Opinión

Morir de reforma laboral y de reforma energética

Para destacar: Hoy vemos como Mexichem y las empresas de outsourcing Welding, Gamza e ICA Fluor se echan la culpa unas a otras con el fin de no pagar las indemnizaciones respectivas: Mexichem dice que no son sus trabajadores y las outsourcing señalan que los trabajadores trabajaban para Mexichem.

Por: Ángel Balderas Puga

anbapu05@yahoo.com.mx

En julio de 2013, Enrique Peña Nieto le concesionó 56% de las acciones de la planta petroquímica de Pajaritos, Veracruz, a la empresa privada Mexichem, en el contexto de la nefasta reforma energética que priístas y panistas se empeñaron en aprobar. PRI y PAN, juraron y perjuraron que impulsaban su reforma porque México no tenía tecnología para la extracción de petróleo en aguas profundas o para la extracción de gas shale. Sin embargo, la concesión a Mexichem muestra en toda su crudeza las verdaderas intenciones del PRIAN: otorgar partes sustanciales tradicionales de Pemex a sus amigos dizque empresarios, gente ignorante que creen que operar una planta petroquímica es como abrir una tienda de conveniencia.

Muchos lo denunciamos con anticipación. A los privados sólo les interesa su lucro personal no el bien general de la nación. Los empresarios buscan maximizar sus ganancias. La forma de maximizar las ganancias es aumentando los ingresos y reduciendo los costos.

Los ingresos se aumentan incrementando las ventas o el precio de los productos que se comercializan, pero esto tiene limitaciones intrínsecas: al aumentar el precio de los productos se reduce el número de clientes potenciales y aumentar el número de clientes tiene sus limitaciones por la saturación del mercado y la competencia de otros actores. Así que la opción más socorrida por muchos “empresarios” es reducir los costos y ¿cómo se reducen los costos en una planta petroquímica? Pues como en otros lugares: despidiendo a personal calificado que gana buenos sueldos para contratar a personal menos especializado pero que cobra menos, y “mejor” si es por outsourcing, como sucedió en el caso de Mexichem, pero también reduciendo los gastos de mantenimiento de las instalaciones.

El accidente que acabamos de ver en Pajaritos es el resultado de la combinación de ambos factores. Como han denunciado trabajadores de la planta, Mexichem redujo los gastos en mantenimiento y contrató a personal sin experiencia para operar en plantas de alto riesgo. 32 muertos, hasta el momento de escribir este artículo, más un número indeterminado de desaparecidos.

Cuando en 2012 dimos la batalla contra la reforma laboral panista, señalábamos que la legalización del outsourcing serviría para que las empresas eludieran sus responsabilidades con sus trabajadores. Hoy vemos como Mexichem y las empresas de outsourcing Welding, Gamza e ICA Fluor se echan la culpa unas a otras con el fin de no pagar las indemnizaciones respectivas: Mexichem dice que no son sus trabajadores y las outsourcing señalan que los trabajadores trabajaban para Mexichem.

Seguramente esas empresas privadas, con apoyo del gobierno querrán echarle la culpa a Pemex para que esta empresa, que detenta sólo el 46% de las acciones se haga cargo de las responsabilidades, al fin que se paga con dinero público. Los “empresarios” en todo su esplendor: privatizar las ganancias y socializar pérdidas y responsabilidades.

Este tipo de desastres ya los vimos en otros lados.

Cuando en el Reino Unido, en 1994 se privatizaron los ferrocarriles, comenzaron, poco después, una serie de accidentes, derivados de la reducción en los gastos de mantenimiento. El número de accidentes aumentó de tal manera que el gobierno de Tony Blair se vio obligado a revertir el proceso de privatización y los ferrocarriles regresaron al ámbito estatal.

Esto ya lo vimos cuando los panistas, encabezados por Felipe Calderón cerraron Luz y Fuerza del Centro para terminar con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). En ese entonces se contrataron a personas sin experiencia para sustituir a los trabajadores del SME. Circularon videos en Internet en donde se veía a esos trabajadores sin experiencia morir ante descargas eléctricas de alta potencia, trabajadores que además desempeñaban sus funciones sin equipo de protección adecuado.

El futuro ya nos alcanzó, ya está aquí. Desgraciadamente, seguiremos viendo en el futuro este tipo de “accidentes” derivados de la negligencia criminal de unos cuantos que en lo único que piensan es en incrementar sus ganancias a costa de lo que sea.

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