Opinión

Calzada, un gobierno en crisis

Amor, humor y muerte

Edmundo González Llaca

“Paracharazein” era una palabra terrible que angustiaba a los griegos. Literalmente significa: “desgaste de la moneda”. Sin embargo, Eurípides prefería aplicarla a la pérdida de la respetabilidad del lenguaje político, pues consideraba que esto último era más grave que cualquier empobrecimiento material.

Tiene toda la razón Eurípides, y es que el hombre es un animal simbólico cuyas conductas son una respuesta a la idea que tiene de la realidad; por consiguiente, su militancia política se alimenta de las convicciones teóricas con las que juzga su pasado histórico y su actual estructura de poder. Nuestras ideas, decía un filósofo, son nuestros anteojos y los pueblos las necesitan no sólo para comunicar sino para caminar bien y con entusiasmo. La confianza en la palabra del gobernante es, para un país, más importante que se la que deposita en la moneda.

Todo esto viene a colación pues, en Querétaro, el discurso del señor gobernador José Calzada se ha devaluado y su gobierno se encuentra en plena bancarrota de credibilidad; ni siquiera los supuestos logros económicos en el estado parecen rescatarlo de la profunda crisis en la que chapolotea.

En un interesante artículo, “Discurso agotado”, nuestro buen amigo Víctor López Jaramillo denuncia y explica la razón del agotamiento del discurso de Calzada. Con la precisión de un cirujano, le hace la autopsia a la propaganda, promocionales y palabras del gobernante. Cita como ejemplos el fracaso absoluto de la reforma del transporte público y el cinismo de pregonar la seguridad pública cuando cada día en Querétaro los robos a casa habitación se han disparado.

El colmo fue que después de la muerte de un buscado narcotraficante, ocurrida en el municipio de Colón, haya tenido como comentario del gobernador Calzada, que Querétaro está ajeno al crimen organizado.

Jaime Labastida, respecto al discurso político, decía: “¿Qué debe ofrecer un discurso político a un pueblo que se encuentra en un áspero agujero? Por encima de todo, realidad. Inteligencia y crudeza para conocer su situación actual, para tocar las llagas y determinar con precisión quirúrgica, pero también realidad para encontrarles solución. Con otras palabras, realidad en el examen presente, realidad en el dibujo del futuro”.

Y de esto precisamente acusa Jaramillo al gobierno de Calzada: un discurso ajeno a la realidad, y en la medida en que la realidad se impone y no se pueden cubrir las fallas, el desgaste es acelerado y evidente.

Coincido con Jaramillo, pero no podemos dejar de tomar en cuenta la defensa que hacen los políticos de su visión esquizofrénica de la realidad; después de todo, en México, no sólo en Querétaro, la mayoría de los gobernantes sostienen un discurso político mareador y optimista. Aducen que, ante un pueblo mayoritariamente inculto, es imposible hacer diagnósticos verídicos, ya no digamos practicar la autocrítica de sus programas. Finalmente, ponen como pretexto: la gente también vive de esperanzas.

Acaricia la posibilidad, probada en la realidad, que si no es posible la negociación con los nuevos gobernantes para que guarden silencio, éstos declararán a cuatro vientos que la realidad no es como se las pintaron, pero ya para entonces los que dejaron el poder vivirán en el Distrito Federal o andarán con sus cámaras fotográficas y lentes oscuros recorriendo el mundo. Se aferran a la idea de que la memoria del pueblo es corta y pronto olvidarán sus abusos.

Y aunque duela reconocerlo, en general, eso es lo que sucede. El problema es que el gobierno de Calzada no sólo se distingue por utilizar un discurso ajeno a la realidad y pletórico de medias verdades, sino que también es reiteradamente denunciado -no por mí, sino por organismos nacionales e internacionales- como uno de los gobiernos más oscuros y tenebrosos de toda la República. Los obstáculos que, con la complicidad de funcionarios menores, se interponen a los ciudadanos para que no accedan a la información pública resultan escandalosos y se escuchan quejas al respecto en todos los foros.

La nueva reforma constitucional sobre el derecho de acceso a la información pública otorga facultades a las autoridades federales para atraerse solicitudes de información que los estados no hayan resuelto conforme a Derecho. La subordinación de los órganos garantes del acceso a la información a los gobernadores orilló a los legisladores a esta salida. Es una pena que Querétaro haya estado en la razón de este cambio centralista.

En fin, es muy grave la denuncia de Jaramillo sobre el desgaste del discurso político del señor gobernador Calzada, es un error político y una quiebra moral y ética de consecuencias lamentables para su administración. No obstante, creo que es aún más grave esconder la información pública, pues sobre esta estrategia política se cierne el fantasma de la suspicacia, del riesgo de la deshonestidad y la corrupción. Ante la oscuridad de lo público, no se deja de pensar: algo huele mal.

Espero sus comentarios en www.dialogoqueretano.com.mx donde también encontrarán mejores artículos que este.

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