuestro país las medidas ambientales, la corrupción en los centros de verificación, incluso aduanales, la calidad de la gasolina, y muchas otras cuestiones que incluyan de hecho la educación y compromiso de la ciudadanía.

A pesar de este hecho tan evidente, con el TLCAN se han obtenido en realidad muchos beneficios para el mercado de las tecnologías. Se pueden obtener mejores piezas y a mejores precios, en el ámbito de las empresas manufactureras. Se ha incrementado la competencia, y con ella también la investigación y la innovación.Nosotros los consumidores podemos obtener variedad de equipos de telefonía, cómputo y demás a precios, si bien superiores, aún al alcance de los bolsillos; la diferencia en el poder adquisitivo es a final de cuentas lo que más nos separa de los vecinos del norte.

Así entonces, a pesar de los eventos que han escapado a la regulación ambiental, lo que actualmente preocupa a las instituciones y miembros del ACAAN es el costo ambiental de las transacciones comerciales, es decir, el gasto energético que conlleva toda la transportación de mercancías entre los tres países. Será interesante ver como la reforma energética pueda ayudar en este caso; así como también será interesante ver como estaremos preparados para los desechos de la intensidad de nuestro consumo.

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