Gabriel García Márquez
La fundación Gabriel García Márquez para el nuevo periodismo (fnpi) y el Centro Gabo, Legado en Movimiento, publicaron, recordando el nacimiento del 6 de marzo de 1927, el libro Gabriel García Márquez, 21 textos para conocer mejor a Gabo. El libro está en la red y, de ahí mismo, pesqué algunas frases.
García Márquez contaba historias desde la perspectiva de los otros, se ponía en los zapatos de otros, sobre todo los que pensaban diferente. Suena fácil, nomás suena fácil.
“No hay nada peor que estirar una historia arbitrariamente”.
“Yo preferiría contar cuentos en los salones y no tener que escribirlos”.
“En una novela moderna no basta con decir que los personajes están enamorados. El lector tiene que darse cuenta de que están locamente enamorados como si se le dijera”.
“No hay que tenerle miedo al melodrama. El amor es una realidad: tú ves a la gente que sufre, que está mal, que se jode por amor. Todos los temas son difíciles, el problema está en escribirlos bien”.
«Y padeció la certidumbre espantosa de que no volvería a dormir en el resto de su vida»
“Un cuento, como el iceberg, debe estar sustentado en la parte que no se ve: en el estudio, la reflexión, el material reunido y no utilizado directamente en la historia. Sí, Hemingway le enseña a uno muchas cosas, inclusive a saber cómo un gato dobla una esquina”.
“Un buen escritor puede ganar buen dinero. Sobre todo si trabaja con el gobierno.”
“La palabra mestizaje significa mezclar las lágrimas con la sangre que corre. ¿Qué se puede esperar de semejante brebaje?”
«El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.»
“Siempre he dicho que uno envejece más rápido en los retratos que en la vida real.”
«¡Los amigos son unos hijos de puta!»
«Nos volveremos ceniza en esta casa sin hombres, pero no le daremos a este pueblo miserable el gusto de vernos llorar.»
“Los críticos son hombres muy serios y la seriedad dejó de interesarme hace mucho tiempo. Más bien me divierte verlos patinando en la oscuridad”.
“Dice que se está muriendo por mí, como si yo fuera un cólico miserere.»
“Los críticos, al contrario de los novelistas, no encuentran en los libros lo que pueden, sino lo que quieren”.
«… escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor, porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla.»
«Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.»
“A mi me hubiera gustado morirme por mi cuenta, pero si mi destino era ese yo tenía que asumirlo.”
“Nunca seré viejo –le dije entonces-. Ella lo interpretó como un propósito heroico de luchar sin cuartel contra los estragos del tiempo, pero él fue más explícito: tenía la determinación irrevocable de quitarse la vida a los sesenta años.”
«El amor es un sentimiento contranatural que une a dos desconocidos en una relación mezquina e insalubre, cuanto más intensa, tanto más efímera”
«El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.»
«En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.»
«Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.»
«Hay que ser infiel, pero nunca desleal.»
«La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.»
«La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.»
«La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.»
«El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio».
“Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor»
«No creo en Dios, pero le tengo miedo».
«…lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites.»
“Locamente enamorados al cabo de tantos años de complicidad estéril, gozaban con el milagro de quererse tanto en la mesa como en la cama, y llegaron a ser tan felices, que todavía cuando eran dos ancianos agotados seguían retozando como conejitos peleándose como perros.”