Ciberactivos

¿Cómo afectan las Fake news en la democracia?


Se acercan los comicios del 2021 en un contexto en el que los flujos informativos se han intensificado. El consumo de contenidos es muy variado, desde las noticias locales hasta lo que sucede de manera global. Gracias a Internet, ya no se recurre siempre como fuentes principales a los medios de comunicación; se tiene también la posibilidad de consultar directamente las cuentas de los líderes políticos, instituciones y empresas, pero también se puede recurrir a los nuevos líderes sociales del entorno digital, así como los propios contactos que comparten información.

Esta constante y vasta circulación debe tomarse con precaución, ya que los contenidos creados pueden tener intereses particulares que no estén vinculados con la autenticidad; no siempre la apertura de más canales significa estar mejor informados. En este punto es necesario reconocer que exista una doble responsabilidad: por un lado, la del emisor, que en su papel de difusor de contenidos debe evitar buscar el engaño de las masas y la propagación de rumores; por otro lado, la del receptor, que debe contar con la capacidad de evaluar la veracidad de los contenidos.

Lamentablemente, es un gran camino por recorrer antes de poder llegar a prácticas responsables. Los propios actores públicos han sido un ejemplo, pero a no seguir. El caso de Donald Trump, quien en su trabajo con Cambridge Analytica, realizó un uso estratégico de redes sociodigitales y la difusión de información falsa a ciertos sectores jugó un papel importante para su éxito electoral. De manera similar, en la difusión de desinformación también han sido partícipes los medios de comunicación, quienes han favorecido contenidos de ciertas ideologías políticas sobre otros.

El éxito de las fake news tiene distintas causas; sin embargo, desde el ámbito político el hartazgo y la falta de confianza a instituciones públicas y a medios de comunicación se han convertido en punto medular para que las personas busquen noticias desde otras fuentes. Si bien se aplaude que existencia de más flujos de información, no hay que olvidar las responsabilidades que adquirimos al enviar y recibir contenidos.

No estamos solos en el proceso de corroborar los contenidos. Existen varios proyectos que ayudan a verificar la veracidad de la información. En el caso mexicano, durante las elecciones de 2018, varios medios de comunicación independientes, liderados por Animal Político, crearon la iniciativa #Verificado2018.

En la actualidad, la verificación de la información también es parte de proyectos de investigación, como el que actualmente se realiza por parte de la UNAM en conjunto con otras universidades, entre las que se encuentra la Universidad Autónoma de Querétaro, desde la colaboración que se realiza con LabUAQ Ciudadanía Digital.

Invito al lector a conocer el proyecto LabUAQ Ciudadanía Digital en Facebook: @labuaq; Twitter: @labuaq

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