Futbolistas agusto y campañas anticipadas
Los recientes videos de apoyo en TikTok al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández por parte de reconocidos futbolistas, causaron inmediata polémica. Los saludos de jugadores como Miguel Layún, Giovani Dos Santos y el exfutbolista Braulio Luna, se leyeron de inmediato como parte de la estrategia publicitaria de López Hernández en busca de la candidatura a la Presidencia de la República por el partido Morena.
Los mensajes de estos famosos del balompié hicieron recordar la campaña del partido verde a través de influencers en la jornada de veda electoral durante los comicios del 2021. Aunque los futbolistas argumentaron que fueron saludos espontáneos, la sincronía, el uso del slogan de campaña y la repentina amistad con el secretario de gobernación dan elementos para dudar de la autenticidad de tales muestras públicas de afecto.
Las reacciones en contra de este tipo de contenidos no sólo surgieron de los internautas, también de la oposición que manifestó su desacuerdo por considerar estas acciones como actos anticipados de campaña. También el presidente de la Comisión Anticorrupción, Trasparencia y Participación Ciudadana del Senado, Juan Manuel Zepeda, declaró que es evidente la violación a las leyes electorales, pues se trata de una promoción indebida.
El uso de influencers y figuras públicas en apoyo a candidatos es cada vez más frecuente. Los aspirantes a un cargo público suponen que a través de ellos pueden llegar a segmentos de votantes específicos o a personas con un determinado estilo de vida. Es evidente que los estrategas de Adán Agusto López, intentan visibilizarlo y posicionarlo como otra fórmula de continuidad además de Claudia Sheinbaum. La estrategia de comunicación digital para estos fines resulta fundamental, pero acciones tan obvias resultan frecuentemente contraproducentes. En este caso la utilidad proviene de visibilizar al candidato y darle tiempo en los medios, aunque sea por vía de la polémica; formar parte de la agenda mediática resulta fundamental en la lucha contra la jefa de gobierno.
La estrategia de Adán Augusto López en esta etapa de la carrera por la candidatura es convertirse en una opción competitiva, en un producto que desde el marketing se conocería como un me-too, o un yo también; una opción en el mercado electoral que aparece para ser parte de una categoría además del líder o el puntero. Bajo esta lógica pretende consolidarse como el plan B de López Obrador en caso de que su candidata preferida se convierta en una propuesta inviable poniendo en peligro su proyecto de continuidad.
El problema de esta lucha por la preferencia presidencial, es la permanente violación a la ley electoral, la simulación constante y el juego sucio entre candidatos; lejos de ser una interna de carácter institucional, la lucha denodada por la posición del candidato del presidente, de la corcholata que en su momento será oficial y definitivamente destapada incluye uso ilegal de recursos públicos, zancadillas entre aspirantes y juegos de poder destinados a aniquilar al rival en turno.
El ciudadano con este tipo de procesos pierde en todo sentido, es sometido a narrativas falaces, es gobernado por funcionarios públicos convertidos en candidatos que se desentienden de sus obligaciones y gobiernan en términos de su propia agenda. La comunicación política por su parte se envilece y degrada, pues funciona al margen de la ley instalada en la simulación y el desacato a las instituciones. La democracia es socavada repetidamente, pues algo que debiera ser un proceso democrático regulado por los estatutos del partido, no es más que una renovada forma de dedazo, la expresión grosera de la voluntad presidencial designado a sus preferidos e incondicionales.
De aquí en adelante seguiremos viendo un desfile de influencers, trucos y violaciones a la ley electoral de parte de los candidatos morenistas, que han entendido que la única ley valida y atendible es la de la incondicionalidad con el presidente y la defensa ciega de sus designios.
