Opinión

La dignidad arrebatada: Un NO en la historia a las televisoras

Por José Luis Álvarez Hidalgo

Todavía me parece increíble: un organismo regulador, la Comisión federal de Competencia (Cofeco), les negó el permiso para que las empresas Televisa-Iusacell se fusionaran en una alianza estratégica, a la sazón de una cerrada votación de tres votos contra dos. Es preciso resaltar que el voto decisivo, fue el voto de calidad que posee el titular del organismo, Eduardo Pérez Mota y, por ello, esto habría que rescatarlo en su justa medida: Pérez mota dio a conocer hace varios días que él estaba siendo objeto de diversas presiones por parte de los testaferros de las dos empresas y que estaba dispuesto a resistirlas y emitir su voto en función única y exclusivamente de su criterio como especialista en el ramo de las telecomunicaciones y con un auténtico afán justiciero.

Y lo cumplió. Ya habían realizado un primer amago el 18 de enero cuando se declararon todavía incapaces de llevar a cabo la votación y mucho se especuló sobre el hecho de que muy probablemente les iban a dar el sí sobre la base de una serie de condiciones muy severas que permitiesen el juego justo y equilibrado de todos los involucrados en este segmento del mercado. Ya se veía venir y las dos televisoras apretaron aún más los engranes de sus métodos persuasivos para asegurarse una victoria que ya vaticinaban. Pero les salió el chirrión por el palito y se fueron de espaldas al conocer la decisión de la Cofeco que les arruinaba una fiesta ya comenzada.

Y digo que la fiesta ya había comenzado, pero desde mucho tiempo atrás. Resulta que Televisa ya había adelantado una parte significativa de la inversión a Iusacell, consistente en la friolera de mil quinientos millones de pesos, ¡que ya estaban operando antes de saber si les iban a aprobar el negocito o no! Así de estúpida es la soberbia de los poderosos y sólo habría que hacer un seguimiento muy cercano para que dicha operación pueda ser revertida y todo vuelva a la legalidad.

Sin embargo, no cantemos victoria. Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas son los dos niños mimados terribles del sistema que no saben perder una sola jugada en el ajedrez de su existencia palaciega. Son niños crueles que van por todas las canicas, pues ya metieron un recurso de reconsideración al que la ley en la materia les da derecho y el proceso puede reiniciar y voltearse de cabeza una vez más. La amenaza existe y hay que estar muy atentos para evitar que la dignidad apenas ganada del órgano regulador sea violentada una vez más por estos amos y señores de la estulticia.

Lo insólito: al momento en que los representantes de la Cofeco fueron al domicilio legal de la empresa Iusacell para hacer la entrega formal de la notificación sobre el fallo de este organismo, se hicieron acompañar de varios elementos policíacos (por algo iban preparados) y al buscar la dirección se dieron cuenta que habían modificado el número y retirado el logotipo de Iusacell de la fachado (lo cual además ridículo e infantil, representa un delito que debería sancionarse). El colmo del asunto es que los guardias de seguridad de la empresa, haciendo gala de la agresividad que les caracteriza, les impidieron el paso pretextando que se trataba de una propiedad privada. A empujones y manotazos uno de los enviados logró colarse al interior y entregar el documento. La trifulca continuó y duró más de hora y media en la entrada de la empresa. ¿Puede usted creer tanta civilidad?

Ésos son los modos como suelen conducirse en las empresas de Salinas Pliego, gorila mayor del Grupo Salinas, sólo basta recordar el lamentable suceso acaecido muchos años atrás cuando a punta de pistola ocuparon las instalaciones del Canal 40 y sin más, se lo apropiaron sin que gobierno alguno les dijera nada y ahora lo siguen detentando con total descaro e impunidad.

Televisa no se queda atrás en sus marrullerías y pagó un desplegado de plana completa en donde ataca ferozmente el ejercicio periodístico del diario Reforma y se publica, ni más ni menos, ¡en el mismísimo periódico Reforma! Si esto no es una muestra ejemplar de nuestro bienamado surrealismo nacional, entonces no sé qué es; no obstante, esto habla muy bien del diario Reforma, pues tuvo el gesto de madurez profesional necesario para publicar ese desplegado en sus propias páginas y asumir la crítica con valentía. Sin embargo hay que tener cuidado con todos los detalles, ya que en el documento donde argumentan su decisión, los comisionados dejaron la puerta entreabierta para que por allí se cuelen los ladrones (¡y lo van a hacer!), pues en la página 18 del texto en cuestión se dice: “al existir competidores que cuentan con una presencia significativamente mayor, el fortalecimiento de Iusacell tendría efectos favorables para la competencia” (¡gulp!).

La afirmación es temeraria, ya que, de ser cierta, les estaría dando la razón a las hienas de este relato y de allí se van a agarrar para ir con todos los dientes de fuera en contra de la resolución. Estaremos al pendiente para defender una de las escasas decisiones valientes, justas y soberanas que un órgano regulador de las telecomunicaciones ha realizado en mucho tiempo.

Todo sea por la dignidad arrebatada.

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