La simulación del “autoabasto” en el Sistema Eléctrico Nacional

Creo que, a estas alturas, para nadie es un secreto que los neoliberales en México comenzaron a operar, desde hace mucho, para desmantelar y arruinar a nuestras compañías estatales del sector energético, Pemex y CFE, tal como hicieron con la desaparición de Luz y Fuerza del Centro (LFC), en el sexenio de Felipe Calderón. Su objetivo era y es entregar tales empresas a particulares. Pero como en México tenemos una clase empresarial bastante inepta, dichas compañías terminarían en manos de extranjeros, lo que comprometería gravemente nuestra seguridad nacional, nuestra soberanía y el control estatal del sector energético, para abrir de par en par las puertas a grandes transnacionales.
Desde Miguel de la Madrid comenzaron a modificar artículos constitucionales y leyes secundarias, crearon órganos reguladores dizque “autónomos” y nombraron a sus jueces, de diestra a siniestra, todo con el fin de arruinar a Pemex, a CFE y a LFC.
El llamado “autoabasto” fue introducido en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en 1992, mediante cambios a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, con el fin de que en lugar de comprar la electricidad a CFE o a LFC, grandes empresas generaran su propia energía eléctrica para sus propias empresas, de ahí viene el nombre de “autoabasto”.
Un ejemplo paradigmático es el “Grupo Dragón”, nacido en 2010 y cuyo dueño es el empresario Ricardo Salinas Pliego. En teoría, es una empresa de autoabasto que debería proporcionar energía eléctrica a las empresas del Grupo Salinas (tiendas Elektra, tiendas Salinas y Rocha, sucursales del Banco Azteca, TV Azteca, etc.). Sin embargo, en el propio portal del Grupo Dragón, en la sección “nosotros” y en la subsección “qué ofrecemos”, aparece un video que devela el esquema de simulación de las llamadas empresas de autoabasto (https://bit.ly/3FaHBID).
Estas empresas generadoras, principalmente extranjeras, como las españolas Iberdrola, Acciona, Naturgy, Gamesa y Zuma o la italiana Enel, incorporan a empresas como Cemex, Oxxo, Femsa, Bimbo, Walmart o Kimberly-Clark como “socios autoabastecidos” por un solo dólar (lo que ya es muy extraño). De esta manera, la empresa de “autoabasto” se encarga de tramitar ante la Comisión Reguladora de Energía (CRE) un permiso para la generación de energía eléctrica “con fines de autoabasto”, para que la empresa de autoabasto pueda entregar energía eléctrica a sus “socios autoabastecidos”. Invariablemente la CRE otorga el permiso solicitado lo que ha llevado a que, en la actualidad, haya 239 centrales de autoabasto pero que estas centrales tengan a casi 78 mil consumidores, cuando, en régimen de autoabasto, sólo debería haber 239.
Posteriormente, la empresa de “autoabasto” celebra un contrato de transmisión de energía eléctrica con CFE, para hacer llegar la energía a los “socios autoabastecidos”, usando la red de transmisión de CFE, es decir, usando la red de suministro de su “competidor”, pues dichas empresas privadas compiten contra CFE para quitarle clientes.
Por último, la empresa de “autoabasto” factura una parte de la energía vendida y otra parte la factura CFE, lo que constituye un fraude fiscal.
Todo lo anterior es violatorio de la ley, pues las empresas de autoabasto no cuentan con permisos autorizados de suministro básico.
Toda esta simulación nos ha costado a los mexicanos casi 29 mil millones de pesos y constituye un verdadero subsidio a las empresas privadas, principalmente extranjeras.
Esto es lo que trata de corregir la propuesta de reforma constitucional del sistema eléctrico nacional enviada al Congreso por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.anbapu05@yahoo.com.mx