Opinión

Bricolage de fin de año

Punto y seguido

Por: Ricardo Rivón Lazcano

 

Soy pesimista sin rasgos nihilistas, por eso les deseo sinceras felicidades de época. La fatalidad no es lo mío, sino la desilusión del mundo. Creo que la tregua de fin de año será más bien aturdimiento. Lo que sigue son ideas sueltas, aforismos involuntarios y alguna reflexión irónica, absurda. He retomado a Jorge Wagensberg, Ambrose Bierce y Gabriel Zaid.

Cuando se desgarran las vestiduras por defender la Autonomía universitaria me nacen dos emociones; la primera, de solidaridad pura, la segunda es una emoción que, cuando veo que en realidad la Autonomía no está en riesgo más allá de lo que los propios universitarios, por sus torpezas la someten, se parece mucho a la definición que Ambrose Bierce da en su Diccionario del Diablo de la palabra “Patriotismo”.

Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso. En el famoso diccionario del doctor Johnson, el patriotismo se define como el último recurso de un pillo. Con el respeto debido a un lexicógrafo ilustre, aunque inferior, sostengo que es el primero.

-Plebiscito, s. Votación popular para establecer la voluntad del amo.

-Político, s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo.

-Conversación, s. Feria donde se exhibe la mercancía mental menuda, y donde cada exhibidor está demasiado preocupado en arreglar sus artículos como para observar los del vecino.

-Oímos decir que estamos curados de supersticiones, pero creemos en la guadalupana, tres personas en una sola persona, el chisme del vecino, la indemostrable frase en un tuit.

-La ley de Zipf: la probabilidad de uso de una palabra disminuye exponencialmente con su longitud: las palabras más cortas son también las más probables. Las de una sola letra (y, o, a…) se usan más que las de dos (yo, tu, en…) y las muy largas (decimonónico, antediluviano) son altamente improbables.

-Se puede ser invisible por lejano (como una galaxia), por pequeño (como un átomo), por rápido (como el estallido de una pompa de jabón), por lento (como el crecimiento de un árbol), por transparente (como el aire), por opaco (como el cuerpo humano), y se puede ser invisible simplemente por complejo (como un ecosistema).

-Una amapola en un trigal es la elegante protesta de la natura contra una propuesta de la cultura.

-La incertidumbre es la complejidad del entorno.

-La capacidad para cambiar el entorno tiene dos alternativas: la tecnología (cambiar el entorno) y la movilidad (cambiar de entorno).

-Un cerebro es sin duda el objeto más complejo de este rincón de la galaxia.

-Puede que no sea políticamente correcto decir que una cultura es más compleja que otra, pero puede que sea verdad.

-La poesía evoca diciendo lo máximo con lo mínimo, la filosofía provoca haciendo lo contrario.

-El especialista apuesta por la simplicidad con la esperanza de aumentar la eficiencia, aunque sea a costa de aumentar también riesgo (el osito koala).

-El generalista apuesta por la complejidad con la esperanza de reducir el riesgo, aunque sea a costa de reducir también la eficiencia (la rata).

-Llegó a decir: «el gobierno desterró a los obispos, en vez de ahorcarlos, como lo merecían esos apóstoles de la iniquidad»

-Y es que la revolución agrícola (seamos nacionalistas) empezó en México antes que en las islas británicas (donde empezó la revolución industrial antes que en México).

-Ver estas maravillas, salir del museo donde se glorifican las culturas indígenas y toparse con indios emprendedores que venden sabrosísimos elotes, pero ganan muy poco, es un contraste brutal entre lo indígena como tema exaltante de la falsa conciencia y como realidad humillante de un país consciente de sus raíces indígenas.

-¿Por qué hay más inquietudes religiosas en los medios culturales que inquietudes culturales en los medios religiosos? ¿Por qué la Iglesia, que hasta hace unos cuantos siglos era la cultura misma: el lugar central de la creatividad en la música, las artes plásticas, el teatro, la literatura, la filosofía, la ciencia, ya no lo es?

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba