La Tribuna de Dorantes
1997 es un año crucial para la historia de México y para el estado de Querétaro. Y también lo es para la historia de la hoy Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Si a nivel nacional es el año en que el PRI pierde la capital de la república, el control de la cámara de diputados; en lo local, significa el año de la alternancia política y el ascenso del panismo en el poder.
En la microhistoria de nuestra Facultad, 1997 también es un año relevante no solo porque en marzo cambia el nombre de la facultad que pasa de ser Facultad de Sociología a tener su actual denominación, sino también es el primer año en que tenemos elecciones a urna abierta donde docentes y maestros a través del voto elegiríamos a nuestras autoridades, modelo que después se adoptaría en toda la Universidad.
Ello marca el relevo en la dirección de Carlos Dorantes González pero también marca el inicio de una nueva etapa en su experiencia profesional: la del periodismo.
1997 también es el año de fundación de este semanario, entonces quincenario y bajo el nombre de Tribuna Universitaria. El periodismo y la fotografía no le eran ajenas al doctor Carlos Dorantes, pues era habitual encontrar su firma en varios artículos en publicaciones como El Nuevo Amanecer el diario Noticias de Querétaro.
Para entender el porqué del génesis de esta publicación, tenemos que entender el contexto en que nació el semanario y a partir de ahí vislumbrar su futuro.
A mediado de los años noventa, en la ciudad de Querétaro solo existían dos publicaciones de circulación diaria, que prácticamente formaban un duopolio comercial y asfixiaban cualquier otra alternativa que pudiera competirles.
Dado el modelo periodístico implementado en la posrevolución donde los medios de comunicación se supeditaban al poder político hegemónico, había poco espacio para el cuestionamiento crítico y la disidencia. Existía una prensa monolítica que funcionaba más como un correo entre los políticos que un verdadero ejercicio de crítica ciudadana y vigilancia al poder.
Si la propia Facultad de Sociología había nacido a contrapelo del poder en los tempranos años ochenta porque el entonces gobernador Rafael Camacho Guzmán, recordado, entre otras cosas, por su talante autoritario, se oponía a su creación “para evitar conflictos en la región”, ¿por qué no habría de nacer una nueva opción periodística bajo la misma lógica de formar un espacio de formación y de crítica?
Así, el 24 de febrero de 1997 nace el primer número de Tribuna Universitaria. Se escogió la emblemática fecha de la fundación de la Universidad para salir a circulación y el nombre de Tribuna en memoria de una publicación del Querétaro de medio siglo que se caracterizó por su crítica al régimen emanado de la Revolución Mexicana, como lo mencionan precisamente en su primer número.
Acompañado en esta nueva empresa periodística por Juan Trejo, Germán Espino, Efraín Mendoza, Iván Hernández y muchos jóvenes estudiante y docentes entusiastas, el Tribuna Universitaria de Dorantes da sus primeros pasos, siempre con el mismo espíritu crítico.
Corresponde al primer año de la publicación ese momento transicional donde llega un nuevo partido político y se agudiza una crisis económica en la propia Universidad. Todo ello se ve reflejado en las 12, a veces 16 páginas del quincenario, que entonces imprimía su portada a dos tintas. En su edición de primer aniversario hace un balance de la crisis universitaria y el propio Dorantes da su análisis y perspectivas del futuro.
Con pasos firmes, Tribuna poco a poco se va consolidando y en sus páginas hace una invitación a sumarse al proyecto: “¡Universitarios a la Tribuna”! invita cada semana a la comunidad universitaria a escribir en semanario.
En el año 2000, Dorantes daría un paso al costado y Germán Espino, en una transición casi natural, lo sucedería con el mismo espíritu crítico que vio nacer la publicación.
Carlos Dorantes tendría una segunda etapa como director a mediados de la primera década del milenio. Invitado a regresar a dirigir el proyecto que fundó para darle un rumbo crítico y ser formador de nuevos valores, como lo fue siempre durante toda su etapa académica.