“Lo bueno casi no se cuenta”
Por: María del Carmen Vicencio Acevedo
PARA DESTACAR: Lo dramático de este contraste inevitable es la dificultad que se genera para distinguir la figura de Peña Nieto con el principio de autoridad. Si quien tiene el cargo más importante en México hace lo que hace y no pasa nada, ¿por qué habría yo de portarme según la ley?
Al observar las acciones y escuchar los mensajes del presidente Peña Nieto en su última etapa de gobierno, no puedo dejar de recordar dos textos que, aunque tengan poco en común, “marcaron mi vida”: uno de Augusto Boal y otro de Naomi Klein.
El primero, ‘Teatro del Oprimido’ del brasileño Augusto Boal , en una perspectiva similar a la de Paulo Freire, realiza un interesante recorrido histórico sobre el papel del teatro como instancia de adoctrinamiento y control social, pero también como opción alternativa para generar en la gente, no solo una conciencia crítica sobre lo que sucede en su derredor, sino una disposición anímica, para transformar su realidad.
Entre las técnicas de “concientización liberadora” de Augusto Boal, una consiste en acompañar el discurso de algún locutor comercial o líder social ilegítimo (un dictador, por ejemplo) con imágenes de la vida real que contradigan abiertamente lo que el orador señala.
En el caso de Peña Nieto, para muchos, no son necesarias las imágenes de fondo pues ya las traen internalizadas en sus mentes. Diga lo que diga, sería muy extraño que a estas alturas, alguien siga confiando en él cuando piensa en sus relaciones con el Grupo Atlacomulco (el más corrupto de México), la extraña muerte de su primera esposa, el ,conflicto en San Salvador Atenco, las tarjetas Monex y Soriana tras su triunfo electoral, sus múltiples pifias, su boda religiosa con la veleidad y ostentación de su segunda esposa, la casa blanca, su multimillonario avión presidencial, el escape y la recaptura del Chapo, sus conflictos -Ayotzinapa, Tlatlaya, Tanhuato, con la CNTE y con los pueblos de Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Guerrero-, las acusaciones de tortura que pesan sobre el Ejército y la Policía Federal, la falta de resultados de las reformas estructurales, los aumentos de precio del petróleo, gasolina y energía eléctrica, el plagio de su tesis y para rematar: la invitación-recepción de Donald Trump en Los Pinos.
Lo dramático de este contraste inevitable es la dificultad que se genera para distinguir la figura de Peña Nieto con el principio de autoridad. Si quien tiene el cargo más importante en México hace lo que hace y no pasa nada, ¿por qué habría yo de portarme según la ley? (pueden alegar varios, carentes de principios).
El otro texto en el que pensé fue “No logo” de la periodista canadiense Naomi Klein, en el que reflexiona sobre el papel que juegan la publicidad y las marcas en la sociedad actual y sobre la forma como la población desarrolla cierta resistencia frente a dichas marcas.
Según Klein, las corporaciones trasnacionales se han desarrollado en tal dirección, que cada vez están menos interesadas en vender productos y más en vender estilos de vida o marcas. Señala cómo cierta empresa encarga la manufactura de lo que vende a otras compañías (que lo producen más barato) para dedicarse sólo a la estrategia publicitaria y a hacer lucir la marca, asociándola con alguna imagen de prestigio
En una crítica feroz al comportamiento de las empresas, Klein parte de la hipótesis de que cuando la gente conoce la verdad sobre las malas prácticas empresariales, aumenta su oposición a las mismas y por eso Klein se empeña en develarlas, para desarrollar el pensamiento crítico de sus lectores.
Peña Nieto está tan desprestigiado, que ahora parece indispensable, en un “marketing estilo cool” (diría Klein), asociarlo con una marca muy prestigiosa, en este caso: “los jóvenes”. Por eso en los promocionales que hace de su IV Informe de Gobierno aparece con muy buena imagen y “muy cercano a la gente”.
De su discurso solo retomo algunas frases: “En la vida de las personas y de los países pasan cosas buenas y malas…”; “desde luego tenemos que atender lo que no está bien y seguir siendo críticos”… “de la crítica se aprende y se corrige”… “Por eso quiero que este cuarto informe de gobierno sea diferente, quiero compartir con ustedes las historias de algunos mexicanos con quienes he tenido el honor de convivir; son historias de vida que a mí me inspiran y que quiero que conozcas. Con ellas, uno descubre que los bueno casi no se cuenta y eso que casi no se cuenta, cuenta mucho”.
(Aparece, el presidente conversando con varias personas en momentos exitosos de su andar). “Es mejor escucharlo (mi informe) de ustedes, que son beneficiarios de algunos programas”.
¿Ahora resulta que las buenas historias de todas esas personas integrarán el IV Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto?