Punto y Seguido

Del morir

El morir humano es una experiencia general, no importa si se es aborigen del Amazonas, hindú, cristiano, ateo, lopezobradorista, neoliberal, burócrata privilegiado del régimen o americanista. También es independiente de la edad o del nivel socio-económico; se trata de un acontecimiento puramente humano, de la misma manera que lo es el proceso natural nacer.

-La probabilidad de volver a nacer después de muerto es colosalmente pequeña, pero no es nula como ilustra el hecho de que ya hayamos nacido una primera vez.

De las muchas formas de morir hoy en México podemos destacar dos: morir intubado, sin poderse comunicar y a veces con los ojos abiertos, anestesiado y sedado, inconsciente, alimentado artificialmente, con medicamentos fluyendo de modo lento y continuo hacia el interior de órganos, conductos, cavidades, venas. Todo ello bastante solos, en el hospital, marginado de todo lo que hasta entonces ha supuesto la vida. Ese moribundo que podríamos ser nosotros mismos.

-Por simetría. Ya sé dónde estaré después de morir: más o menos donde estaba antes de nacer.

Otra forma de morir es como daño colateral de la violencia criminal incontenible, o de la vulgar criminalidad de un Estado que no atiende a sus habitantes en sus necesidades más elementales.

Cuando nos aproximamos a nuestra propia muerte, como relatan muchos moribundos, atravesamos cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y, finalmente, se quiera o no, la aceptación. El miedo y la ansiedad ante lo que va a acontecernos están ahí; de hecho, la ansiedad es la más frecuente y la más estudiada. Toda nuestra vida parece rebobinarse una y otra vez, la vemos pasar velozmente, recordamos con obstinada repetición los proyectos inconclusos, los sueños abortados, los traspiés de toda índole, las amistades descuidadas, los amores traicionados. Afortunadamente hay algunas técnicas para hacer más llevadero el trance, incluso, se dice, hacerlo placentero, tanto para el que se va, como para los que se quedan. Otra cosa es la pachanga cultural de los vivos respecto a la muerte pensada.

No hay manera de encontrar -dice Wagensberg- consuelo frente a la certeza de que un día vamos a morir, ni siquiera pensando en lo bajísima que fue en su día la probabilidad de que llegáramos a nacer.

Otros aforismos de Wagensberg: 

-Los que prometen la gloria en el más allá a cambio del sacrificio en el más aquí no necesitan libro de reclamaciones.

-Uno se acaba de morir del todo cuando se muere el último que le ha conocido vivo.

-La muerte es la más sorprendente de todas las noticias previsibles.

-Vivir envejece, envejecer humilla y la mayor humillación es morirse.

-Uno se acaba de morir del todo cuando se muere el último que le ha conocido vivo.

-Tenemos muy poco tiempo para estar vivos y todo el tiempo del mundo para estar muertos, pues qué pena, porque hay muchas maneras de estar vivo y solo una de estar muerto.

-Todo lo real es pensable (hipótesis de la ciencia), pero todo lo pensable no tiene por qué ser real (hipótesis de la literatura), luego la imaginación es más grande que la realidad entera (tesis científico-literaria). -Epitafio: lamento no estar en condiciones de leer este epitafio.

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