Presupuesto 2024 y deuda pública

En la gran mayoría de países del mundo alrededor de septiembre u octubre se da la discusión sobre los presupuestos del poder Ejecutivo y nuestro país no es la excepción. Corresponde al poder Legislativo aprobar, rechazar o modificar el presupuesto propuesto por el poder Ejecutivo.
El pasado 8 de septiembre, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, presentó a la Cámara de Diputados el paquete económico 2024 que se compone de los criterios generales para la iniciativa de ley de ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación correspondientes al Ejercicio Fiscal 2024, la iniciativa de la Ley de Ingresos, propuestas sobre la Ley Federal de Derechos, cuestiones relativas a los aranceles, el proyecto de presupuesto para 2024, una carta del presidente Andrés Manuel López Obrador, la exposición de motivos y los tomos y los anexos del proyecto de Presupuesto de Egresos.
Cada uno de estos documentos los puede revisar cualquiera. Basta consultarlos en el portal del Gobierno de México. Incluso se pueden descargar para revisarlos con calma.
El presupuesto para el año próximo es de poco más de 9 billones de pesos. En 2023 el Congreso aprobó un presupuesto de alrededor de 8.3 billones de pesos. Para 2024 se incrementará en, aproximadamente, 700 mil pesos, lo que significa un aumento del 4.2 por ciento en términos reales con respecto a este año.
Sin embargo, hay que señalar que el presupuesto real es de unos 8 billones de pesos pues un billón de pesos se debe destinar al pago de los intereses y de la deuda pública. Una herencia nefasta heredada de los gobiernos neoliberales, los que se dedicaron a pedir prestado y a endeudar a las actuales y a las futuras generaciones.
Tan sólo en el sexenio del panista Felipe Calderón, la deuda pública se incrementó de los 1.73 billones de pesos hasta los 5.33 billones, un aumento desmedido de 3.6 billones de pesos, en tan sólo un sexenio. Con el priista Enrique Peña Nieto la deuda alcanzó los 11 billones de pesos, un aumento de 5.7 billones de pesos. Y lo peor es que no sabemos en qué se gastaron tanto dinero pues en esos dos sexenios no hubo obra pública relevante. Calderón se gastó 12 mil millones de pesos en la barda de una refinería que nunca pudieron construir y Peña Nieto se gastó 30 mil millones de pesos en construir la tercera parte del tren rápido México-Toluca cuyo presupuesto para la obra total era justamente de 30 mil millones de pesos.
Este dato de la deuda pública heredada de los gobiernos neoliberales es relevante pues, permanentemente disminuye los recursos con los que cuenta el poder Ejecutivo. Por ejemplo, en 2007, sólo de intereses tuvimos que pagar 238 mil millones de pesos, que se restan del presupuesto federal. Al final del sexenio de Calderón ya estábamos pagando de intereses 305 mil millones. Al final del sexenio de Peña Nieto se pagaron, en 2018, 663 mil millones de pesos. Repito y esto es sólo de intereses, sin amortizar nada al pago de capital de la deuda.
En el primer año del gobierno de la 4T se tuvieron que pagar de intereses, en 2019, ni más ni menos que 750 mil millones de pesos.
Así que, con estos números, la actual oposición, que ya estuvo en el poder, PRI y PAN deberían ser mucho más mesurados y autocríticos con respecto a la discusión sobre el presupuesto pues ellos son los directamente responsables de que un presupuesto nominal de 9 billones de pesos, en realidad sea de 8 billones de pesos. Y aún nos deben una explicación de en qué se gastaron tanto dinero que pidieron prestado.