Los 223 se victimizan

Poco antes del 17 de abril, día de la votación de la iniciativa de reforma constitucional del sector eléctrico nacional, varias y varios diputados de oposición, principalmente del PAN y del PRI, presumían en medios de comunicación y en sus redes sociales de que la reforma no pasaría.
Hubo quien incluso el mismo día de la votación, la diputada plurinominal priista, Paloma Sánchez Ramos, salió del recinto legislativo a provocar a los miles de personas que nos hallábamos fuera de las instalaciones del Congreso, gritando que la reforma no iba a pasar. Ese mismo día, dicha diputada fue captada en un video, dentro de la Cámara, en donde alguien le dice que, si no piensa que más adelante tendrá que salir a pedir el voto de la gente, a lo que ella, riendo, señala que no le importa pues ella es plurinominal.
El diputado federal queretano, Felipe Macías Olvera, en su cuenta de Twitter, señaló que se trataba de una reforma “tóxica”, claro, sin especificar a qué se refería con ese adjetivo. Lo más probable es que ni él, ni muchos otros diputados de la oposición, leyeron la iniciativa.
Ese ambiente festivo previo a la votación se convirtió en una tumba luego de la aprobación, el 18 de abril, de la Ley Minera y que, si bien no votaron en contra, panistas y priistas sí se abstuvieron e incluso muchos panistas abandonaron el recinto, visiblemente molestos.
Y peor les fue, al pasar de los días, cuando diputados de oposición, comenzaron a ver sus nombres y sus fotografías en distintas redes sociales en las que, justamente, se les tildaba y se les tilda de traidores a la patria.
¿Qué esperaban? ¿Votar en contra de los intereses nacionales y que se les aplaudiera? ¿Votar a favor de los intereses de empresas extranjeras y que no se les dijera nada? ¿Votar en contra de las familias mexicanas y que su voto se quedara en lo oscurito?
Eso era antes. En esta ocasión mucha más gente tuvo la oportunidad de ver a dichos legisladores operar a favor de empresas extranjeras. Se exhibieron con sus argumentos falaces y endebles. Y es sano y democrático que la ciudadanía conozca el sentido del voto de sus supuestos representantes populares. Es muy cómodo votar en contra de la patria y que nadie les diga nada. Es muy cómodo votar a favor de los intereses de la española Iberdrola, por encima de los intereses de México, y que nadie les diga nada, ni los señale.
Hoy un sector importante de la población, los vemos como lo que son, traidores a la patria. En el caso de nuestro estado, Querétaro, las y los diputados, todos panistas, que votaron a favor de las transnacionales extranjeras fueron: Paulina Aguado Romero, José Luis Báez Guerrero, Erika de los Ángeles Díaz Villalón, Sonia Rocha Acosta, Ignacio Loyola Vera, Marcia Solórzano Gallego, Felipe Fernando Macías Olvera.
Si no saben que votaron a favor de los intereses de empresas extranjeros malo y si lo saben, peor.
Es verdaderamente patético que el PRI haya recurrido a la Comisión de Quejas y Denuncias del INE a quejarse de que se les estaba señalando, justamente, como traidores a la patria y denunciaron que se trataba de una “campaña de odio”.
Las diputadas federales panistas de Puebla, Genoveva Huerta Villegas y Carolina Beauregard Martínez, también recurrieron al INE, al catalogar la campaña de “calumniosa”. Estas dos diputadas son de las que también votaron a favor de las empresas extranjeras.
No puede tratarse ni de una campaña de odio, ni de calumnias pues sus nombres aparecen en la Gaceta Parlamentaria como que votaron en contra de la reforma constitucional nacionalista y, por lo tanto, a favor de los intereses de las empresas extranjeras.
Deberían asumir las consecuencias de sus votos, esos 223 ya están grandecitos.anbapu05@yahoo.com.mx