Opinión

¿En Querétaro hay desaparecidos? (Primera parte)

Por: Agustín Escobar Ledesma

Por supuesto que los queretanos quedamos pasmados, atónitos, indignados, humillados y ofendidos ante las recientes declaraciones de Arsenio Durán Becerra, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Querétaro (PGJ) en las que afirma que en nuestra entidad “No existe averiguación previa, carpeta de investigación, o proceso alguno que haya iniciado por hechos probablemente constitutivos de delito de Desaparición Forzada, ni por el delito de Desaparición de Personas por Particulares” (Cfr. Libertad de Palabra 24/03/2015).

Y es que, en lugar de tomar las medidas necesarias para erradicar la inseguridad que ha tomado por asalto calles, colonias, plazas, pueblos y rancherías de Querétaro, pareciera que la principal labor del gobierno de José Eduardo Calzada Rovirosa es cuidar las apariencias, al insistir mediáticamente que vivimos en el bíblico jardín del Edén, cuando el llano se encuentra en llamas.

Mostrar la descarnada realidad que pesa sobre los queretanos incomoda a los poderosos. Recordemos que en octubre Jorge López Portillo Tostado, Secretario de Gobierno, censuró, ordenó “partirle la madre” y llamó “putarraco” a Juan Manuel Auza, por atreverse a abrir los micrófonos de Integra 92.7 Radio al tema de la inseguridad.

Las palabras del procurador ocultan y deshumanizan una tragedia que atraviesa el corazón de los queretanos. El procurador apuesta a la desmemoria y al olvido del dolor que no cesa en cientos de familiares de los desaparecidos. Qué paradoja, en tanto que el procurador es quien debiera llevar justicia a los agraviados, por el contrario, cierra las puertas de la justicia a las víctimas.

Todos sabemos que una de las tareas principales del procurador es la defensa de los intereses de la sociedad y de los grupos sociales desprotegidos. Sin embargo, si el encargado de cumplir y hacer cumplir este mandato constitucional declara que en Querétaro no existen casos de personas desaparecidas, desde este espacio le planteamos algunas preguntas.

La primera es ¿en dónde quedaron, de acuerdo a las propias declaraciones de Arsenio Durán Becerra, publicadas por la prensa local en noviembre de 2014, los 230 casos de personas desparecidas de Querétaro?

La segunda interrogantes es ¿y los datos compartidos por Aleida Quintana de “T’ek’ei. Grupo interdisciplinario por la equidad”, que a su vez fueron proporcionados por la Unidad de Información Gubernamental de Querétaro el 2 de octubre de 2013 (Notificación SPF/UIGPE/AJ/2460/2013), en donde se informa que, de enero de 2009 a julio de 2013, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Querétaro (PGJ), tiene un registro de 111 averiguaciones previas y 1,159 circunstancia de hechos, lo que da un total de 1,270 mujeres desaparecidas en Querétaro?

La tercera pregunta es ¿qué pasó con los datos proporcionados por la Unidad de Información Gubernamental de Querétaro el 25 de junio de 2014 (Notificación SPF/UIGPE/AJ/1735/2014) en donde se informa que la PGJ tiene registradas, de enero de 2010 a diciembre de 2013, 12 averiguaciones previas de migrantes desaparecidos, pertenecientes a los municipios de Jalpan de Serra con 6 casos; Querétaro con 5 casos; y Pinal de Amoles con 1 caso?

Contexto nacional actual

Así como el Procurador General de Justicia de Querétaro señala que en Querétaro no existen casos de personas desaparecidas, en el ámbito nacional, el hoy ex procurador Jesús Murillo Karam depuró la lista nacional de desaparecidos y, de 27 mil casos que dejara la administración de Felipe Calderón en 2012, Murillo Karam la redujo a 8 mil desaparecidos en mayo de 2014. “Yo mismo levanté el teléfono y pregunté a los familiares de los desaparecidos, quienes me contestaron que ya habían regresado”, justificó el procurador.

Meses después, el entonces procurador de la república acuñó el término “verdad histórica”, para intentar dar por concluido el caso de los 43 jóvenes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero por el Estado Mexicano el 26 de septiembre de 2014.

La comisión

Es más que evidente que la procuraduría de justicia local, tanto como la nacional, no tienen ninguna voluntad en investigar el paradero de los desaparecidos. Es obvio que Arsenio Durán Becerra sigue a pie juntillas el viejo axioma que señala que si la realidad no se ajusta a su marco teórico, peor para la realidad.

Las políticas para resolver los verdaderos problemas locales y nacionales, hunden sus raíces en la simulación, tal y como lo institucionalizó el dictador José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, a quien se le atribuye la expresión: “Si quiero que algo se solucione pronto, me encargo yo; si quiero que tarde en solucionarse, se lo encargo a uno de mis ministros; si no deseo que se solucione, entonces creo una comisión».

Y es justamente lo que ocurre en el caso del Comité de Seguimiento del Programa Estatal de la Ley para Prevenir, Investigar, Sancionar y Reparar la Desaparición de Personas en Querétaro, comisión de inútil y kilométrico nombre que, en su corta existencia, ni siquiera logra reunir el quórum suficiente para sesionar, menos para procurar justicia.

La no actuación de este Comité se suma a la larga lista de afrentas que los familiares de los desaparecidos han sufrido de manera histórica.

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