Las deudas en la educación superior
Por: Ángel Balderas Puga
En nuestra entrega anterior hicimos referencia al onceavo congreso de la Coalition of Contingent Academic Labor, Coalición de Trabajadores Académicos Precarios, COCAL por sus siglas en inglés, que se llevó a cabo del 4 al 6 de agosto en la ciudad de Nueva York. COCAL agrupa a profesores y sindicatos de México, Estados Unidos y Canadá.
Como comentamos, una de las áreas de trabajo del congreso se dedicó a discutir problemas de los estudiantes, principalmente el problema el endeudamiento en las universidades norteamericanas y el problema de las cuotas en nuestras universidades públicas. En esta mesa participaron, fundamentalmente, estudiantes de licenciatura y de posgrado.
La cruda realidad norteamericana
Datos del análisis “New America” del Departamento de Educación de los Estados Unidos, del Integrated Postsecondary Education Data System (IPEDS), del 2011-12 National Postsecondary Students Aid Study y del Beginning Postsecondary Students Longitudinal Study, los dos últimos elaborados por el Centro Nacional para la Estadísticas de la Educación (NCES, por sus siglas en inglés), muestran el tremendo problema del endeudamiento de los estudiantes de educación superior en los Estados Unidos.
Las instituciones de educación superior en Estados Unidos se dividen, en los diferentes estudios, en tres categorías: universidades públicas, universidades privadas sin fines de lucro y universidades privadas con fines de lucro.
Los datos muestran que el 37% de los estudiantes de las universidades públicas fracasan en terminar sus estudios universitarios y abandonan sus centros de estudio con deudas e impuestos por pagar, así mismo lo hace el 21% de los estudiantes de las universidades privadas sin fines de lucro y el 46%, casi la mitad, de los estudiantes de las privadas con fines de lucro.
Así mismo, el 31% de los estudiantes de las universidades con fines de lucro se hallan endeudados y el 46% se han convertido en morosos que no pueden pagar sus deudas.
Por otra parte, en el período 2011-2012, el 49% de los estudiantes de las universidades públicas tienen algún tipo de deuda derivada de sus estudios; este porcentaje se eleva al 70% de los que estudian en universidades privadas sin fines de lucro y llega al 85% de los que estudian en universidades privadas con fines de lucro.
Estos números son impresionantes y muestran el drama del significado de la privatización de la educación pública.
En el congreso, uno de los estudiantes presentes, proveniente de una universidad privada de California señalaba que él era “afortunado” pues terminó sus estudios universitarios con una deuda de sólo 10 mil dólares. Después de 10 años de pagar, el estudiante aún debe 2 mil dólares debido a los intereses.
Otro caso concreto que conozco es el de un profesor que terminó un doctorado en una universidad norteamericana, con una deuda de 3 mil dólares; luego de pagar 8 mil 500 dólares, su deuda ya había crecido a 30 mil dólares, pues la universidad vendió su deuda a un despacho especializado en cobro de deudas.
Recordemos que en la crisis económica de 2009 una de las causas principales por las que las familias norteamericanas cayeron en quiebra y se tuvieron que deshacer de sus inmuebles hipotecados fue precisamente el endeudamiento debido a los préstamos para que sus hijos estudiaran en alguna universidad.
En el mismo congreso, uno de los profesores asistentes comentaba que los posgrados de las universidades norteamericanas se están vaciando de estudiantes estadounidenses, pues una mayoría creciente en estos estudios la constituyen los estudiantes extranjeros que llegan con beca de sus respectivos países. Los estudiantes norteamericanos terminan tan endeudados sus estudios de licenciatura, que lo piensan varias veces antes de emprender nuevos estudios que aumentarán su deuda.
Hace unos cinco años, un estudiante norteamericano terminaba su carrera con una deuda promedio de 100 mil dólares, es decir, más de un millón 200 mil pesos. Estudiantes de Derecho de una universidad de Florida terminan con deudas de 180 mil dólares, es decir, más de 2 millones de pesos.
Estas deudas se incrementan con motivo de los respectivos intereses, por lo que para pagar las deudas, los estudiantes deben hallar empleos rápidamente y lo suficientemente bien remunerados para poder pagar lo más rápido posible. La realidad es que en la mayoría de los casos no es posible y que los jóvenes tardan entre 20 y 30 años en pagar su deuda.
En México, hay gente que con mucha desenvoltura promueve la privatización de la educación superior. Ha habido ya intentos por establecer las llamadas SOFOLES (Sociedades Financieras de Objeto Limitado) para otorgar préstamos para realizar estudios universitarios en universidades públicas o privadas. Pero antes de apoyar medidas de este tipo, deberíamos reflexionar sobre lo que sucede en países como Estados Unidos o Chile, que han expulsado a cientos de miles de jóvenes de los centros de educación superior, no por falta de capacidad, sino por falta de recursos económicos.
anbapu05@yahoo.com.mx
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