Lluvias, drenes y trenes
Por: Daniel Muñoz Vega
Escribimos en redes sociales la percepción subjetiva y relativa que tenemos de las cosas. No está mal, nos dan el derecho de escribir lo que pensamos; de hecho, para eso están. Las redes, como medio de comunicación, gozan de falta de regulación. Es por eso que tienen un peso importante para la creación de opinión pública, por arriba de los medios tradicionales. Las redes son anárquicas, y en verdad lo celebro. Por mucho, la información que generan los usuarios en Facebook y Twitter, sea seria o sarcástica, nos informa mejor y con mayor veracidad que los medios que cobran de los presupuestos de comunicación social.
El ejemplo de cómo la información fluye a través de las redes es la lluvia del pasado 18 de agosto, que inundó sectores importantes de la ciudad. Si bien es un problema añejo en la ciudad, las imágenes muestran que muy poco se ha hecho para su solución. Las avenidas se paralizaron por el nivel que alcanzó el agua. Las opiniones no se hicieron esperar. México es un país donde nadie tiene la culpa de nada, si en las cosas realmente graves no existen culpables, menos en los acontecimientos que genera la naturaleza. Cuando criticamos el término de “lluvias atípicas” que usa la clase política para justificar las inundaciones y no hablar de la falta de infraestructura pluvial, salen los burócratas actuales a echarle la culpa a las pasadas administraciones que estaban en manos de Acción Nacional; pero también hay que ver que la actual administración tampoco ha hecho algo por solucionar un problema que se padece desde hace años.
El tema de las inundaciones refleja la falta de planeación a largo plazo que tiene Querétaro. En 2003, cayeron lluvias torrenciales; 11 años después, la mancha urbana ha crecido desproporcionadamente y nada se ha hecho. La sustentabilidad sirve como discurso. No hay que hacer una diferencia entre las administraciones panistas y priistas. Ambas han gobernado con el mismo sistema, en el cual las cosas cambian poco o nada. Da lo mismo quién nos gobierne mientras no haya un plan pensado a futuro.
En el actual momento, todo suceso u acontecimiento se politiza. Todo huele a la próxima elección de 2015. El esquema de la clase política aspirante consiste en lucir lo más que se pueda, independientemente de los resultados de su actual gestión. Las nuevas formas políticas hacen que cualquier burócrata aspire a ser, por lo menos, regidor. Las lluvias hacen replantear la estrategia de los aspirantes priístas. Las lluvias serían motivo de castigo en la próxima elección. El anuncio de las 1000 obras de la administración municipal se ven reducidas cuando la ciudad se convierte en Venecia. ¿De qué sirve tanto marketing y tanto anuncio si de pronto las obras quedan meramente como de relumbrón? La ciudadanía emite legítimos juicios; si bien no toda la culpa es del gobierno, ellos están para ejercer los presupuestos y solucionar los problemas que tenga la gente en su comunidad, y estoy seguro de que necesitamos mejores drenajes, en vez de embellecer las plazas públicas.
La opinión pública pone sobre los muros de Facebook tanto las lluvias, como la polémica generada por la construcción del nuevo tren México-Querétaro. El proyecto de un tren rápido fue propuesto por López Obrador en 2006: un tren que atravesara el país de norte a sur. Igualmente, proponía crear un ferrocarril de carga en el Istmo de Tehuantepec, para conectara los dos océanos. Para muchos, AMLO era un loco. Hoy, el gobierno federal anunció la construcción del tren rápido que estará operando dentro de cuatro años. Los vecinos de Calesa y zonas aledañas a Bernardo Quintana han protestado por la intención de poner la estación del tren en una zona por demás saturada. La inversión en el tren rápido que conecte a la Ciudad de México con Querétaro es ciertamente necesaria; la carretera 57 cada vez está más saturada y la construcción de dicho tren traerá beneficios.
El problema aquí puede ser la planeación de dicho proyecto. Los vecinos involucrados en la polémica han dado razones suficientes de por qué no establecer ahí la estación del tren. Un proyecto de tanta importancia tendría que tener los elementos técnicos que convenzan a todos. Sabemos que en México, proyectos tan grandes son fugas de dinero que exhiben la corrupción de las instituciones. Es necesario ir por el tren, no a como de lugar, sino de manera pensada y en beneficio de todos. El tren es inversión en infraestructura, deberíamos lamentarnos por qué no se hizo antes.
Tanto el tren rápido, como los drenes son los temas de los cuales hablamos hoy. Es importante crear una verdadera ciudad sustentable, es importante cambiar hábitos, es importante disminuir el uso del automóvil, es importante crear un verdadero sistema de transporte público, es importante no cambiar los usos de suelo, es importante construir infraestructura pluvial para que el agua de lluvia se utilice, es importante cambiar a la clase política y encontrar nuevas formas de organizarnos para que lo anterior sea posible.
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