Relaciones prensa-gobierno
¿Qué independencia de información podía existir en una persona que estaba al servicio del gobierno y de la verdad en la información?
En México en el siglo XX se hizo patente la relación, odio/amor entre prensa y gobierno: el uno era necesario para el otro; no se querían, pero como matrimonio se soportaban y como en toda relación había disputas, muchas veces públicas y otras en lo ‘oscurito’. Innumerables son las historias de atropello a la libertad de prensa y, de igual modo, las prebendas a periodistas y medios de comunicación afines al gobierno en turno.
La televisión siempre estuvo a las órdenes del gobierno: No hay que olvidar a Emilio Azcárraga Milmo, quien a la pregunta ‘¿Por qué el PRI en 1982 tenía más tiempo en Televisa?’, respondió: “somos evidentemente soldados del presidente de la República”.
Y efectivamente estaban al servicio del presidente en turno. Jacobo Zabludovsky conductor de noticieros, trabajó en el gobierno de Adolfo López Mateos como coordinador de radio y televisión; con Gustavo Díaz Ordaz fue asesor de relaciones públicas. ¿Qué independencia de información podía existir en una persona que estaba al servicio del gobierno y de la verdad en la información? Naturalmente que ninguna. Jacobo sabía qué decir y qué callar.
La Secretaria de Gobernación estaba al tanto de los periodistas y de las publicaciones; la empresa Productora e Importadora de Papel, S.A. (Pipsa) era propiedad del gobierno: La única en vender e importar papel periódico; de tal manera que se ejercía un férreo control para impedir que circularan periódicos que no se alinearan con el gobierno.
La Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México era un brazo de Gobernación: Si una nota no era acorde al gobierno, la dotación no se entregaba a los voceadores. Su secretario general Enrique Gómez Corchado fue diputado en la 51 Legislatura, era miembro del PRI.
Y en la radio la situación no era diferente: No hay que olvidar el caso de José Gutiérrez Vivó, director del noticiero Diario Monitor, que sufrió el acoso del gobierno de Vicente Fox, con la cancelación de partidas publicitarias, auditorías y todo por dar voz a Andrés Manuel López Obrador el 3 de marzo de 2004, que en una entrevista en el programa matutino se ‘destapa’ como candidato presidencial. La represión no se hizo esperar y presionan al Grupo Radio Centro, dueño de la estación de radio para que el noticiero saliera del aire.
Y la llegada de Felipe Calderón a la presidencia no cambió en nada la cacería en contra de Gutiérrez Vivó. Ambos presidentes, Fox y Calderón, al menos en este caso, se identificaron con el viejo priismo: premio al incondicional y castigo al opositor. Y el 29 de junio de 2007, después de treinta y tres años de estar al aire, ‘Diario Monitor’ dejó de trasmitirse.
Y su periódico ‘Diario Monitor’ también dejó de circular: la asfixia económica lo mató. Y los nostálgicos consideran que, en los medios informativos, como en una canasta, hay de todo: ‘chayoteros’ y profesionales comprometidos con la verdad.
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