Bella Ciao

La falsa narrativa de las energías limpias vs las sucias

A partir de la iniciativa de reforma constitucional del sistema eléctrico nacional, propuesta por el presidente de la República, la oposición al gobierno de la 4T ha intentado detonar narrativas falsas sobre tal iniciativa. Una de ellas es acusar al presidente de “apostarles a las energías sucias en lugar de las energías limpias”.

Por principio, debemos tener claro que dentro de los energéticos primarios (petróleo, gas natural, carbón, biocombustibles y las energías nuclear, hidráulica, eólica y solar, entre otros) no se halla la energía eléctrica, la que requiere de energéticos primarios para ser generada.

El año pasado, a nivel mundial, el 61 por ciento de la energía eléctrica se generó a partir de combustibles fósiles (35 por ciento a partir del carbón y 23 por ciento a partir del gas natural) y sólo un 35 por ciento a partir de energías limpias y renovables (16 por ciento energía hidráulica, 10 por ciento nuclear, 6 por ciento aerogeneradores y 3 por ciento solar).

Los energéticos primarios considerados como energías sucias son, principalmente, el carbón y el gas, con los que se generó el 60 por ciento de la electricidad el año pasado, a nivel mundial. El uso de estos energéticos, junto con el gas metano, es el principal responsable de la emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, del aumento de la temperatura global y, por lo tanto, del cambio climático. Queda claro que si queremos disminuir el cambio climático y la temperatura global debemos reducir el uso de gas natural y carbón para generar energía eléctrica (además de otros hidrocarburos y sus derivados, como las gasolinas, el diésel y el gas metano).

Y aquí es donde entra parte del engaño de la derecha mexicana. Nos quieren hacer creer que las únicas energías limpias, para generar energía eléctrica, son la eólica y la solar, con las que, el año pasado, a nivel mundial, sólo se generó el 9 por ciento de la demanda.

Sin embargo, a nivel internacional también están consideradas como energías limpias, para generar electricidad, la hidráulica, la geotérmica, los biocombustibles, la mareomotriz, la nuclear y las centrales de cogeneración (que aprovechan la energía térmica ya generada en otros procesos industriales). Al hablar de la reforma debemos incluir a todas estas energías limpias y renovables pues, el año pasado, a nivel mundial, generaron el 30 por ciento de la demanda, más del triple de la energía generada por la eólica y la solar, juntas, por lo que el no considerarlas es una falacia.

Por otra parte, es muy importante tener claro que no hay una única ruta de transición energética del uso de combustibles fósiles a energías limpias y renovables, pues cada región geográfica es diferente en cuanto a la disponibilidad de recursos energéticos primarios.

Sugerimos consultar el British Petroleum Statistical Review of World Energy, 2021 (https://on.bp.com/32i7h8h) en donde se muestran las claras diferencias del uso de energéticos para generar energía eléctrica, en siete regiones diferentes del mundo. Ahí es evidente que, por ejemplo, el mayor consumo de gas natural se da en medio oriente (arriba del 60 por ciento), después la comunidad de estados independientes (casi el 50 por ciento) y luego Norteamérica (casi el 40 por ciento). Mientras que el mayor uso de carbón se da en la zona Asia-Pacífico (más del 60 por ciento) y el mayor uso de energía hidráulica se da en Centro y Sudamérica (más del 50 por ciento).

Seguiremos con esta discusión en una próxima entrega.anbapu05@yahoo.com.mx

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