Opinión

No cambian

Por Salvador Rangel

En la vida, casi, todo evoluciona sobre todo en la comunicación, hace algunas décadas el mejor sistema de saber de alguien era el teléfono, no accesible a todas las clases sociales; otro medio era el telegrama, por lo general las personas se asustaban al recibir uno, ya que no era portador de buenas noticias, por lo general era para avisar de una muerte o de un pago que exigía un despacho de abogados.

En cuanto a transporte también ha cambiado, ahora existen las llamadas líneas de bajo costo que permiten viajar a precios económicos, eso sí, hacen escala en toda ciudad que tenga aeropuerto.

Y qué decir del crédito, ahora existe casi en todas las tiendas departamentales y bancos, hace años la gente presumía que todo lo pagaba al contado, ahora todo es a mensualidades, eso sí, cuentas impagables si no sabe administrar.

Hasta los velorios han evolucionado, hace años se velaba en la sala de casa o bien en el patio de la vecindad, ahora hay capillas y ya no es raro que a las 10 u 11 de la noche se cierre y dejan un libro para se anoten los que llegaron tarde.

Pero los que no cambian son los políticos y sus campañas tampoco, hacen concentraciones multitudinarias y después sale en los periódicos, claro, inserción pagada, el candidato “x” convivió con 10 mil personas en el estadio. Cómo se puede convivir con tal número de personas, muchas de las que no saben por qué están ahí, fueron “invitadas” por el líder del sindicato, de la colonia o de una agrupación fantasma, bien con promesas o con amenazas.

Otros políticos hacen recorridos de baños de pueblo, van a una colonia previamente seleccionada que es afín a su partido, no vaya a ser que les reclamen o los inviten a retirarse, y le prometen que bajarán los precios, aumentarán los salarios, pondrán escuela de tiempo completo con comida y actividades extra escolares para los alumnos, en una palabra ofrecen todo, pero no dicen cómo y de dónde sacarán el dinero, nada más prometen y, claro, se toman la foto con cuanto “invitado” pueden. Y al otro día las fotos en los periódicos: “la multitud de manera espontánea recibió al candidato”.

Al fin el candidato de ganar no regresará a su distrito y nadie le podrá reclamar nada, en caso de tratar de acercarse a él ya como funcionario, un séquito de ayudantes le impedirán a cualquier mortal acercase a él. Y si bien le va, le pedirán que haga por escrito su petición y después recibirá en papel membretado que se ha recibido su comentario, que se estudia o bien que ha sido canalizado a la Secretaría correspondiente.

En cuanta barda les dan permiso está el nombre del candidato y el logo de su partido, que no dice nada, absolutamente nada, con frases como esta: “seré tu voz en el Congreso”, “la población de El Salado está orgullosa de…”, mantas y lonas por doquier, después de la campaña sirven como techos de las familias que viven en colonias que están abandonadas de todos los partidos políticos.

Hacen visitas a las comunidades rurales en los más apartados rincones del país, reciben el bastón de mando, se ponen la ropa típica de la etnia y dicen “La sociedad está en deuda con ustedes” y si sobrevive ese grupo dentro de seis años recibirá al nuevo candidato y la ceremonia se repite y las palabras también: “No se le ha hecho justicia”.

Otros más prometen canchas de futbol, escuelas, bajar impuestos, pero no dicen de dónde sacarán el dinero, unos que ya ocuparon un cargo amenazan con regresar al mismo puesto político y presumen de experiencia… ¡sí cómo no!

Pero les gusta darse baños de pueblo, para la foto posan como si comieran un taco placero, saludan a cuanto “invitado” está enfrente, pero tal vez después de esos riesgos tomen medicina para evitar enfermedades gastrointestinales, se laven una y otra vez las manos con gel, y hasta quemen la ropa, no vaya a ser que la pobreza se les pegue.

Los directores de campañas políticas deben evolucionar, sus candidatos deben presentar propuestas con soluciones, las necesidades no nada más las conoce el pueblo, las padece, pero quiere soluciones.

Y los nostálgicos se quedan con la imagen de un candidato que fue a una escuela de paga, donde creía que lo iban a vitorear y nada, le recordaron… de todo por su actuación política.

rangel_salvador@hotmail.com

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