Opinión

El uso de psicofármacos en niños mexicanos: Sandoz un nuevo Herodes en acción

Por: Joaquín Antonio Quiroz Carranza

PARA DESTACAR: El capitalismo generó el internet y la circulación masiva de información, esta provocó la emergencia de niños y jóvenes con mayores capacidades intelectuales, más informados y críticos, quienes ante una correcta influencia pueden convertirse en los líderes. Por ello, como un nuevo Herodes, deciden sacrificarlos.

La sociedad mexicana es voraz consumidora de carbohidratos y se encuentra aterrorizada por las acciones del crimen organizado. Amplificadas por los servicios masivos de des-información, los niños no salen a los parques a ejercitarse para evitar secuestros; la televisión, el internet y los juegos de video los estimulan, resultado sedentarismo, acumulación de energía corporal y amplia estimulación que el modelo “educativo” es incapaz de igualar, se quiere tener a los niños quietos y atentos a los aburridísimos monólogos de los profesores, porque de esta forma son “normales”, es decir receptores pasivos de toda la basura educativa.

El resultado son niños y jóvenes con gran cantidad de energía e información, que por ningún motivo atenderán las nefastas y mal preparadas clases de los profesores, por lo que son diagnosticados con el invento de industria farmacéutica y su mercaderes -los psiquiatras- es decir el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Por lo que los “profesionales” de la psiquis recetan la ingesta de psicofármacos, para controlar los síntomas “anormales” de los niños y jóvenes.

Entre los psicotrópicos utilizados están el Ritalin (metilfenidato), Dexedrina y DextoStat (dexotroanfetamina o anfetamina-d), Aderall (anfetamina-d y mezcla de anfetaminas), Desoxyn y Gradumet (metanfetaminas), Cylert (peoline) u otros, de forma general estos psicofármacos causan: psicosis, manías, abuso de drogas y adicción. Provocan comportamiento robótico, aletargado, deprimido y de aislamiento, disminución de la masa cerebral “suprime la creatividad, espontaneidad y autonomía del niño, haciéndolo más dócil, obediente y dispuesto a cumplir las cosas aburridas de la escuela, su ingesta puede limitar la decisiones fundamentales del niño, arruina su autoimagen, lo desmoraliza y lo desanima a que desarrolle su potencial”.

Este psicofármaco lo fabricaba la compañía CibaGeneva Phamaceutics (Ciba-Geigy y Novartis, empresas que adquirió el monopolio Sandoz), misma que gasta millones de dólares en publicidad y contra-información para vender los psicotrópicos a padres y psiquiatras.

¿Por qué la industria farmacéutica y la psiquiatría inventan un paradigma de esta naturaleza? La respuesta es sencilla, las farmacéuticas saben que las nuevas generaciones de niños y jóvenes son resultado de las contradicciones dialécticas del capitalismo mundial, que, en su mismo desarrollo construye la fuerza que lo destruirá.

El capitalismo mundial generó el internet y la circulación masiva de información, esta provocó la emergencia de niños y jóvenes con mayores capacidades intelectuales, más informados y críticos, quienes ante una correcta influencia pueden convertirse en los líderes de transformaciones sociales, científicas, culturales e ideológicas que pudieran llevar a la destrucción definitiva del sistema capitalista mundial, por ello, como un nuevo Herodes, deciden sacrificarlos antes de que se conviertan en líderes.

El sistema capitalista sabe que la represión, en toda su gama de intensidades, no ha funcionado, porque despierta más y más a los pueblos. En México, el caso de los 43 jóvenes de Ayotzinapa es un caso emblemático. Tampoco ha tenido una eficiencia del 100 por ciento el control de los medios masivos de información, como es el caso de Televisa, que cada día más y más ciudadanos reconocen su verdadera función, y al mismo tiempo han emergido grandes comunicadores y redes alternativas.

La privatización del sistema escolar, tampoco ha brindado los resultados esperados. La respuesta de los jóvenes de la Universidad Iberoamericana ante la visita de Peña Nieto fue ejemplar.

El capitalismo mundial, como Herodes, decidió el sacrificio mental de niños y jóvenes, no su sacrificio físico, porque los requiere como mano de obra barata. La industria farmacéutica con la industria bélica y la petroquímica son la trilogía más poderosa del mundo, son los que ponen y quitan presidentes, deciden guerras y las concluyen. Esta trilogía es la parte más oscura  y cruel a nivel mundial.

Esta información pareciera obtenida de la ciencia ficción, pero a nivel cotidiano cualquier lector puede comprobar la presencia de niños diagnosticados con TDAH y mirar a los padres orgullosos de brindarles una “buena” atención médica porque el psiquiatra “sí sabe”.

El TDAH es un invento, para lograr mayor ganancia y control social, la solución cívica es simple: minimizar la ingesta de carbohidratos, recuperar el tejido social y los espacios públicos para la recreación de niños, jóvenes y adultos, asumir la educación de forma autogestiva y autónoma, trasmitir el conocimiento y construirlo de forma significativa, utilizando todos los sentidos. Rechazar los paradigmas psiquiátricos y recuperar la salud de nuestras familias.

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