Opinión

La precariedad laboral en las universidades

Por: Ángel Balderas Puga

Del 4 al 6 de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, el onceavo congreso de la Coalition of Contingent Academic Labor, Coalición de Trabajadores Académicos Precarios, COCAL por sus siglas en inglés. Esta Coalición agrupa a profesores y sindicatos de México, Estados Unidos y Canadá. La Coalición se reúne en Congreso cada dos años, el décimo congreso de COCAL se llevó a cabo en la Ciudad de México, en 2012, y el SUPAUAQ pertenece a la Coalición desde hace dos años, por lo que estuvo presente en Nueva York —con dos representantes— en el Congreso de agosto. Este Congreso tuvo como eje central el problema del diseño de un futuro de equidad y democracia para el futuro de la educación superior.

La precariedad es la precariedad aquí y en Estados Unidos o en Canadá, por lo que la Coalición ha venido estudiando temáticas comunes en los tres países y proponiendo acciones en contra de la precariedad en las universidades. En el caso de México, los trabajadores más desprotegidos son los profesores “por honorarios”, los que no tienen garantizada su estabilidad laboral, carecen de toda prestación social y se les paga poco. Nuestra universidad ha alcanzado los mil 200 profesores en esta condición laboral, sobre mil 300 con prestaciones y unos 450 jubilados que cuentan con sus prestaciones.

Hubo tres conferencias plenarias: una perspectiva trinacional sobre lo que sucede en la educación superior, en la que participó la compañera María Teresa Lechuga, del STUNAM; experiencias exitosas en la organización, aquí participó el compañero Arturo Ramos, del sindicato de Chapingo; y lecciones de organizaciones en sectores diferentes de las universidades, en la que participó el compañero Edgar Belmont, de la Facultad de Filosofía de nuestra universidad, con su experiencia de trabajo con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).

Además de las conferencias plenarias, se instalaron cinco mesas de trabajo, bastante nutridas cada una de ellas: cuestiones legales de la precariedad; problemas de los estudiantes (principalmente el problema el endeudamiento en las universidades norteamericanas y el problema de las cuotas en nuestras universidades públicas); organización de los medios de comunicación; la construcción de agendas nacionales; negociación sobre la equidad. En cada caso, cuatro preguntas centrales normaron la discusión: ¿cuáles son los temas centrales en cada área? ¿Qué avances se han tenido en la Coalición? ¿Qué estrategias han demostrado su utilidad? ¿Cuáles son nuestros objetivos a corto y mediano plazo?

Construyendo agendas nacionales

En mi caso, me tocó participar en la mesa relativa a la construcción de agendas nacionales, pero con contenido internacional. En este caso, se discutieron temáticas comunes tales como: el problema de las cuotas en las universidades públicas; cómo enfrentar de manera unificada a las fuerzas que promueven la precariedad laboral en la educación superior; cómo integrar la diversidad de profesores (universidades públicas y privadas, profesores de tiempo completo o de tiempo parcial, profesores por honorarios, etc.) en una causa común; recuperación de la solidaridad al interior de las comunidades académicas; revisión de las declaraciones políticas de la Coalición en los congresos de Montreal, Canadá y México; cómo establecer conexiones más amplias con trabajadores precarios de otros sectores laborales; cómo integrar el trabajo entre trabajadores precarios y trabajadores de base al interior de las universidades; qué hacer con el crecimiento de la educación en línea y lo que conlleva en términos laborales; cómo abordar el problema del acceso a datos básicos de las condiciones laborales y la necesaria revisión de las tendencias crecientes; qué hacer con las instituciones educativas cuyo fin principal es el lucro y no la educación; atender un mínimo de prestaciones y un mínimo salarial para los profesores precarios; quién define la calidad, la evaluación y los estándares; cuál es la influencia de los organismos externos de acreditación en la autonomía de las instituciones de educación superior; restablecimiento de la razón y los datos en el debate sobre el futuro de la educación superior; cómo frenar a la precariedad como norma laboral; qué hacer ante la influencia de poderes fácticos que pretenden normar y dirigir la educación superior en las universidades públicas (como el caso de Bill Gates, de Microsoft, o en nuestro país, organizaciones como “mexicanos primero”); cómo enfrentar las auditorías externas que cuestionan incluso las prestaciones sociales contenidas en los Contratos Colectivos de Trabajo; cómo enfrentar al poder institucional que se cierne sobre los profesores; qué hacer ante los procesos antidemocráticos en los centros de trabajo; qué hacer con el cierre de grupos que no tienen un número mínimo de alumnos y que dejan al profesor sin materia laboral y sin pago.

Cómo puede verse, algo nos acomuna a los profesores universitarios de los tres países, por lo que la lucha contra la precariedad debe rebasar las fronteras nacionales, tal como lo hace el capital que impone la precariedad.

anbapu05@yahoo.com.mx

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