Opinión

Hacia el pantano de la confrontación sindical universitaria

Por: Francisco Ríos Ágreda

PARA DESTACAR: El 15 de noviembre, quienes critican la toma de nota otorgada por la Junta de Conciliación y Arbitraje, pedían en varios medios con un desplegado pagado por las cuotas de los sindicalizados, a Francisco Domínguez Servién su intervención para favorecer la convivencia entre los universitarios y la solución del conflicto ¿No que muy entusiastas defensores de la autonomía universitaria?

En la edición 813 del semanario ‘Tribuna de Querétaro’ terminaba mi colaboración con la siguiente consideración: “El dilema será nadar en aguas claras o meterse al pantano de la confrontación universitaria”. Pues el Comité Sindical anterior, juez y parte de la contienda sindical, decidió la vía de la confrontación al impulsar el camino de la agudización de las contradicciones existentes entre la planilla perdedora de Unidad Sindical Universitaria y la ganadora de Lucha Sindical Universitaria.

De esta forma, invalidó el todo el proceso electoral, celebrado al interior de la facción balderista, pues nació de la convocatoria un Consejo Consultivo irregular desarrollado el 7 de noviembre, posteriormente a la celebración de una Asamblea General Extraordinaria el 9 de noviembre, misma que dio pauta para el registro extemporáneo de dos planillas, el 10 de noviembre, a la ratificación de su registro, el mismo día a su presentación pública y a la celebración de unas “elecciones sindicales express”, totalmente inválidas, en tanto que se desarrollaron con una serie de ilegalidades en cascada, enturbiando el proceso con una “nueva” elección, de una sola convocatoria, violentando los Estatutos del SUPAUAQ.

La elección celebrada el 11 de noviembre, se saltó olímpicamente las tres convocatorias del proceso normado, en las que ni siquiera lograron conjuntar ambas planillas “registradas” los 641 votos alcanzados por USU, con los que perdieron, el día de la elección del 27 de octubre, jornada electoral en que Lucha Sindical Universitaria sumó 646 votos, con los que obtuvo el triunfo la planilla de Saúl García Guerrero, misma que le posibilitó la toma de nota como dirigencia sindical oficialmente reconocida por las autoridades del trabajo.

Para disfrazar el hecho de escasa convocatoria en esta segunda elección por parte de ambas planillas y de ser un “grupúsculo” dentro del sindicato, que apenas conjuntó 565 votos efectivos un del padrón de más de 1700 académicos sindicalizados, la Comisión Electoral en funciones envió, el mismo día por la noche, un comunicado a los sindicalizados en la página del SUPAUAQ en el que daba a conocer “la participación de los docentes que ejercieron su libre derecho al voto, a pesar de la serie de intimidaciones, agresiones y amenazas de las que fueron objeto para inhibir su asistencia a la Asamblea General Extraordinaria que definió el rumbo de nuestra organización.”

De hecho, el Abogado General de la UAQ ya está llamando a declarar solo a miembros de la planilla Lucha Sindical por el conflicto gremial ¿No le corresponde, en todo caso, llamar a ambas partes? La Comisión Electoral actuó discrecionalmente y siempre a favor de la Planilla USU, pues no tomó en cuenta la lista de personal de confianza que le entregó LSU para que no votaran, como lo mandatan los Estatutos, el Contrato Colectivo y la propia Ley Federal del Trabajo, en cambió no permitió el derecho al voto al Delegado de Jubilados y Pensionados, bajo el supuesto de que trabajaba en una institución de educación privada, sin ningún tipo de comunicación oficial por escrito, además de cesarlo en su función de Delegado de los Jubilados.

En ese contexto, permitió la cadena de irregularidades que ahora tiene atrapado al SUPAUAQ, con dos comités ejecutivos, uno triunfador y reconocido oficialmente de Saúl García Guerrero de Lucha Sindical Universitaria y otro espurio y minoritario de Nuri Villaseñor Cuspinera de Integración Sindical, al que incluso ya se le entregaron las instalaciones, papelería y activos del SUPAUAQ, actuando unilateralmente para atascar el proceso.

¿Puede la Comisión Electoral curarse en salud, con su actuar faccioso que permitió el voto del personal de confianza, que guardó silencio ante la presión de las autoridades universitarias hacia los académicos, que no controló la distribución de propaganda de USU, el propio 12 de octubre en que ya no estaba permitida, en la sesión de presentación de los planes de trabajo ante la Delegación de Maestros Jubilados y Pensionados del SUPAUAQ?

¿Esa es la definición del rumbo del SUPAUAQ? Bueno, pues como lo expresó el exsecretario general del SUPAUAQ, retomando las palabras de Felipe Calderón, “haiga sido como haiga sido”, el grupúsculo de Nuri Villaseñor ya tiene de facto las instalaciones que irregularmente, y a puertas cerradas, le entregó Rosalba Flores, la exsecretaria General del SUPAUAQ.

Por otra parte, el 15 de noviembre, quienes critican la toma de nota otorgada por la Junta de Conciliación y Arbitraje, pedían en desplegado de media plana pagado por las cuotas de los sindicalizados, publicado en varios medios, a Francisco Domínguez Servién, gobernador del estado, su intervención para favorecer la convivencia entre los universitarios y la solución del conflicto

¿No que muy entusiastas defensores de la autonomía universitaria? Deseamos que los académicos universitarios actuemos privilegiando el diálogo y respetando los resultados de la elección masiva e histórica del 27 de octubre. Eso o el pantano de la confrontación intersindical.

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