Opinión

El mundo me pone de mal humor

Daniel Muñoz Vega

PARA DESTACAR: Los ricos son tan pendejos que lo único que hicieron fue hacer dinero. Y los pobres son tan pendejos que siguen votando por el PRI. México por lo tanto, también es un país de conciencia limitada. Así que no vengamos con que Trump es el responsable de todos nuestros males.

¡Puta Madre! ¿Qué le pasó a la humanidad? Realmente no le ha pasado nada, sólo piensa que el mundo le ha quedado chico. El primer humano abrió los ojos de la conciencia, limitada a la capacidad de hablar y de razonar, y aquí empezó a joderse la cosa. Fuimos incapaces de entender la vida desde un sentido introspectivo.

Han pasado 10 mil años de pisar este planeta; 10 mil entre 4 mil millones de existencia del universo; somos un soplido. Y ya estando aquí, apenas nos bastaron 100 años para acabar con mucho. No hay que creernos el mito de los beneficios de la era industrial, muy al contrario. La máxima creación de Dios (como dicen muchos que somos) resultó ser una fichita. El ser humano desarrolló una desenfrenada necesidad de consumir y de ejercer poder.

Tenemos pantallas planas y computadoras y transmisiones satelitales para ver la destrucción de todo en tiempo real como si fuera un reality show. Eh, dicen que hemos progresado un chingo, sobre todo en occidente con sus inmensos almacenes comerciales. La Coca Cola llega a cada rincón del planeta. Donald Trump es presidente y quiere hacer un muro de 3 mil y tantos kilómetros… hay que ser demasiado pendejos para llevar nuestro progreso a semejantes postales, y en el caso de Trump, los gringos, pendejos lo que se dice pendejos, sí están; y mira que son la nación más poderosa del mundo. Y es que poder, dinero y consumo desenfrenado (igualmente de drogas) no los hace muy inteligentes que digamos.

¡Bienvenido señor Trump! Necesitábamos a alguien como usted para que le terminara de dar un empujoncito al mundo. Sí, Donald Trump es presidente, ¿cómo fue posible que después del negrito simpático, orador implacable, lanzador de bombas, ganador del premio Nobel de la paz, gerente de las grandes transnacionales y férreo defensor de la política financiera de Wall Street, ganara la elección el güero misógino, constructor de pendejadas, pedófilo pero empresario exitoso?

Es que no hay que creer que el mundo funcionaba bien antes de Trump, no qué va, la guerra siempre ha sido negocio y el capitalismo ha arrasado con todo; ni piensen en Hillary Clinton, en serio, se le asomaban un par de huevos por debajo de la falda, era la misma mierda que Trump pero con el toque femenino del más empoderado de los machistas. El espejo del mundo nos refleja como una especie miserable y el señor Trump, es la representación natural de nuestra propia decadencia.

Y de este lado de la frontera no somos víctimas. Acá tenemos a una clase política finísima, de moral chingona, que va a misa los domingos, de esa que se roba 35 mil millones y nada pasa. A ver, pinches mexicanitos ‘wannabes’, el mundo llega más lejos de McAllen ¡Claro, llega hasta San Antonio! Neta, en este lado de la frontera, también estamos rependejos.

Bueno, la clase media mexicana es de naturaleza pendeja. Muchas universidades caras para vivir pagando la tarjeta de Liverpool, pus ta’ cabrón. Los ricos son tan pendejos que lo único que hicieron fue hacer dinero. Y los pobres son tan pendejos que siguen votando por el PRI. México por lo tanto, también es un país de conciencia limitada. Así que no vengamos con que Trump es el responsable de todos nuestros males.

Sí, ahora con estos aires nacionalistas al estilo Hitler, tendríamos que reivindicar a la globalización unificando a los países del mundo en una gran nación única de pendejos. Guerras, destrucción, hambre, acumulación grotesca de la riqueza en pocas manos

¿Qué le pasó a la humanidad? Vuelvo al principio, el mundo nos quedó chico, la soberbia humana se ha confundido con inteligencia, y esta lamentable situación global (ni aguantamos nada, apenas van 10 días de Trump y ya nos tiemblan las patas) sólo podrá cambiar cuando seamos capaces de vernos en el espejo de la introspección.

Hay que parar, en serio, aunque para occidente, parar, ralentizarnos, tomar un respiro para pensar, vaya en contra de sus valores mercantilistas; la única forma de cambiar el panorama es alejarnos de nuestro individualismo desenfrenado carente de puntos de referencia; no es cualquier cosa, de hecho soy tan pesimista que no nos va a dar el tiempo para tal empresa: pensar en una colectividad y repensar el mundo significa radicalizarnos en cambiar hábitos inconscientes para estructurar nuevas formas de organización. Sólo así, pensando en una unidad donde quepamos todos, la especie humana sacará entonces sí, lo mejor de ella.

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