Día cincuenta y seis
Bitácora de Viaje (de Estudios Socioterritoriales)
Por: Manuel Basaldúa Hernández
Quimera, una entrañable revista española de literatura con contenidos extraordinarios y manteniéndose a la vanguardia, en su número 1° presentó su editorial con un breve poema de Octavio Paz en 1980. México era un territorio ignoto para ellos, no obstante su conquista y el enorme trabajo de documentación a través de la historia, las narraciones y las notas etnográficas de sus misioneros, de sus soldados o de sus diplomáticos. A finales del siglo XX el redescubrimiento de las tierras de América era toda una emoción. En su número tres, incluyeron un ensayo y una fotografía sobre “las espeluznantes momias de Guanajuato”.
El asombro ante el encuentro mortuorio era total. La cercanía de la muerte y su homenaje a las cuestiones mortuorias de los mexicanos era un tema que llamaba la atención a los ibéricos. Y la fotografía mostraba el cráneo ladeado mirando ligeramente hacia abajo, de un cuerpo con su piel enjuta, embarrada en el esqueleto del muerto. Sus manos cruzadas sobre el vientre abultado le daban un aire de sordidez y espanto. Me sorprendió su azoro ante tal visión.
Cuando era un jovencito, allá por la década de 1970, fui a la ciudad de Guanajuato y la museografía no existía aún como un elemento importante en los sitios turísticos. Así que la visita a ese macabro lugar era un poco atropellado para los curiosos, más que turistas. Las momias se encontraban dispuestas a lo largo de un angosto pasillo, obscuro y polvoso. Las momias estaban paradas, recargadas en la pared, y dispuestas en ambos lados del pasillo. Cuando uno caminaba hasta daba la impresión de que se le caían a uno encima.
La entrada al museo era lo más informal y a medida que uno se adentraba a los pasillos se tenía el contacto con la muerte, que después se iba transformando en curiosidad insidiosa para conjeturar sobre los motivos de los decesos de los muertos ahí exhibidos. Uno se sentía ya familiarizado por tales seres de ultratumba. Santo, el Enmascarado de Plata, se había dedicado a ilustrarnos cómo combatirlas y junto a su fiel amigo Blue Demon había vencido a tales seres que pretendían dominar el mundo, empezando por Guanajuato y luego extenderse a todo México y a las demás regiones del globo terráqueo. Gracias al cine y al género de la lucha libre, las momias empezaron a cobrar fama internacional y a despertar el interés por conocer ese lugar situado en el centro de la República Mexicana.
De cuando en cuando mi visita al museo me permite observar las transformaciones del lugar. Y se empezó a modificar cuando el Festival Cervantino fue cobrando fuerza y los visitantes, nacionales y extranjeros, iban a mostrar su morbo por tener contacto con esos seres mortuorios. Cuando asistía como corresponsal de prensa en las ediciones del Cervantino en la década de 1980 nuestra visita se empezaba a hacer obligada. Por eso cuando vi la fotografía en la revista Quimera me llamó la atención que se mantuviera el asombro del escritor y del fotógrafo que compartían la emoción y el susto de los extranjeros por tales seres.
Hasta ahora el acervo (¿se puede decir acervo a la colección de momias?) de este museo cuenta con cien momias. Los datos del museo refieren que desde que se descubrió el primer cuerpo momificado encontrado en el Museo de Santa Paula, en 1865, se empezaron a reunir sin pensar que ahora se contaría con un espacio de esa naturaleza. A diferencia de las primeras visitas, ahora nos encontramos con una disposición de las momias similar, pero con una museografía moderna, donde la estética es un factor primordial, ya que se juega con la luz y la sombra en las salas de exhibición. Observar a los muertos de otras etapas históricas nos permite conocer muchas de las formas de la vida cotidiana. Por eso también se permitió la presencia de investigadores norteamericanos dedicados a la antropología forense, quienes escribieron bastantes artículos académicos, así como importantes deducciones respecto a la muerte y la conservación de los cuerpos.
La difusión de las momias ha generado el incremento del turismo para esa entidad guanajuatense. Además de disfrutar la hermosa arquitectura y el ambiente de la ciudad capital, el visitante debe saber que la visita al museo peculiar es fundamental. En la Licenciatura de Estudios Socioterritoriales, un importante segmento de investigación es el turismo, y el estudio de lugares como éste reviste gran importancia. Son muchos millones de turistas nacionales y extranjeros los que se mueven de ciudad en ciudad y esto debe ser manejado por profesionales de los desplazamientos humanos, porque los visitantes al mantener su objetivo de conocer otros lugares generan importantes derramas económicas. Junto con la extracción y venta de hidrocarburos, las transferencias de remesas económicas de Estados Unidos a México, el turismo es una fuente importante de recursos. Por ello se debe poner énfasis en el estudio profesional o científico de estas migraciones funcionales.
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