Opinión

De cómo “bajar” recursos de fundaciones altruistas

Por: María del Carmen Vicencio Acevedo

metamorfosis-mepa@hotmail.com

Una vez participé en un interesante curso para Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) sobre cómo “bajar” fondos de fundaciones internacionales altruistas. Ahí afiné mis sospechas sobre la forma como se distribuyen los recursos en el capitalismo.

Los altermundistas suelen denunciar que el 1% de los mega-millonarios concentra la riqueza del planeta, afectando al 99% que pasa penurias. Recordemos que la ideología neoliberal vigente se expresa con la metáfora del “derrame económico”, según la cual “la única forma” de conseguir el bienestar popular es llenando un pequeño recipiente hasta que se desborde. Ese desbordamiento inunda a los más cercanos; gotea sobre los intermedios, y da al resto sólo un poco de humedad. Mientras mayor riqueza se concentre en la vasija, el “derrame” llegará más lejos y más abajo.

Para quienes no son recipiente, el juego consiste en intentar acercarse lo más posible, no importa si esto implica usar a los demás de escalera.

El recipiente lo constituyen empresas muy acaudaladas, cuyos dueños no pagan impuestos (so pretexto de ser productoras y empleadoras); en cambio crean las llamadas fundaciones donantes que “derraman generosamente” recursos sobre las OCS “donatarias” o receptoras. Entre dichas fundaciones están: la Ford, la Rockefeller Brothers, la Bill & Melinda Gates, la W.K. Kellog, la Red de fundaciones Soros, la Coca Cola…, en fin; hay cientos de miles en todo el mundo.

¿De dónde obtienen su riqueza esas donantes? En parte de las enormes fortunas que sus dueños han amasado por generaciones, y en parte de la recaudación de fondos que realizan, pretextando “una buena causa”, por ejemplo a través del redondeo.

La pregunta ¿de dónde salen sus fortunas?, se responde en disyuntiva: Los capitalistas argumentan que del talento, esfuerzo, audacia y actitud emprendedora de los propietarios, que al arriesgarse, logran ganancias o “merecimientos”. Los anticapitalistas denuncian que la riqueza proviene de herencias familiares (los heredados no se esfuerzan), de la plusvalía que generan los trabajadores y acaparan sus patrones; es decir, de la explotación.

Ahora bien, ¿qué tenemos que hacer los “mortales” para recibir donaciones? Sabemos que estas fundaciones no donan a cualquiera ni directamente a “pobretones”, sólo a OSC expertas. Cada receptora debe cumplir previamente ciertos requisitos: constituirse legalmente: registrarse ante notario, tramitar y recibir anuencia de Hacienda para ser donataria, declarar impuestos cada mes, aunque sea “en ceros”, tener solvencia o buen historial crediticio…

Esto no basta. Se requiere además, tener un currículum, es decir, haber sido antes donataria de instituciones públicas u otras fundaciones menos importantes y recibir un curso (caro) sobre cómo hacer los trámites. Se requiere, además dedicar mucho tiempo a diseñar proyectos, explicando éstos de manera clara, concisa y precisa (y en algunos aspectos con lujo de detalles); su objeto, antecedentes, justificación, propósitos, metas, acciones, tiempos, espacios, responsables, recursos, productos, beneficiarios, formas de evaluación, otros donadores participantes, pues las fundaciones sólo entregan un pequeño porcentaje de lo solicitado, etc.

Se requiere además mucho tiempo para buscar en bibliotecas especializadas y red electrónica, cuáles son las posibles donantes, estudiar sus normas, conseguir hacer el contacto, enviar muchos proyectos (a ver cuál “pega”) insistir, esperar respuesta, responder complejos formularios, etc.

Asimismo, hay que competir con miles de OSC aspirantes: la Cruz Roja, TV Azteca, el ITESM, el CIDE o Iberoamericana University Foundation, y millares de etcéteras. En caso de éxito, habrá que dedicar tiempo a llenar, minuciosos informes sobre las acciones emprendidas, los dineros gastados, los resultados obtenidos, etc.

¿Cómo evitar todo este engorro? Contratando gestores especializados. Hay millones que viven de eso y cobran caro.

Y esto ¿qué tiene que ver con la gente común que no aspira a ser donataria? MUCHO, ya que próximamente tendrá que hacerlo, para satisfacer varias de sus necesidades básicas.

Las reformas neoliberales buscan legalizar que el Estado deje de atender las necesidades sociales y entregar el erario sólo a los pudientes. Así, en lugar de destinarlo a la alimentación, salud, cultura, educación y demás, se entrega a empresas “altamente competitivas”, para qué sean éstas las que “atiendan” a la gente, deduciendo impuestos, por supuesto. Un ejemplo de esto es el Hospital Infantil de Oncología del Teletón, Querétaro, que, como se sabe, recibió 868 millones de pesos, por parte del gobierno de José Calzada.

En cambio, cada institución pública debe “bajar” sus propios recursos para atender a su población, no sólo de la federación, sino también de fundaciones donantes. Por eso se van a la quiebra el IMSS, ISSSTE, SEP, CONACULTA, etc., pues su presupuesto siempre es raquítico.

También las ahogadas asociaciones de colonos, han de enredarse en complicadísimas gestiones para conseguir servicios básicos que el ayuntamiento ESTÁ OBLIGADO A DAR y que ya no está dando; así como las asociaciones de padres de familia de las escuelas públicas, que son obligadas a gestionar “autónomamente” todo lo que éstas necesiten.

Esto es la “modernización” que se nos impone a todos, sobre cada vez más asuntos.

Así se exalta mañosamente la “autonomía de gestión”, y a la vez se desalienta tremendamente la participación ciudadana.

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