Opinión

El alcalde sol

Para destacar: El alcalde sol que tenemos considera puede gobernar y seguir su carrera política sostenido por el halo mágico con el cual llegó al municipio, por ello se ha confrontado con diversas corrientes al interior del PAN. La primera ruptura fue con su aliado Armando Rivera, no le cumplió las posiciones que habían acordado le cedería en el Centro Cívico.

Alcázar 20-10

Por: Omar Arcega E/   @Luz_Azul

En 1653, Luis XIV  se presenta por primera vez ante su corte, lo hace en diversas escenas de  una elaborada coreografía llamada “Ballet de la Nuit”, en una de ellas aparece disfrazado como el dios apolo, de ahí el mote con el cual pasará a la historia: “Rey Sol”. La historia demostrará que el apodo no le queda mal, fue un megalómano, sedujo y controló a las inquietas élites de su época y concentró tal poder que solo su mirada podía hacer brillar, políticamente, a otros.

Desde hace 6 meses que tenemos nuevo alcalde en la ciudad de Querétaro no puedo sacarme de la cabeza la historia de Luis XIV.  Y es que tenemos un alcalde cuyas  declaraciones, acciones de gobierno, trato con otros actores políticos, el servilismo de sus más allegados, el centralismo de las decisiones, todo ello despide un olor a ese París absolutista del siglo XVII.

El alcalde sol que tenemos considera puede gobernar y seguir su carrera política sostenido por el halo mágico con el cual llegó al municipio, por ello se ha confrontado con diversas corrientes al interior del PAN. La primera ruptura fue con su aliado Armando Rivera, no le cumplió las posiciones que habían acordado le cedería en el Centro Cívico. También despidió a muchos panistas que habían sobrevivido a al trienio de Roberto Loyola, y aquellos que participaron en su campaña esperando ser contratados han sido testigos de cómo les ha otorgado posiciones a viejos y nuevos priístas. Y esto no sorprende pues no olvidemos que Marcos Aguilar inició su trayectoria al amparo del partido tricolor, hasta existe una carta donde junto con otros, entonces, líderes estudiantiles, refrenda su apoyo  la candidatura de Fernando Ortiz Arana.

Pero los que han logrado mantener sus puestos o ser contratados no la pasan mejor, a muchos de ellos les han recortado sus salarios, otros solo cobran a través de honorarios, se les obliga a realizar labores para las que no fueron contratados y hay oficinas en donde hace un par de meses no se paga la nómina. En petit comite el círculo más cercano del mandatario habla del lastre que implica el PAN.

Por otro lado ha habido una sobre exposición a los medios por parte del alcalde, en su megalomanía considera que su solas palabras pueden deshacer entuertos y  controlar inconformes, cosa que le ha llevado a un desgaste innecesario.  Finalmente y no menos importante, su carácter iracundo hace que su círculo más cercano cuestione poco sus decisiones, de cualquier modo no tendría sentido hacerlo, pues realmente no está dispuesto a seguir consejos o aceptar una retroalimentación. A esto sumemos unos regidores abyectos, quienes aprueban sus propuestas por incompetencia o por complicidad.

A pesar de esto, nuestro hoy alcalde aspira a ser senador y desde ahí saltar a la gubernatura del estado, escenario que se ve difícil, pues el único líder panista con el cual no se ha peleado es Ricardo Anaya, pero tarde o temprano veremos un enfrentamiento de estos megalómanos o la imposición de uno de ellos.

El alcalde sol cree que puede transforme en dos años el municipio de Querétaro sin costos humanos, le urge dejar una ciudad brillante que lo pueda catapultar a otras posiciones, no unos ciudadanos satisfechos con los servicios que presta el municipio. Le importan los votos y por ello está dispuesto a pasar por sobre las personas.

El alcalde sol ha perdido brillo y calor, las acciones positivas que ha emprendido se ven opacadas por sus desatinos comunicativos o por la falta de tacto para emprender ciertas medidas poco populares pero necesarias.  Pese a ello no se percibe un giro de 180 grados en sus acciones, necesita rehacerse, recordar que él está sirviendo a seres humanos, que está ante una sociedad más vigilante, que él no es el sol, es un astro más y que necesita el brillo de la legitimidad ciudadana.

 

 

 

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