Estalinismo siglo XXI

Primero una fábula de Augusto Monterroso escrita en 1969:
En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas, para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Luego vino el estalinismo 4T:
– Si un juez le diera entrada a la denuncia de la FGR (contra 31 investigadores del CONACyT) que se cuiden todas las universidades públicas, autónomas o no.
– La Fiscalía General de la República (FGR) busca penas de hasta 40 años de cárcel para los 31 académicos denunciados por el Conacyt por supuestos malos manejos de recursos públicos. Pero, además, pide que sean recluidos en un penal de máxima seguridad y que se les detenga de inmediato para evitar que destruyan evidencia o se den a la fuga.
El juicio, por tanto, lo seguirían desde prisión.
– En el penal del Altiplano, los académicos tendrían como vecinos de celda a algunos de los reos considerados de mayor peligrosidad en el país. Entre ellos figuran, por ejemplo, José Ángel Casarrubias Salgado, alias “El Mochomo”, líder del grupo delictivo conocido como Guerreros Unidos, al que se ha señalado de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Ahí también se encuentra recluido desde el año pasado José Antonio Yepes, alias “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, organización criminal dedicada al robo de combustibles y narcotráfico, y a la que se responsabiliza de buena parte de los asesinatos ocurridos en los últimos años en Guanajuato.
– Una acusación absurda e impropia de un país gobernado bajo principios mínimos del Estado de derecho. La mera presentación de científicas y científicos mexicanos como miembros de la delincuencia organizada, acusados además de los delitos de lavado de dinero, peculado y uso ilegal de atribuciones y facultades, es un acto intimidatorio y fuera de toda proporción y razón que no sólo afecta a las personas hoy acusadas injustamente, sino también -en realidad- a toda la comunidad académica del país.
– Qué triste que se haya buscado dañar, sin pruebas, la reputación de apreciad@s colegas. Y qué mal que al hacerlo se afecte la reputación de instituciones públicas tan importantes para tod@s. De quienes defienden lo indefendible, ni hablar: su (pésima) reputación les acompaña.
– Estalinismo siglo XXI. La fiscalía mexicana informa que recobrará sus esfuerzos por encarcelar no a narcotraficantes, asesinos, feminicidas o corruptos putrimillonarios del pasado, sino a un grupo de científicos mexicanos.
– Las comunidades del saber y las universidades que tenemos hoy son el resultado de los esfuerzos colectivos de generaciones. La intimidación, la represión y el sometimiento de la investigación al albedrío de funcionarios públicos puede acabar con esa labor en cuestión de nada. La loca ira de este gobierno ahora se enfila contra la UNAM. Es hora de exigir el deslinde de varios de los seguidores de López Obrador. -Conacyt acusa a medios y analistas de crear un ambiente de confusión respecto a la orden de aprehensión a 31 académicos. En tal caso, deben incluir en tal campaña a la Suprema Corte, que ya determinó que los acusados actuaron de acuerdo a la ley.