Nueva “Guerra Fría”
Por: Salvador Rangel
Cuando en octubre de 1917 se instauró el régimen socialista en Rusia, se confrontó de manera automática con la economía capitalista de Estados Unido; cada uno de los sistemas buscaba ganar adeptos para su causa, se espiaban, había agentes dobles, pero nunca hubo confrontación bélica directa.
No pocas veces se enfrentaron por problemas políticos, pero fueron aliados en la Segunda Guerra Mundial, en contra del Eje: Alemania, Italia, Japón.
Los tres grandes políticos, Franklin Delano Roosevelt, Joseph Stalin y Winston Churchill, se reunieron en Teherán en 1943 con el fin de crear un organismo internacional para preserva la paz mundial. La guerra los unió y por el momento olvidaron sus diferencias políticas y económicas.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, cada bloque político y económico busca ser líder mundial, por lo que se erigen dos grandes potencias: Estados Unidos y la URSS. Nace la llamada “Guerra Fría”, es decir, no hay un enfrentamiento bélico directo entre ambas potencias mundiales, cada una de ellas quiere influir y dominar más países.
Confrontaciones políticas y amenazas las hubo, principalmente de Estados Unidos hacia la URSS. El 24 de octubre de 1954, el Ejército ruso invadió Hungría, debido a una sublevación que pretendía salir del la influencia soviética.
El 21 de agosto de 1968, el Ejército de la URSS invadió Checoslovaquia. El entonces presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Jonson, convocó a una reunión de emergencia del Consejo Nacional de Seguridad.
Y en América Latina también hubo confrontaciones entre Estados Unidos y la URSS: en la guerra de los misiles cubanos, en mayo de 1960, cuando aviones espías estadounidenses descubrieron misiles emplazados en la isla. Finalmente, la URSS cedió y retiró los misiles.
Célebre es la presencia de Nikita Kruschev en la sede de la Naciones Unidas el 13 de octubre de 1960, cuando con zapato en mano golpeaba el atril, cuando llamó “mentecato pelele del imperialismo norteamericano” al delegado filipino Lorenzo Sumulong.
Los líderes de ambos países sabían del armamento de uno y de otro, el 26 de mayo de 1972. Richard Nixon y Leonid Breznev firmaron en Moscú el Tratado sobre Misiles Antibalísticos y el Acuerdo Provisional sobre Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas.
El 11 de marzo de 1985, Mijail Gorbachov es electo secretario general del Partido Comunista y será el último jerarca, a él le corresponderá dar fin a la era de la URSS; cada país que conformaba la Unión Soviética se independizará y tendrá su propio gobierno. Así terminaba la llamada “Guerra Fría”.
Pero tal parece que de nueva cuenta aparece ese período. En la actualidad, al frente de la Federación Rusa se encuentra Vladimir Putín, exjefe de la temida policía secreta de la URSS, la KGB.
El enfrentamiento político se origina a raíz de que la península de Crimea, que pertenece a Ucrania, ha decidido -por medio de votación- separarse y unirse a la Federación Rusa. El 96.77% de la población votó por la incorporación.
Los rusos dicen que, históricamente, Crimea les pertenece; la mayoría de la población es rusa. Ucrania enfrenta una crisis política, frente a la cual se encuentra un primer ministro provisional. Los dirigentes de Crimea firmaron un acuerdo para la incorporación de la península -donde Rusia tiene bases marítimas- y el Primer ministro Vladimir Putín ya la considera parte de su territorio.
La población de Crimea es de aproximadamente 2 millones, de la cual el 59% es de ascendencia rusa; su primer ministro, Sergi Axionov, tiene una política prorusa.
El presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, condenaron las acciones de Rusia para anexarse de manera formal a Crimea y coinciden en enviar observadores internacionales de la Organización para la Seguridad.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha manifestado que las medidas tomadas por Rusia son “ilegales” e “inaceptables”, y advierte de habrá costos y consecuencias.
Y los nostálgicos ven una nueva edición de la “Guerra Fría”.
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