Opinión

Morir de outsourcing

Por: Ángel Balderas Puga

Con la reforma laboral impulsada por un puñado de priistas, panistas y pseudo-ecologistas (miembros del Partido Verde), no más de 500, entre diputados y senadores, se está condenando a nuestros jóvenes a una precariedad laboral infinita. Hemos comentado en este espacio varias cosas nocivas que traerá la legalización del outsourcing (subcontratación). En esta ocasión nos referimos a la eliminación, en los hechos, de uno de los derechos más importantes que enteras generaciones de trabajadores de todo el mundo lograron: el derecho a una jubilación digna.

La importancia de una jubilación digna

En países mucho más civilizados que el nuestro no hay diferencia entre los conceptos de pensión y jubilación por lo que sólo se usa el primer término. En nuestro país, la jubilación se refiere a una pensión que paga el patrón mientras que el concepto de pensión se usa cuando la paga el Estado.

En cualquier caso la idea es la misma: proporcionar ingresos económicos al trabajador que terminó con su ciclo de vida laboral, lo que permite vivir una vejez de manera digna y hacer frente a los gastos derivados del ciclo final de nuestra vida, cuando aumentan las enfermedades.

Pero también hay razones económicas: los ingresos de los pensionados se usan para mover la economía pues siguen siendo consumidores, es decir, con su dinero se mantienen fuentes de empleo. Además, frecuentemente, ayudan a sus hijos a tener una estabilidad económica (por ejemplo, contribuyendo para que los hijos adquieran una vivienda).

El sistema solidario

El sistema más civilizado es el sistema solidario. Por una parte hay una solidaridad intergeneracional: los actuales pensionados ya aportaron, desde el inicio de su vida laboral, para el pago de la pensión de otros y para el pago de su propia pensión (a través de aportaciones específicas y mediante el pago de impuestos); los activos contribuimos a pagar las pensiones de los ya pensionados y nuestra propia pensión y esperamos que los futuros trabajadores contribuyan también al pago de nuestra pensión tal como nosotros hemos hecho.

Es decir, la pensión no es y nunca ha sido una dádiva o una limosna del Estado, es más bien un ahorro para sobrevivir de manera decorosa en la tercera edad.

Por otro lado, este sistema implica solidaridad con los más débiles: de los que ganan más con los que ganan menos, de los más sanos con los más enfermizos, de los que tienen un trabajo estable con los que no lo tienen, etcétera. Esto es civilidad no salvajismo ni la ley de la selva.

En los países civilizados las pensiones las paga el Estado. Los fondos provienen de las aportaciones de los ciudadanos, del pago de impuestos, de inversiones y de otros ingresos. Por ejemplo, Noruega tiene uno de los mejores fondos de pensiones del mundo, financiado en gran medida por los ingresos petroleros, cinco por ciento de los cuales van automáticamente a alimentar el fondo de pensiones, a diferencia de México en donde nuestra clase dirigente se ha dedicado y se dedica a despilfarrar nuestros enormes ingresos derivados de la venta de petróleo.

En varios países todos los ciudadanos tienen derecho a una pensión, independientemente de lo que hayan hecho en la vida, de dónde hayan trabajado, de cuántos años hayan trabajado y de cuál fue su salario mientras trabajaron. Claro que estas características se toman en cuenta para definir el monto de la pensión. El derecho a pensión está dado por la condición de ciudadanos de un determinado país no por una cuestión laboral.

Outsourcing = fin del derecho a una pensión

El derecho de pensión se adquiere luego de haber trabajado un determinado número de años, haber alcanzado una determinada edad o por prescripción médica.

Al legalizar el outsourcing, nuestros irresponsables legisladores, le están quitando a millones de jóvenes y niños (incluso a los aún no nacidos) su derecho a una pensión y, por lo tanto, su derecho a vivir una tercera edad digna.

Dado que en el régimen de outsourcing un trabajador puede ser despedido en cualquier momento o pasar de una outsourcing a otra, el trabajador no generará antigüedad y, por lo tanto, nunca jamás cumplirá con los requisitos para tener una pensión digna.

Los trabajadores serán arrojados al infierno de las “cuentas individuales” administradas por las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) las que no garantizan, a nadie, una pensión decente.

La cosa se agrava al introducir los contratos temporales y los contratos por hora.

La resistencia global

Para el próximo 14 de noviembre la Confederación Europea de Sindicatos está convocando a una jornada de lucha por el trabajo, la solidaridad y contra la austeridad. En algunos países, como España e Italia esta jornada se traducirá en una huelga general.

Se rechaza el desmantelamiento de la protección social, el aumento de flexibilidad en el mercado laboral, la privatización de los servicios públicos, los bajos salarios, la disminución en el monto de las pensiones, la desregulación de los estándares sociales, la exclusión social, el crecimiento con desigualdad y el ataque a la contratación colectiva y al diálogo social.

Es momento que los trabajadores mexicanos y nuestras familias defendamos con firmeza y orgullo los derechos laborales heredados por nuestros antepasados.

anbapu05@yahoo.com.mx

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