Opinión

El IFE y el conteo de votos (Tercera parte)

Por Ángel Balderas Puga

En los número 615 y 617 de Tribuna de Querétaro hemos venido haciendo una serie de consideraciones sobre el conteo de votos de las elecciones en México. Hemos señalado que el Instituto Federal Electoral (IFE) quiere hacernos creer que el conteo de votos se hace de manera transparente y que dicho proceso termina en las casillas el día de la votación.

Hemos señalado también que, a diferencia de lo que dice el IFE, el proceso de conteo consta de cuatro etapas bien diferenciadas. En la primera etapa se cuentan los votos, físicamente, en la casilla de votación. En una segunda etapa, en el mismo lugar de votación, se registra el resultado del conteo en un acta. Sólo estas dos etapas están bajo observación ciudadana (funcionarios de casilla y representantes de partidos). Luego viene la etapa de captura de datos, una simple transcripción de los datos de las actas a una base de datos informática. Esta etapa entra ya en una fase oscura de caja negra pues se realiza por personal del IFE sin supervisión ciudadana y, como hemos visto, se presta a manipulación para alterar la voluntad ciudadana.

En nuestro último artículo abordamos el problema de la cuarta fase, la relativa al procesamiento de los datos capturados de las actas oficiales. Dimos elementos acerca del conteo rápido y una introducción del PREP con el que continuamos ahora.

El PREP que no sabe sumar

El PREP es un programa informático elemental, lo único que tiene que hacer es sumar los datos capturados en la tercera etapa. Un programa de este tipo puede ser desarrollado por estudiantes de nivel medio superior pues no tiene gran ciencia detrás. Este proceso debería ser totalmente transparente. Sin embargo, como lo enseñaron las elecciones de 2006, también en esta etapa el IFE, bajo Luis Carlos Ugalde, hizo trampa en una simple suma.

Como señalamos en el número anterior, el cuestionamiento de los datos oficiales del PREP, provino de “análisis forenses”, los que requieren competencias matemáticas e informáticas, por lo que no debe sorprender que fueron hechos no por científicos sociales sino, principalmente, por físicos, pero también por matemáticos, ingenieros, informáticos, químicos e incluso algún biólogo.

El IFE puso a disposición de los mexicanos la base de datos usada para el PREP, días después de la elección y cuando ya se había agotado el plazo legal para hacer impugnaciones, lo que muestra dolo por parte del IFE.

En las elecciones presidenciales de 2006, el IFE puso a disposición del público el archivo “computos2006-Presidente.txt” un archivo de texto plano con 117 mil registros (de un total de 130 mil).

En cualquier elección en la que no hubo fraude, el número de boletas empleadas más el número de boletas no empleadas debe coincidir con el número de boletas al final y este último número debe coincidir con el número de boletas al inicio de la jornada electoral.

Pues bien, al analizar los datos del IFE se obtienen irregularidades en más de 46 mil casillas, 35.47 por ciento del total. Ningún proceso con tal número de anomalías es confiable. En los datos aparecen casi dos millones de votos de más y dos millones 300 mil votos de menos lo que implica casi cuatro millones 300 mil votos irregulares, más de 20 veces la diferencia oficial entre los votos de Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón.

Cabe señalar que los votos de más no se compensan con los votos de menos pues provienen de secciones diferentes. Por ejemplo, en la sección 344 del Distrito 1 de Aguascalientes había 623 boletas al inicio y sólo 476 al final por lo que se “perdieron” 147 votos. No se puede decir que estos votos “perdidos” corresponden a la sección 242 del Distrito 5 de Yucatán donde al inicio había 631 boletas y al final, ¡mil 262! Por lo que “taquearon” 631 votos de más. Se debe resaltar además que en ninguna casilla puede haber más de 750 votos (más 10 adicionales) por lo que es imposible que aparezcan más de mil votos al final de la votación.

Además de lo anterior, hubo otra grave irregularidad en el PREP, en las elecciones de 2006: casillas cuyos datos llegaron, ¡antes que cerraran las votaciones! Lo que, nuevamente, es imposible, en una elección en la que no hubo fraude. Estas casillas con anomalías (con llegada antes de las 5:45 pm) fueron mil 278 que equivalen a casi 400 mil votos (recordemos que la diferencia oficial fue de apenas 244 mil votos). El caso extremo es el de las casillas que llegaron a las 12 la noche del 1° de julio, ¡cuando las casillas se abrieron a las ocho de la mañana del 2 de julio! Lo único que denota esto es un gravísimo error de programación (lo que no es creíble dados los profesionales y el dinero invertido en elaborar el PREP) o que dichas casillas fueron programadas previamente para compensar sumas y restas y que cuadraran las cifras.

Por todo lo anterior, muchos académicos pidieron, en 2006, que se volvieran a sumar los votos usando varios centros de cómputo (IFE, UNAM, Politécnico, ITAM e ITESM). Sin embargo, el IFE y las autoridades correspondientes hicieron caso omiso de esta plausible sugerencia. Si nadie hizo trampa en 2006 esta simple suma nos habría ahorrado muchos problemas a casi todos los mexicanos.

anbapu05@yahoo.com.mx

 

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