Una vez más: la movilidad
Ante una falta de transporte público eficiente, aquellos con posibilidades hacen uso de automóviles, generando contaminación del aire, auditiva y tráfico en ciertas zonas.
Los valles centrales de Querétaro debido a su ubicación geográfica, sus fértiles tierras y su relativa tranquilidad social, han sido desde los tiempos de la Nueva España, un punto estratégico para la producción y distribución de diversas mercancías. Esto ha generado, salvo en algunos momentos históricos, que haya un continuo flujo migratorio hacia la zona.
Por ello no es de sorprender los resultados de una consulta electrónica a nivel nacional, aplicada por el portal inmuebles24, donde el 31 por ciento de los que estaban considerando cambiar de ciudad, lo harían hacia Querétaro, convirtiéndose en la entidad federativa con una mayor intención de mudanza.
Decimos que no es sorpresa, pues sólo hay que observar como los municipios de Querétaro, San Juan del Río, Corregidora y El Marqués se han convertido, desde hace unos 50 años, en punto de llegada para miles de personas que han optado por radicar en el estado. En conjunto, en estas 4 localidades la población de hombres mayor de 12 años ha crecido entre 1970 y 2015 un 636 por ciento y la de mujeres un 655 por ciento, esto es un poco más de 3 veces la media nacional. En menor medida, pero igualmente por encima de los estándares nacionales, está el crecimiento poblacional de Colón, Pedro Escobedo y Tequisquiapan.
Esto plantea una serie de retos para la zona metropolitana. Más gente implica un crecimiento de la vivienda, dado que esta ha sido básicamente de forma horizontal, las distancias entre donde habitan las personas y en donde trabajan han aumentado. Ante una falta de transporte público eficiente, aquellos con posibilidades hacen uso de automóviles, generando contaminación del aire, auditiva y tráfico en ciertas zonas.
En otras palabras, generar un sistema de transporte urbano eficiente y barato, al mismo tiempo que fortalecer la red de ciclovías son dos de los desafíos, que no han logrado resolver de manera efectiva al menos tres administraciones estatales y seis municipales. Es cierto, ha habido algunos avances, se han intentado diversas fórmulas, pero lamentablemente no están a la altura del territorio global que se busca construir, ni tampoco al nivel de migración que registrará la entidad en los próximos años.
Por un lado, es necesario fortalecer y dar mayor coherencia a los ejes troncales, ahora que hay algunos en funcionamiento, se han puesto en evidencia áreas de oportunidad para optimizar su uso. Al mismo tiempo se debe repensar la distribución del transporte que entra a las colonias, pues aún hay zonas donde la frecuencia no corresponde al número de usuarios.
Por otra parte, sociedad y gobierno debemos trabajar en fomentar la cultura del uso de la bicicleta, pero este cambio cultural debe ir acompañado de las condiciones de infraestructura para que los ciclistas no corran riesgos innecesarios, el mantenimiento de este mobiliario urbano debe ser prioridad.
Ahora ya suenan los tambores de las próximas campañas electorales, la oportunidad de la administración 2015-2021 en este tema se ha terminado. Como hace 6 años, el tema de la movilidad volverá a estar en la boca y propuestas de los candidatos a gobernador.
Y no puede ser para menos, la calidad de vida de una ciudad implica que sus habitantes puedan desplazarse la de manera más eficaz, con el menor estrés posible y generando el menor daño ecológico. Esto nunca se logrará llenándonos de autos, sino gozando de un buen transporte público. Un Querétaro de oportunidades no será tal, sino se trabaja por maneras de desplazarse más democráticas y menos contaminantes.