Opinión

Frustrantes esfuerzos por democratizar los medios informativos

Por: Gabriel A. Corral Velázquez

En México ha habido una gran cantidad de cambios en las leyes y en las instituciones desde 1996 año en que se ciudadanizó el IFE (Instituto Federal Electoral) y se establecieron nuevas normas para los procesos electorales. A partir de la alternancia electoral de 2000 puede considerarse que existe en el país un régimen democrático, si se parte de la idea que uno de los elementos para ello son las elecciones concurrentes. Sin embargo, a pesar de las elecciones y los cambios que éstas han traído, existen aún elementos que no pueden considerarse como democráticos.

El caso de la prensa política en México es especialmente destacado. La voz de los propios periodistas señala que se trata de un periodismo basado principalmente en intereses económicos y políticos. En las redacciones y más aún en los despachos de algunos directores de medios de comunicación se establecen relaciones de control desde la administración pública a través de contratos de publicidad institucional. Si se parte de la idea de que el periodismo, lejos de la idea de objetividad, debe ser imparcial y promover el debate público ¿con qué argumentos se puede construir el debate si existe una colusión de intereses?

Mucho se ha discutido la manera en cómo estamos interpretando el mundo que nos rodea. Los medios de comunicación ofrecen corroborada o matizada información directa que sigue marcando nuestras vidas, nuestras percepciones y también nuestras decisiones.

En un contexto de presunta democratización como el que vivimos en el país, deberíamos apostar por el establecimiento de un régimen institucional que construya marcos de actuación legal apegados a elecciones concurrentes e igualdad en el sistema gubernamental. También habría que fortalecer el derecho de acceso a información, rendición de cuentas y participación social en la toma de decisiones. Esto parece contradictorio si pensamos lo que señalan distintos sectores de la sociedad, quienes muestran un alejamiento de la vida política al mismo tiempo que señalan a la democracia como su forma de gobierno preferida; asunto que llama la atención toda vez que uno de los supuestos contemplados en todo proceso de democratización es la participación de todos los sectores sociales en la discusión de los asuntos públicos garantizando el acceso a la información de todos aquellos aspectos comunes a la sociedad civil. En ello es imprescindible apostar por la democratización de los medios de comunicación cuya función de crítica es esencial para evitar, justamente, el abuso de poder. La prensa termina por convertirse es el espacio natural de debate de los asuntos públicos, ya que la visibilidad de los actores y los posicionamientos pasan necesariamente por los medios.

 

La democratización de los medios es toda una tarea que está pendiente. Lamentablemente, mientras no esté resuelto este tema será difícil pasar a una segunda etapa que tenga relación con los contenidos informativos y de entretenimiento. Es preciso realizar un análisis concreto que estudie la oferta mediática electrónica y virtual. Con ello se puede ubicar de mejor forma a la ciudadanía y sus prácticas políticas en torno a la comunicación y los medios. Es preciso situar (territorial y simbólicamente) dónde habla la gente de política y dónde hace vida pública. Ante esta situación que vivimos cabe preguntarse ¿Dónde está la ciudadanía? En México contamos con algunos ejemplos que rompen lo ordinario de los ahora llamados medios tradicionales el caso de la emergencia de #yosoy132 y #todossomosayotzinapa. Como ejemplos pero y los demás…Me parece que son escasos aún tomando en cuenta las condiciones actuales a partir de lo que he dado en llamar la tentación autoritaria tomando como ejemplo el caso de los normalistas de Ayotizinapa. Como si fuera poco en los últimos días hemos sido testigos del cierre de un espacio informativo. Independientemente de la opinión o postura que se pueda tener respecto de la línea editorial de Carmen Aristegui, resulta lastimoso lo que ha sucedido en MVS noticias; pensando en la necesidad de abrir los espacios informativos y de debate el cierre de uno es un golpe a la democratización de los medios. La pluralidad y el disenso son fundamentales si queremos consolidar un régimen democrático. Es quizá la devaluación del concepto “democracia” y su uso más allá de los valores y forma de gobierno que representa lo que en verdad está alejando a la ciudadanía de la participación en la política. Casos como los que hemos vivido en los últimos meses rompen cualquier ilusión democratizante en México.

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