Opinión

La difícil ruta de la izquierda

Por Daniel Muñoz Vega

Resulta complicado analizar el futuro de la izquierda mexicana, empezando por saber si hay futuro. Con ese estilo suicida que la tiene caracterizando por ya mucho tiempo, la izquierda no ha sido capaz de entender que el enemigo a vencer no está dentro de la misma izquierda; es absurda esa falta de civilidad política y esa incapacidad para organizarse cada vez que tiene que tomar un rumbo.

 

Analizar el futuro de la izquierda resulta complicado por los muchos escenarios que se le pudieran presentar. Se supone que a mediados de este mes tendremos un candidato de las fuerzas progresistas, quizá después de la famosa encuesta que pretende determinar quién de los dos posibles aspirantes debe de encabezar la candidatura, lo único que tengamos sea a dos candidatos dispuestos a ir por la Presidencia, lo que representaría el tiro de gracia para las aspiraciones de la izquierda en 2012.

 

No tengo la menor duda de que la izquierda tiene un proyecto legítimo para el país, sobre todo ante la amenaza que representa el regreso del PRI a la Presidencia y sobre todo, porque Acción Nacional pretende defender un proyecto que es indefendible. El gran problema de la izquierda es su incapacidad para organizarse, sus actores pelean por las migajas del PRD en vez de tener la legítima ambición de ir por el poder para ser la fuerza transformadora que pretenden ser. La izquierda tiene una naturaleza bipolar; tiene lo mejor, que es esa fuerza intelectual que siempre le da un respaldo y tiene lo peor, representado en líderes que sólo actúan por defender sus muy personalísimos intereses y sus cuotas de poder.

 

El peor de los escenarios sería la total división de la izquierda, visualizada en dos candidaturas, AMLO por el PT y Marcelo Ebrard por el PRD. Lo peor de esto, es que se me hace más probable ver este escenario, que pensar que cualquiera de los dos sacrifique sus aspiraciones. Ante la dinámica que tiene López Obrador desde hace años, me es imposible pensar que no va a ir por la Presidencia. Tengo más dudas que certezas en torno a este episodio crítico para cimentar el proyecto de la izquierda.

 

¿Qué va a pasar con cuatro millones de personas que conforman Morena en caso de que las casas encuestadoras digan que el mejor posicionado es Marcelo Ebrard? ¿Qué posibilidades hay de que la encuesta sea un mero trámite y de antemano Marcelo Ebrard ya sabe que tiene que ceder sus aspiraciones a la fuerza de López Obrador? ¿Qué tanta división hay entre los dos aspirantes para pensar en el escenario de dos candidaturas por partidos políticos diferentes? ¿Qué posibilidad hay de un proceso certero y de que en caso de que Ebrard sea el elegido, AMLO sume su proyecto y su capital al actual jefe de gobierno?

 

De forma natural, el candidato tendría que ser López Obrador, aunque su arribo a la Presidencia lo veo difícil partiendo desde el punto que él restó de manera significativa su capital político después de 2006; necesita más de 15 millones de votos para lograrlo, cosa que veo difícil; ahora bien, AMLO tuvo la capacidad de armar un movimiento bien estructurado pero que al final de cuentas no es una fuerza determinante para ganar la elección de 2012.

 

AMLO, en términos generales, tiene un proyecto legítimo, de hecho considero que tiene el diagnóstico más exacto de lo que necesita México, pero también no le veo capacidad para darlo a entender a un electorado conservador que no estará dispuesto a votar por él.

 

A Marcelo Ebrard lo percibo como un personaje que pudiera tener la capacidad de obtener el voto de personas que de entrada no se identifican con la izquierda, pero a la vez, su candidatura causa recelo en los simpatizantes, creo que un error de Ebrard fue no armar una estructura con base en la izquierda desde el Gobierno del Distrito Federal, no tuvo la capacidad de mostrarse como una opción opositora real al régimen como en su momento lo hizo AMLO. Ebrard igualmente tiene un proyecto y un discurso interesante, que para la idiosincrasia izquierdista resulta hasta una traición el hecho de pensar en apoyarlo.

 

La izquierda tiene un camino confuso, enredados desde sus concepciones ideológicas y sus ambiciones estériles, no tiene mucho margen de acción y menos si siguen con la dinámica de la división interna. Lo más rescatable hasta el momento es la organización ciudadana lejos de las nefastas organizaciones políticas que terminan representando lo que cualquier otra fuerza. Morena es una organización ciudadana muy sana para la dinámica de la izquierda, sin embargo, le falta esa autocrítica para ver que el lopezobradorismo ha estado lleno de errores después del fraude de 2006.

 

El gran reto de la izquierda para hacer algo el próximo año, es salir bien librados de la encuesta, pienso que ante la lamentable situación de división y encono, lo de menos es el candidato, lo importante es que el personaje que no salga beneficiado de la encuesta sume sus baterías al que terminará apareciendo en la boleta electoral.

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