Los bifosfonatos: un arma contra la pérdida de tejido óseo
Molécula de la Semana
Por: Dora Marina Gutiérrez
Los bifosfonatos son una familia medicamentos sintéticos utilizados, entre otras aplicaciones, para prevenir complicaciones óseas ocasionadas por la osteoporosis. Los bifosfonatos eran conocidos por los químicos desde mediados del siglo XIX y su primera síntesis se remonta al año de 1856 en Alemania. Su uso inicial fue principalmente en las industrias de fertilizantes, petróleo y textiles debido a su propiedad de inhibir la precipitación de carbonato de calcio. Efectivamente, esos compuestos se caracterizan por tener una gran afinidad por el calcio.
Químicamente, los bifosfonatos son análogos del pirofosfato endógeno con la diferencia de que en lugar del enlace con oxígeno (P-O-P) presente en los pirofosfatos, los bifosfonatos presentan un enlace con carbono (P-C-P) la presencia del doble grupo derivado del fósforo le confiere a los bifosfonatos resistencia a la hidrólisis. El carbono unido a los dos átomo de fosforo tiene la posibilidad de unirse a otros dos grupos por lo que puede permitir un gran número de posibles variaciones; de ahí el gran número de bifosfonatos utilizados en el tratamiento de patologías como la osteoporosis, la enfermedad de Paget, mieloma múltiple, cáncer de próstata, mama y pulmón, osteogénesis imperfecta y displasia fibrosa. El primer reporte sobre la actividad biológica de los bifosfonatos se publicó en 1968 como la influencia sobre la precipitación y disolución de fosfato de calcio in vitro e in vivo.
La manera de actuar de los bifosfonatos en el organismo es regulando el metabolismo óseo del calcio y fósforo, lo que hacen uniéndose a la hidroxiapatita de la matriz mineralizada permaneciendo en el esqueleto durante un tiempo prolongado de manera que cuando empieza la resorción del hueso, el bifosfonato es liberado y captado por los osteoclastos que son la células encargadas de la destrucción del hueso, deteriorando así su capacidad de adherirse a la superficie del hueso e impidiendo, de esta manera la pérdida del tejido óseo.
La vida media de los bifosfonatos en el torrente sanguíneo es muy corta, entre 30 minutos y 2 horas, pero una vez absorbido por el tejido óseo pueden durar hasta más de 10 años. Alrededor del 50% al 60% del bifosfonato se incorpora al hueso y el resto es eliminado en su totalidad por el riñón.
Pequeños cambios químicos en la estructura de los bifosfonatos pueden conducir a grandes cambios en sus propiedades fisicoquímicas, biológicas, terapéuticas y toxicológicas. Los bifosfonatos se clasifican según su estructura química si contienen o no átomos de N, según su administración oral o intravenosa y según su mecanismo de acción. Entre los bifosfonatos que se prescriben para tratar la osteoporosis está el risedronato, alendronato, ácido zoledrónico, que presentan N en su estructura, clorodronato, etidronato que no tienen N en su estructura y muchos más.
El pamidronato y el ácido zoledrónico se usan también para la prevención de metástasis en los procesos cancerosos. En general estos medicamentos son bien tolerados cuando se administran adecuadamente y se sabe que tienen diversos efectos secundarios, pero en los últimos años ha surgido una complicación asociada a los tratamientos con bifosfonatos conocida como osteonecrosis por bifosfonatos que consiste en lesiones orales de difícil tratamiento que afectan el maxilar inferior. Por esas razones, y porque la química es parte de nuestras vidas, la molécula de esta semana son los bifosfonatos; un arma contra la pérdida de tejido óseo.
Referencias
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