Opinión

¿La Cañada, cabecera municipal de El Marqués, en riesgo de una futura inundación?

Por: Jorge Coronel

El panista Enrique Vega Carriles, por segunda ocasión presidente municipal de El Marqués, rápidamente dio a conocer su prioridad para el trienio 2012-2015 y, con ello, culminar la labor que dejó inconclusa en su administración 2006-2009: vender todo lo que se pueda de dicho municipio.

Esto se desprende de la nota publicada en Diario de Querétaro, el pasado 9 de enero de 2013, titulada, “Plan Vega a cabildo”. La misma señala que: “El presidente municipal indicó que El Marqués aprovechará la falta de tierra en Corregidora y lo caro de los terrenos en la capital, para atraer nuevos fraccionamientos y desarrolladores de vivienda popular, ya que en El Marqués ´lo que sobra es tierra, hay mucha´”.

 

El empresario, ahora alcalde de El Marqués, manifiesta así que lo más importante para él y su equipo es el negocio. Las necesidades sociales y problemáticas de este municipio pasan a un quinto plano (el ejemplo claro es el actuar de la policía municipal y/o el nulo funcionamiento de secretarías como la de la Juventud o la de Cultura).

Para quienes siempre hemos vivido en la cabecera municipal, el anuncio de Enrique Vega Carriles no es novedad: Tarde o temprano su instinto empresarial lo delataría y olvidaría su función elemental: servir, antes que al dinero, al pueblo que lo eligió.

 

La cuestión fundamental que resulta de su intención de vender todas las tierras de El Marqués (o las que se puedan), es el peligro en el que nos encontramos todos los habitantes de la cañada. Me explico: Los cerros, símbolos de la cabecera, están en riesgo de desaparecer ante la voracidad de los fraccionadores y, con ello, que en el futuro inmediato los pobladores de La Cañada padezcamos una inundación de terribles consecuencias.

 

Esta aseveración no es producto de una locura o de un furibundo antipanismo: La misma está basada en el estudio y en la lectura de la investigación que, a su vez, realizaron los profesores de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Maricela (así, con “c”) Gómez Sánchez y José Alejandro Cabrera Luna, quienes publicaron el trabajo llamado “Análisis florístico de La Cañada, Querétaro”. El resultado es asombroso y, por desgracia, desolador. Transcribo algunos fragmentos de dicha investigación:

“La Cañada es la región más rica y diversa del Valle de Querétaro, albergando 11.3 % de las especies del total de la flora estatal, siendo así una zona de alta prioridad para su manejo y conservación”. Ésta es la impactante entrada de una investigación imperdible y reveladora.

 

Continúa el análisis: “La Cañada es un área que carece de estudios de su riqueza y diversidad de especies vegetales y, al igual que en otras áreas de México, enfrenta una fuerte amenaza producto de la alteración ecológica producida por diversos agentes”. Aunque los investigadores no profundizan en el término, entendemos por “agentes” los siguientes: Falta de educación, administraciones municipales ignorantes e insensibles, corrupción, basureros al aire libre…

 

“La riqueza de La Cañada es producto de una diversidad de ambientes y microambientes que permiten el desarrollo de especies con condiciones especiales (…) A pesar de tener una superficie menor que el resto de los cerros y cañadas del Valle de Querétaro, La Cañada (…) es el área con mayor riqueza de los alrededores de la ciudad de Querétaro, superando a los cerros Cimatario y Ermitaño (…) y a las cañadas Los Cajones y La Plata”. “(…) Entre los principales factores que afectan la supervivencia de las plantas, en La Cañada está el cambio de uso de suelo, principalmente con fines urbanos, la extracción de cantera y la extracción de plantas con fines ornamentales y de frutas para consumo humano(…). Además de contribuir con una riqueza considerable de especies, La Cañada también brinda algunos servicios ambientales como la recarga de acuíferos, posiblemente la reducción por CO2 y la existencia de áreas de esparcimiento para la población”.

 

Extinguidos los cerros, y con ello terminado el ciclo de recarga de acuíferos, es lógico pensar que el agua de lluvia, al no tener dónde almacenarse, buscará, digamos, albergue; también es lógico pensar que el agua se acumulará en la parte baja de La Cañada, donde están las casas de miles de habitantes.

 

En La Cañada, en pleno año 2013, está sucediendo una devastación ecológica sin precedentes. Venga a ver cómo se destruye toda la naturaleza. Al cabo sólo son árboles y cerros “inservibles”. ¿Alguien detendrá esta masacre? ¿Alguien sabe para qué sirve la Secretaría de Ecología de El Marqués? ¿Alguien le podría decir a Enrique Vega Carriles las nefastas consecuencias que tendría el terminar con los cerros de La Cañada?

 

Nota: Consulte usted el texto íntegro “Análisis florístico de La Cañada, El Marqués, Querétaro”, en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/577/57707703.pdf

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