Punto y Seguido

En el cielo, en la tierra y en todo lugar

UNO

-Hoy, en este momento del siglo XXI, tenemos hambre de mitos, de explicaciones totales, y anhelamos profundamente una profecía con garantías de realización.

-Así irrumpió López Obrador, como portador del fuego destructor del mal, pero también purificador de almas y espíritus, mensajero de la verdad, o lo que es igual, de la interpretación indiscutible de la fuerza moral de la historia, la economía, la sociedad, del hombre y la mujer. Prometeo-AMLO, el gran romántico que conducirá al pueblo de México (un país esclavizado por enemigos neoliberales-conservadores), hacia la nueva aurora de la libertad. El pueblo siempre ha sido bueno y sabio, por eso es capaz de reconocer la buena nueva y entregarse a ella.

Pero desde el poder que da la Presidencia de la República y en la soledad de Palacio, se ha quedado con sus fantasmas, sus prejuicios y sus aplaudidores. El gran timonel ha dejado que su círculo más cercano lo aísle y lo cerque. AMLO es una sombra desinformada, alucinada, sin conexión con la realidad.

Por ejemplo, el presidente olvidó que en 2018 la UNAM y muchas instituciones de educación superior, públicas y privadas, se volcaron a votar en su favor. Olvidó también sus promesas de campaña.

Desde 2018 dirigió diatribas contra la educación y sus instituciones, dijo: “desde luego, no se puede generalizar, hay unos que estudian hasta en universidades del extranjero, son hasta doctores, y van a allá a aprender malas mañas, les enseñan a robar”.

Recientemente, desde el púlpito mañanero: “¿Por qué se demoran las universidades en el regreso a clases? ¿Por qué no regresan las escuelas públicas? ¿Por qué razón? ¿Está muy cómodo para quien está recibiendo su dinero y está en su casa y no corre ningún riesgo? ¿Nos vamos a acostumbrar a eso? Todo eso significa atraso, entonces, si ya se vacunó a maestros y ya ha quedado de manifiesto que no hay riesgos graves para los alumnos, ¿por qué no se regresa a clases?”.

Y lo último: Andrés Manuel López Obrador aseguró que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se volvió individualista y defensora de los proyectos neoliberales. “Perdió su esencia de formación de cuadros, de profesionales para servir al pueblo”.

DOS

-Una mitología desarrolla un lenguaje propio, un idioma característico, un conjunto particular de imágenes emblemáticas, banderas, metáforas y escenarios dramáticos. Genera su propio y a veces contradictorio cuerpo de mitos. Una mitología describe el mundo en términos de ciertos gestos, rituales y símbolos esenciales. Hoy estamos ante a una mitología que pretende explicarlo todo.

-Ese gran movimiento, ese gran gesto de la imaginación que en México ha tratado de sustituir a la religión, y al cristianismo en particular, es muy semejantes a las iglesias, muy semejante a la teología que pretende suplantar y reemplazar. Se sabe que en toda gran batalla uno empieza a hacerse semejante a su oponente.

-Sin embargo, habrá un grupo original de discípulos que estando en contacto inmediato con el maestro, con el genio del fundador, pronto algunos de ellos provocarán una ruptura en forma de herejía. Producirán mitologías o submitologías rivales, y entonces se observará algo muy importante. Los ortodoxos odiarán a los herejes, los que perseguirán con una enemistad mucho más encarnizada de la que descargarían contra el no creyente. No es la “increencia” lo que temen, sino la forma herética de su propio movimiento.

-El morenista convencido, el que ejerce en poder como funcionario, el intelectual orgánico, el simpatizante de corazón, se sentirá ultrajado ante la idea de que sus creencias, sus análisis de la situación nacional, son mitologías y construcciones alegóricas que derivan de la imagen religiosa del mundo que han tratado de reemplazar. Se sentirán furiosos ante esta idea. Y su rabia estará justificada. (Adaptación, en parte, del prólogo del libro “Nostalgia del Absoluto”, de George Steiner).

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