Las otras fanfarrias del V Informe

Por: Efraín Mendoza Zaragoza
Es cierto que el gobernador José Calzada Rovirosa no tiene detractores públicos en abundancia. Y eso se debe, como se decía antiguamente, a que tiene buena prensa. Y es penoso que para enterarnos de lo que sucede en Querétaro haya que buscarlo en la prensa foránea. Pero como muchas cosas en Querétaro, en la voz baja de los subsuelos circulan corrientes que impugnan su administración. Pensando en esto recordé cuando a Carlos Monsiváis le preguntaron qué esperaba del gobierno de Vicente Fox, y su respuesta no pudo ser más genial: ¡que ya se acabe! Y como con el inicio de su sexto año comienza también su ocaso, muchos están esperando lo mismo de la actual administración estatal. El quinto informe de gobierno es, en realidad, el último en su plenitud solar. Pronto su protagonismo irá en declinación acelerada.
Una vista rápida a las 140 páginas de su quinto informe permite advertir que no hay ahí nada que no corresponda a la inercia propia de cualquier administración. Todo allí se mide en millones, en kilómetros, en toneladas… Es lo más ordinario. Todos los gobiernos construyen carreteras y reparten leche (repartió 4.1 millones de bricks de lechita, por ejemplo); todos los gobiernos compran maquinaria para sus rellenos sanitarios; todos los gobiernos expiden licencias y compran armas. Todos los gobiernos mandan gente, con gastos pagados, a ferias turísticas. Para la envidia de los envidiosos, ahí está la lista, el de Querétaro mandó gente a Dallas, a Las Vegas, a Orlando, a Franckfurt, a Berlín. Oh, la Gran Alemania.
Pienso que ahí no está el informe.
Para empezar, hay que advertir la inexistente rendición de cuentas. Se trata de formatos señoriales, de mero espectáculo. Tanto el acto sobrio de entrega del informe ante la Legislatura como el acto publicitario del Auditorio. Un informe en serio tendría que incluir una confrontación entre los compromisos y los actos ejecutados. Habrá que hacer el ejercicio de comparar la plataforma electoral que registró en 2009 la coalición llamada “Juntos para Creer” y lo que contiene el informe y nos llevaremos sorpresas muy interesantes. Todo informe debería ser un ejercicio contra el olvido y no lo es. Queda en el rango de una gran fanfarria. Eco de aquel inmenso espectacular que presumía a un “Querétaro de 10”, en la punta del paraíso: “primer lugar en empleos, primer lugar en finanzas sanas, tercer lugar mundial en incremento de captación de inversión extranjera, segundo lugar en índice de paz”. Propaganda, propaganda, propaganda.
No hay otra voz, sólo la del gobernante, elevado al rango de monarca. No está concebido para la interlocución ni mucho menos para la interpelación. En realidad, el formato de estos informes es lo opuesto a la rendición de cuentas. Es su negación absoluta. Dice el doctor Edmundo González Llaca que el jefe del Ejecutivo estatal gobierna “de espaldas a la sociedad y de frente a la página de sociales”. Para probar lo que dice ese hombre que conoce las entrañas del aparato público, véase las ediciones de los diarios del lunes pasado. Son de colección.
Más allá de las cifras que muestran el peligroso incremento de la inseguridad, la notoria impunidad en materia de justicia, los desaparecidos, uno de los temas preferidos de los gobernantes y sus propagandistas es el relativo a las inversiones, y cualquier anuncio de buenos deseos se hace aparecer como logro irrefutable de gobierno. Frente a las buenas calificaciones que en esta materia se autootorga el gobernante, recordemos algunos datos sueltos que pueden darnos una pista para la preocupación. Detengámonos en los primeros días de este julio inmediato, por ejemplo. El día 2 transcendió que la empresa Helvex, fabricante de accesorios para cocina, abandonó Querétaro, dejando a 800 trabajadores en la calle. Al día siguiente, trascendió que la empresa Kellogg’s despediría a 100 trabajadores debido a los nocivos efectos de la reforma hacendaria del gobierno federal. El 4 de julio, un día después, se supo que la empresa armadora de autos de lujo BMW (una marca que nos recuerda una vergüenza transexenal, por cierto) puso fin a dos años de negociaciones con el gobierno de Querétaro y decidió instalarse… en San Luis Potosí.
Por si no fuera suficiente, tenemos que en mayo el gobierno federal anunció el Plan Nacional de Infraestructura, con la novedad de que el estado de Querétaro aparece entre los de más baja inversión. Contra la propaganda que quiere hacer aparecer a Querétaro entre las prioridades nacionales, tenemos que el presupuesto es acaparado por los estados de México e Hidalgo. Al Edomex le asignaron recursos equivalentes a 20 veces los asignados a Querétaro, y a Hidalgo el equivalente a 21 veces.
Estamos dejando para el final un dato que muestra un rasgo de un Querétaro distinto al del quinto informe. Si Querétaro aparecía como atractivo para los inversionistas locales y extranjeros ha sido gracias a las espléndidas condiciones que se ofrece a poderosas empresas. No obstante, entre 2013 y 2014, Querétaro comenzó a perder atractivo entre los capitanes de empresa del país. De acuerdo con el estudio de una consultora global (KPMG), en 2013, 20% de los presidentes de empresa veían a Querétaro entre las entidades más atractivas, y para el presente año el descenso ha comenzado al perderse un punto. Podrá decirse que esto ocurre en las demás entidades y es cierto: el DF pasó de 24 a 17 puntos en un año; Veracruz, pasó de 14 a 8; Nuevo León, de 24 a 19 y el Estado de México, de 19 a 16.
Sin embargo, ninguna entidad venía registrando un interés tan significativamente creciente entre los inversionistas en los últimos años, como Querétaro. Por ejemplo, Jalisco: en 2011 y 2012, captó 17 puntos, subió a 22 en 2013 y bajó a 19 en el actual. Nuestra entidad, en cambio, registraba un ascenso muy significativo y sostenido, lo cual hace más notorio su descenso: de los 11 puntos que registraba en 2011 en un año ganó 5 y pasó a 16; para 2013 se mantuvo en la misma ruta de ascenso al ganar 4 nuevos puntos y alcanzar 20. Por eso es notable que en 2014, con la pérdida de un punto, se advierta el comienzo del declive, que coincide con el final del gobierno de José Calzada.
{loadposition FBComm}