Opinión

El principio de cualquier cosa

Por Ricardo Rivón Lazcano

En realidad todo empezó cuando Dios negó a

Adán y Eva realizar el examen de regularización.

Dos libros de Marshall Sahlins

1. Existen en muchos pueblos leyendas de un rey foráneo que llega a dominar a la gente local. Este rey generalmente está conectado con la divinidad, y se asimila a la gente local por medio de la alianza con la hija del rey nativo. De esta forma el poder divino y peligroso del foráneo es domado e integrado a las fuerzas de vida de la gente local. Esta relación entre el rey extranjero y la gente local se repite en las formas de alianza, puesto que al contraer matrimonio asimilamos la otredad y nos convertimos en el otro. Los parientes afines son nuestra conexión con la otredad y el vínculo que nos fortalece al permitir que esa otredad, sospechosa y peligrosa, sea domesticada.

2. Con respecto a la naturaleza humana, existe una larga tradición en la filosofía y en las ciencias políticas que considera que los seres humanos somos bestiales y hay que controlarnos por medio de la cultura y la ley. Sahlins contrasta estas ideas con las que prevalecen en muchos pueblos en donde se piensa que las y los humanos no son muy diferentes de los animales, pero no porque los humanos sean bestias, sino porque las bestias en realidad son humanas. De acuerdo con Sahlins, es la cultura la que ha hecho posible la evolución biológica de la humanidad, y no la biología la que ha resultado en la cultura, como ahora se propone desde la sociobiología. Las ideas sobre la naturaleza humana que existen en las sociedades llamadas occidentales son, entonces, un error de proporciones antropológicas mundiales (Comentarios de una fuente extraviada).

Cuando hablamos del Estado

Casi siempre nos vamos a las generalidades cuando en realidad debemos atender los fenómenos concretos de lo que hipotéticamente denominamos realidad. Parece haber un prurito, una comezón para incluir una descripción pormenorizada de los movimientos cotidianos de las acciones entabladas con una intención declarada o subrepticia de satisfacer un afán egoísta. Por ejemplo, quién habla, escribe o incluye, analíticamente los siguientes elementos en los proyectos de conocimiento que exigen: 1) condiciones materiales, relativas al comercio ilegal, el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando de armas, los tiraderos de basura tóxica, la piratería, la explotación irregular de recursos naturales, la economía predatoria de negocios ilícitos; 2) condiciones políticas relativas a la privatización del Estado –la traslación de recursos, responsabilidades, facultades y competencias públicas a manos privadas– y la lucha entre facciones políticas utilizando los poderes del Estado; 3) condiciones culturales, relativas a las figuraciones de lo invisible, las representaciones de poderes mágicos que legitiman la violencia; 4) condiciones sociales, por ejemplo relativas a los valores de una juventud sin alternativas en un orden social sumamente violento, atraída hacia los estilos de vida delincuenciales, sus formas de ostentación y símbolos de distinción, su poderío.

Y sí, convivimos con esos fenómenos y logramos describirlos y, en muchos, casos simular explicaciones científicas cuando solamente aportamos pobres enjuiciamientos morales.

 

Mínimos.

Como dicen que dijo aquel prócer: a mis enemigos la rendición de cuentas, a mis amigos y a mí mismo, la opacidad.

Se agradece pero capaz que dicen que soy otro yo.

El caos tiene sus leyes, pasa que aun no las descubrimos.

Por ejemplo “What’d I Say” o “What I Say” es un prodigio de improvisación.

Así es, el número es la ventaja.

En la quincena me voy a arriesgar a hacer pozole de langosta. Poco por lo caro, eso sí. Una receta buena es el esquite con queso roquefort

Perdón pero en lugar de excederte te quedaste corto, Calderón ha recibido un billón de mentadas+1.

Se va a adaptar, es un hecho. Sin embargo no significa que cambie su esencia.

Me gusta mucho su chosna Bárbara

No es lo mismo ser un hijo de la chingada que un hijo de puta. La distancia es como desde la tristeza hasta el coraje.

Miguel Hidalgo es el señor que trae los regalos.

Me invade la paranoia un poco más de lo normal desde que el candidato opuesto dijo que tenía sus hackers.

Leer mucho pero digerir lentamente, una recomendación frente a la propensión actual de atiborrar de textos a los estudiantes.

Es hora de filosofar sin tomar en cuenta a los grandes filósofos pero tomando en cuenta a los grandes filósofos.

Dame un beso ¡Como de a cómo! Eres un autentico crítico de arte.

Cuando aquel señor dijo “pienso luego existo” nunca quiso decir “lo que pienso luego existe”.

Tuvieron el poder y no hicieron más que acostumbrarse al éxtasis de disponer como si fuera patrimonio propio.

Cuando ellos saben que yo sé, y viceversa, no es necesario poner nombres.

Nuestra ciudad descuidó su alimentación. Hoy tiene, como muchos mexicanos, problemas de obesidad. Coágulos vehiculares principalmente.

Como que hay una propensión en algunos que consiste en ejercitar al máximo su libertad a costa de la libertad de los demás.

Que el hombre desciende del chango. Ojalá no siga descendiendo. (En algún lugar lo leí)

Me gustaría tener una nariz roja y saber hacer reír a mi familia.

Si de las lunas la de octubre es más hermosa, la de septiembre no se queda atrás. De hecho, la primera sólo es más encimosa.

Usted le prohíbe abortar, yo no le prohíbo abortar, ella nos puede mandar a chingar a nuestra madre igual.

Hay quienes creen que ser humanista es proferir un chingo de mentiras bonitas.

El capitalismo, ¿es moral? No. ¿Entonces por qué pedir peras al olmo?

Negar la evidencia apabullante es uno de los trucos más sucios y eficaces de la historia de la infamia.

¿Hacia dónde va la educación? O, en vena poética plagiando a Baudelaire, ¿es la educación un “bateau ivre”, o sea, un barco borracho? Marina

Migra de sexo cada noche.

Conciencia de la cultura

La palabra “cultura” se ha convertido en un valor común. Para la presente generación, hace el trabajo que anteriormente le fue asignado a la “psicología” o al “carácter distintivo”. Se solía hablar de “la psicología de Washington (D.C.)” o de “el carácter distintivo de la universidad”. Ahora se habla de “la cultura de Washington” y de “la cultura de la universidad”. También de “la cultura de la fábrica de puros”, de “la cultura de la adicción a las drogas”, de “la cultura de la adolescencia”, de “la cultura de las reuniones de antropología”, etcétera. Durante mucho tiempo sentí cierta preocupación por esta aparente degradación del objeto de la antropología. Un día me di cuenta de que la economía aún está en marcha como una disciplina a pesar del hecho de que todo mundo hable sobre la “economía” y las “economías”, y la sociología también sobrevive a todos los usos de lo “social”… de Marshall Sahlins.

 

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@rivonrl

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